Escocia vivirá un momento clave en su historia

Este Salmond es muy vivo, ahora deja el cargo. Asume otra persona de su misma estructura, sin el peso -que no era tan amplio en mi opinión- de tener en contra el NO. Todo lo que Londes no le conceda a Escocia será usado en su contra, e imagino que esta cuestión será el eje de los tiempos venideros.
Ahora, esto:

Irlanda del Norte reclamará que Londres le transfiera nuevas competencias como a Escocia

El viceministro principal, Martin McGuinness. líder del Sinn Fein, antiguo brazo político del IRA, defendió la necesidad de encontrar un “acuerdo sobre qué competencias adicionales pensamos que pueden beneficiar al pueblo que representamos, incluidas competencias fiscales”.

“Desde nuestro punto de vista -agregó-, queremos entrar en ese debate, reconociendo que habrá con toda probabilidad un enfoque compartido entre los escoceses, los galeses y nosotros”.

El político afirmó que “las cosas han cambiado totalmente” y ahora los políticos de la asamblea de Stormont “tienen que tener una voz unida para participar en las discusiones futuras”.

Para el viceministro principal, “nuestro trabajo aquí es que tenemos que tener un enfoque común” y en ese sentido, en declaraciones recogidas por la cadena BBC, consideró que es “absolutamente alcanzable” que unionistas y republicanos en el Ulster se pongan de acuerdo.

Así las cosas, según informó el diario Belfast Telegraph, el ministro principal norilandés, el unionista Peter Robinson, tiene previsto llamar a su homólogo galés, Carwyn Jones, para discutir sobre el impacto del referéndum escocés en la devolución de competencias.

Por su parte, el diputado del Partido Unionista Democrático (DUP) Jeffrey Donaldson, defendió que “Irlanda del Norte y Gales deben formar parte también del debate sobre qué arreglos constitucionales futuros habrá, el nivel de devolución (de competencias) que podemos esperar y qué ocurre en Westminster”.

Y su par del Sinn Fein, Daithi McKay, advirtió en un comunicado que el partido “buscará la transferencia de plenos poderes fiscales a la Asamblea” norirlandesa.

“Ya se nos han dado competencias adicionales con el traspaso de la policía y la justicia y ha sido un éxito”, recordó. “El siguiente paso lógico es el traspaso de las competencias fiscales”, sostuvo finalmente.

Gerry Adams apuesta por un referéndum de reunificación de Irlanda para antes de 2020

La consulta a los ciudadanos es una posibilidad legal establecida en los acuerdos de Viernes Santo de 1998. Adams cree que ha llegado el momento de abriir un debate sobre esta cuestión aprovechado el “inspirador” referéndum escocés.

El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, ha considerado que el “inspirador” referéndum sobre la independencia en Escocia acelerará la consulta para unificar Irlanda, una perspectiva rápidamente descartada por los unionistas, con quienes su partido comparte el poder en Irlanda del Norte.

Los nacionalistas predominantemente católicos en Irlanda del Norte, que siguieron formando parte de Reino Unido en una provincia dominada por los protestantes después de que Irlanda logró su independencia en 1921, han mantenido un estudiado silencio en las últimas semanas.

Aunque los protestantes unionistas todavía suponen la mayoría de la población en el Ulster, Adams ha intensificado su campaña por una votación en los dos lados de la frontera ( que han bautizado como border poll), que está permitida no más de una vez cada siete años en virtud de los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998.

El Sinn Fein ha argumentado que en virtud de los términos del acuerdo, existe el derecho a un referéndum y que debería haber un debate sobre la cuestión. “La campaña en Escocia acelerará todo el proceso”, ha considerado Adams en declaraciones a la televisión estatal irlandesa RTE.

“Nunca deberíamos perder de vista el hecho de que nuestro pueblo está dividido y ahora tenemos una oportunidad de reunirnos democrática y pacíficamente”, ha subrayado.

La Secretaría de Estado para Irlanda del Norte británica podría convocar una border poll en cualquier momento, según el acuerdo de 1998. Asimismo, especifica que la Secretaría “debería” ordenar un referéndum si parece probable que una mayoría de los que votan optarían por formar parte de una Irlanda unida.

Adams ha dicho a la prensa que su partido quiere que se celebre un referéndum durante la próxima legislatura de la Asamblea norirlandesa, que comenzará en 2016, y que no cree que sea demasiado pronto, dos décadas después del frágil proceso de paz.

