El triste caso de la escritoria ciega que no sabía que su lapicera se había quedado sin tinta.
Trish Vickers, una autora ciega de 59 años, se sintió devastada cuando le advirtieron que las primeras 26 páginas de su libro estaban en blanco. Resulta que la pobre mujer no sabía que la lapicera que había elegido para escribir, ya no tenía tinta.
La señora Vickers perdió la vista a los 52 años a causa de diabetes y decidió plasmar su experiencia en una novela para mantener su mente activa. Fue entonces que luego de ‘escribir’ 26 páginas esperó ansiosa a su hijo para pedirle una opinión. Tamaña sorpresa se llevó cuando el muchacho le comunicó que las hojas estaban en blanco.
Pero increíblemente, el manuscrito pudo ser recuperado luego de que la familia lo llevara al destacamento policial. Expertos forenses trabajaron sobre las hojas combinando diferentes técnicas. Así, después de cinco meses de arduo trabajo, el equipo pudo recuperar el texto por completo. Y recomendaron a la señora que compre lapiceras nuevas.
El triste caso de la escritoria ciega que no sabía que su lapicera se había quedado sin tinta.
Trish Vickers, una autora ciega de 59 años, se sintió devastada cuando le advirtieron que las primeras 26 páginas de su libro estaban en blanco. Resulta que la pobre mujer no sabía que la lapicera que había elegido para escribir, ya no tenía tinta.
La señora Vickers perdió la vista a los 52 años a causa de diabetes y decidió plasmar su experiencia en una novela para mantener su mente activa. Fue entonces que luego de ‘escribir’ 26 páginas esperó ansiosa a su hijo para pedirle una opinión. Tamaña sorpresa se llevó cuando el muchacho le comunicó que las hojas estaban en blanco.
Pero increíblemente, el manuscrito pudo ser recuperado luego de que la familia lo llevara al destacamento policial. Expertos forenses trabajaron sobre las hojas combinando diferentes técnicas. Así, después de cinco meses de arduo trabajo, el equipo pudo recuperar el texto por completo. Y recomendaron a la señora que compre lapiceras nuevas.