comparto un texto que publico Jorge Leone (ex representante de socios) en su Facebook. Nada mas que decir.
150
Salvemos el Monumental
Publicado por Jorge Leone ·
6 min · …
150 o CIENTO CINCUENTA.
Ese es el número. El bendito número para algunos, quizás para muchos.
Para otros, donde me encuentro, es sólo un dato objetivo de la realidad. Porque la misma pasa por otro lado.
Explico:
-los artículos 4 y 54, inciso c, del estatuto del C.A.R.P. son los que taxativamente establecen que es de incumbencia absoluta de la Asamblea de Representantes de Socios el adquirir, ceder, permutar, vender e hipotecar los inmuebles asociativos.
-según el artículo 54, inciso c, de ese estatuto “sólo podrá autorizarse (las acciones antes citadas) con el voto favorable de los dos tercios de los representantes presentes”.
O sea, y para desmitificar números que circulan en las redes, que de concurrir los 150 representantes de la Asamblea se necesitarían 100,005 miembros de la misma para aprobar el traslado del Monumental.
Y de no concurrir los 150 totales, es ocioso tirar números necsarios que no grafiquen el presentismo real de ese momento por venir. Sólo a modo de ejemplo puedo afirmar que si hay 90 presentes, 66 votos positivos definirían el tema.
Hasta acá transmití la fría realidad de nuestro estatuto. La letra concreta de lo que nos permite convivir con normas básicas dentro de nuestra comunidad asociativa. Nos guste o no, nos parezca bien o mal, nos resulte insuficiente y vetusto o nos parezca maravilloso.
Pero quien esto escribe no considera que 150 personas deban decidir qué hacer con un tema tan trascendente como el traslado de nuestro estadio.
150 personas no pueden arrogarse el derecho (aunque lo tengan legalmente adquirido) a decidir por miles y miles de socios y por millones de hinchas.
150 personas tendrían que tener la humildad de reconocer que este tema los excede y convocar a una Asamblea Extraordinaria para cumplir lo que la reglamentación estatutaria explicita: “considerar cualquier otro asunto de relevante importancia a juicio de la Comisión Directiva”.
150 personas deberían llamar a especialistas (arquitectos, ingenieros, constructores, técnicos, etc.) y a no especialistas (historiadores, asociaciones vecinales, centros culturales, oficialistas y opositores de C.A.B.A., agrupaciones del Club, filiales internas y externas, etc.) para que nos den minuciosa, detallada y argumentadamente sus visiones y conocimientos sobre el particular. Obligando a las autoridades de nuestro River a difundir masiva y públicamente lo que allí se trate. Todo.
-150 personas deberían forzar a la Comisión Directiva a generar un proyecto de llamado a plebiscito a todos los socios del C.A.R.P. para que vuelva a la Asamblea y se lo apruebe de inmediato con el transparente, prístino, justo y lógico objetivo de democratizar una discusión que solapademente, por parte de esta dirigencia del Club, se sustrae de las mayorías con el anhelo y la decisión espurias de que lo saquen adelante una ínfima minoría de socios de la Institución. Me refiero a algunos de los 150. Me refiero a varios obsecuentes que sólo les interesa sostenerse en sus beneficios y prebendas.
-150 deberían hacer un exámen de conciencia para comprender que no son la “voz de River”, la “verdad revelada de River”, el “pensamiento iluminado de River”, los “dueños de River” para decidir algo de esta envergadura. Y deberían pensar también acerca de las pasiones peligrosamente encontradas que se dispararían si se encapsulan en sus convicciones y/o conveniencias y/o intereses y/o mesianismos en lugar de permitir que, naturalmente y a contramano de un estatuto perimido y desactualizado, este tema se resuelva incluyendo a todos los socios. A todos y no solo a 150.
-150 tendrían que hacer un ejercicio mental básico para darse cuenta que si una minoría, circunstancial y temporalmente ubicada dentro de uno de los órganos de gobierno del Club, decide arbitrariamente algo tan caro a los sentimientos y a la vida de millones de riverplatenses la grieta, los resquebrajamientos, las posiciones irreconciliables y la bronca golpearían definitivamente a la familia millonaria haciendo invivible e insoportable la convivencia asociativa.
Conclusión:
Dije que 150 son un dato objetivo de la realidad.
Pero ese número no tiene que ser estigmatizado. Tampoco ensalzado. Porque son simples personas de carne y hueso. Riverplatenses.
Que están a tiempo de entender que este tema es de todos los que amamos el manto sagrado.
Que están a tiempo de entender que hay que informar acabada y sobradamente al soberano.
Que están a tiempo de entender que no son enviados de los dioses a la Tierra ni cadetes de la dirigencia actual ya que River está por arriba y por delante de D´Onofrio y sus “seguidores”.
Que están a tiempo de entender que una decisión que surja de una minoría de 150 personas desatará un vendaval de cuestiones administrativas, judiciales y sociales que pondrán a River en una situción muy complicada y difícil.
Que están a tiempo de entender que no hay nada más esclarecedor y equitativo que hacer una compulsa popular por semejante tema.
Que están a tiempo de entender que la única validación real y positiva al “sí” o al “no” se consigue con un plesbicito vinculante y obligatorio dentro de nuestra masa societaria.
Que están a tiempo de entender que yo, como tantos otros, aceptaremos lo que resuelva la verdadera mayoría y no 150. Aunque nos parta el alma. Aunque no saquen un pedazo de nuestro ser. Aunque ontológicamente nos modifique lo que somos.
Y que están a tiempo de entender que RIVER es de muchos. Jamás de 150. Por más “gallinas” que sean.
150