“No hay ninguna perspectiva de que consigan su objetivo de sacar a Irlanda del Norte fuera de Reino Unido”, ha defendido Jeffrey Donaldson, miembro del Partido Democrático Unionista (DUP) que comparte el poder con el Sinn Fein en Irlanda del Norte.

El líder del DUP y ministro principal, Peter Robinson, ha dicho que no tiene miedo a dar a los ciudadanos de Irlanda del Norte la opción de decidir pero ha considerado que todas las pruebas sugieren que no hay deseo de una consulta en los dos lados de la frontera.

Robinson ha señalado que si pudiera hacerse de forma calmada, consideraría la opción de que se transfieran más competencias a Irlanda del Norte después de que el primer ministro británico, David Cameron, haya prometido un mayor papel para Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte. Por su parte, Adams reclama la devolución completa de las competencias.

Mike Nesbitt, líder del pequepo Partido Unionista del Ulster (UUP), ha considerado que el resultado abre la puerta a la devolución inmediata de la competencia en materia de impuestos de sociedades a Belfast para que pueda competir con la tasa más baja en el sur y hacer que la provincia sea menos dependiente del préstamo de 10.000 millones de libras de Londres.

Cameron dijo en Belfast el año pasado que la decisión final sobre el impuesto de sociedades se tomaría para finales de 2014. Irlanda del Norte aplica el tipo del 21% de Reino Unido, en comparación con el 12,5% de pagan las empresas al sur de la frontera.

Ojala que el Ulster se una a Irlanda. Es un caso distinto a Escocia.

Este es un informe gallego que muestra en parte la situación actual en Irlanda del Norte. Está bueno para tener una idea, y salen coloradas sub20 (a ver si engancho a los más pibes del foro para verlo!):

//youtu.be/XcLlxe9lXbI

Como de costumbre, a los viejos hay que matarlos de jóvenes.

Nose si lo subieron ya, los hinchas del Celtic cantandoles " Argentina Argentina " a los ingleses jaja :lol:

//youtu.be/BzHSr2-QFlo

Parece que hoy se armó bardo en Glasgow. Lo interesante del caso es que había mucha gente con camisetas de fútbol, y en un principio parecía otro enfrentamiento más entre Celtic y Rangers.

La separación de Escocia y el derrumbe del imperialismo británico

El trabajo de demolición política que desarrolla la crisis mundial a veces resulta lento, pero siempre es implacable. El jueves 18 podría poner fin a la unidad política del Reino Unido, al cabo de 307 años. La unión de los parlamentos de Escocia y de Inglaterra, en 1707, fue un paso político de magnitud en el desarrollo de lo que sería el primer imperialismo moderno de la historia. Resultó de un pacto estatal entre los colonizadores terratenientes de las Planicies Altas, que se apropiarían de Irlanda, y el capital comercial inglés, lanzado a la conquista del mercado mundial. Retirada de todas sus colonias y semicolonias, replegada sobre sí misma en la City de Londres -ella misma dominada desde hace tiempo por el capital norteamericano-, el cetro de Gran Bretaña quedaría encogido a Inglaterra, lo cual representa un golpe fuerte al capital bancario.

Terror en la City

La posibilidad de una victoria del separatismo ha provocado un principio de pánico en el capital financiero internacional, que tiene como una de sus residencias a Edimburgo, la capital escocesa. El pulpo Lloyds y el Royal Bank of Scotland, con residencia en Escocia y activos equivalentes al 1.500% del PBI del territorio, se han apresurado a anunciar su eventual retiro, porque la independencia los privaría del socorro financiero del Banco de Inglaterra. Durante la crisis que comenzó en 2007, fueron varias veces rescatados por la entidad que maneja la libra esterlina. Una advertencia similar ha hecho la Shell, aunque nada amenaza sus explotaciones petroleras en el Mar del Norte. Para Rupert Murdoch, el siniestro magnate de las comunicaciones, australiano, la separación de Escocia representa una deliciosa venganza contra sus pares ingleses, que lo tuvieron que castigar por su sistema de espionaje privado.

La tendencia independentista en Escocia tiene su punto de arranque en el gobierno de Margaret Thatcher, aunque el nacionalismo político escocés (SNP) data de 1934. La enorme austeridad impuesta por el thatcherismo cobró caracteres nacionalistas, en la misma medida en que era derrotada la resistencia social de los sindicatos y el Partido Laborista de Gran Bretaña pasaba a colaborar con el ajuste. El descubrimiento del petróleo agravó la situación, porque promovió la desindustrialización del conjunto del Reino, mientras enriquecía a la elite financiera. Esta oligarquía procuró contener el movimiento nacionalista con concesiones autonomistas sucesivas.

Ahora, sin embargo, enfrenta la secesión de Escocia, cuando las rivalidades de la City de Londres con la banca de Francfort amenazan con provocar el retiro de Gran Bretaña de la Unión Europea. La City reclama privilegios especiales frente a la presión de Alemania para unificar a la banca europea con una legislación común de rescate frente a las quiebras. Para 2017, un año después de que se concrete una separación eventual de Escocia, está previsto un referendo para determinar la continuidad del Reino Unido (que para entonces ya no sería tal) en la Unión Europea. Para complicar aún más la crisis política, Escocia tendría derecho a votar en las elecciones británicas del año que viene, porque su separación no se hará efectiva hasta un año más tarde. La sobrevivencia del partido conservador (los torys) se encuentra amenazada, incluso, por la aparición de un rival derechista: la Ukip.

Cuestión nacional

No debe confundirse, sin embargo, la desintegración de la vieja Albion con un progresismo del nacionalismo escocés o de la separación. A diferencia del nacionalismo chovinista de la Lega Nord, en Italia, el SNP ha asumido colores centroizquierdistas, pero esto no determina su contenido progresista, ya que el centroizquierdismo se transforma rápidamente en su contrario. El campo independentista reclama la continuidad de la monarquía de los Windsor, el mantenimiento de la libra y la tutela del Banco de Inglaterra, la pertenencia a la Unión Europea y a la Otan. Bajo la presión del nacionalismo, los sindicatos han perdido su unidad en todo el territorio de Gran Bretaña, salvo excepciones, lo cual constituye una expresión del debilitamiento del movimiento obrero. La división del proletariado de Escocia y de Inglaterra es una ofrenda preciosa del nacionalismo al capital mundial. En estas condiciones el frente único por el Sí desarrollado por la mayor parte de la izquierda en Escocia, es contrarrevolucionario.

Las aspiraciones nacionales no pueden ser caracterizadas a partir de criterios abstractos o arbitrarios sino del lugar que ocupan y de la función que cumplen en el desarrollo histórico. La agenda del Sí a la separación excluye la reivindicación democrática fundamental de las Islas -¡la República! Como ocurría en las vísperas de la unión de 1707, plantea compartir el rey y separar los parlamentos. Si esto tiene algún sentido, significa otorgar a la monarquía poder de veto sobre cuestiones fundamentales, tanto domésticas como relativas a la guerra. En los últimos diez años, Elizabeth ejerció el veto real doscientas veces. La separación de Escocia tampoco resulta una necesidad para un desarrollo de las fuerzas productivas -emerge como una disputa en torno al reparto del ingreso nacional del Reino Unido. Si el nacionalismo no consigue una unión monetaria entre Escocia e Inglaterra, Escocia se verá obligada a construir su propia moneda por medio de una enorme deuda pública. Esto implicará enormes sacrificios para los trabajadores y el cambio de relato del SNP, del centroizquierdismo al derechismo. Fiel a su historia, el nacionalismo escocés no reivindica, ni aun cuando busca la separación de Inglaterra, la unidad e independencia de Irlanda.

Sí o No, dos variantes del derrumbe

Escocia no es una colonia interior histórica del Reino Unido -no tiene nada que ver en esto con Irlanda-, sino que ha formado parte, históricamente, del entramado del imperialismo británico. La crisis del capital inglés no es provocada por el independentismo escocés sino al revés -éste ha sido exacerbado por la crisis mundial de ese capital. El epicentro de la crisis no está al norte de la frontera sino al interior de la City. Una victoria del No a la separación atenuaría en lo inmediato, por cierto, los golpes de la crisis, apenas los aplazaría y los haría más intensos.

En oposición al Sí, reivindicamos la unidad del proletariado de Gran Bretaña; en oposición al No (y también al Sí), la destitución de la monarquía y del régimen de lores, y una República Socialista de Gran Bretaña, bajo la forma unitaria o federativa que establezcan los trabajadores.

Jorge Altamira

La separación de Escocia y el derrumbe del imperialismo británico