[b]“Aguilar no tiene idea de lo que es una pelota”[/b]
[b]El Káiser trabajó junto al cuestionado titular del club de Núñez hasta 2007, pero esa relación se rompió. Ahora, el ex técnico intentará sucederlo en las elecciones del 5 de diciembre.
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[b]Passarella, hoy y ayer. [/b]
Una imagen del Káiser, durante la entrevista con Crítica de la Argentina. “Me formé para esto. Empecé a aprender oratoria, marketing y liderazgo. Y también viajé mucho a Europa”, sostiene.
Como Franz Beckenbauer en el Bayern Munich o Carlos Babington en Huracán, Daniel Passarella también quiere ser parte del selecto grupo. Después de haber sido jugador y técnico de River, ahora lucha por llegar a la presidencia, con la convicción de que “el fútbol debe ser manejado por gente del fútbol”.
–Más allá de ser del ambiente, ¿te formaste para ser dirigente?
–Sí, empecé a aprender oratoria, marketing, liderazgo. Viajé a Europa y hablé con Platini, Rummennige, Beckenbauer, Moratti, Luca di Montezemolo, Valdano, Florentino Pérez y Blatter. Ellos están en el primer mundo y nosotros en el tercero. Y si nos han superado en la organización del fútbol, es porque lo maneja gente del fútbol. Acá hay buenos tipos que son buenos para ser abogados, contadores públicos, doctores, licenciados en economía, pero no saben de fútbol. No pueden dirigir un club. (José María) Aguilar, por ejemplo, no tiene ni idea de lo que es la pelota. (Mario) Israel, menos.
–Pero vos fuiste técnico mientras estaban éstos mismos a los que ahora criticás.
–Me reputeé con ellos y los mandé a cagar varias veces. Y cuando vi que no podía cambiar, dije: “Si no gano nada en los seis meses próximos, me voy”. Cumplí con mi palabra y me fui. Y también dije: “Entiendo que me querrán hacer un montón de preguntas, pero yo considero que no es el día ni el momento del lugar para responderlas”. Ese día está llegando. Y me voy a enojar y –como dicen los uruguayos– se va a poner fea para todos. No pude cambiar el proyecto. River podría tener un equipo que formase con Carrizo; Ferrari, Cáceres, Coty Fernández y Villagra; Beluschi, Ponzio o Ahumada o Santana; Zapata; Alexis Sánchez; Higuían y Falcao. Y de suplentes a Farías, Montenegro, Ortega, Gallardo, Abelairas, Buonanotte, Augusto Fernández. No pasó mucho de esto, apenas dos años y medio.
–¿Qué te genera ver a Francescoli, con lo que representa para el hincha de River, apostando por el proyecto de D’Onofrio?
–Me llama mucho la atención porque no lo veo en esa función. O sea, que esté con D’Onofrio lo puedo aceptar, pero no que sea apoyado por el oficialismo. El socio de River no es tonto; no se deja llevar por la prensa amarilla. Sabe. Y yo me estoy postulando con las manos libres. A mí nadie me va a poner un papelito y decir “tenés que leer esto”. Yo tengo las manos libres y a mí nadie me dio plata para la campaña.
–¿Analizás aliarte con algún otro candidato?
–Mejor solo que mal acompañado. Voy solo contra el mundo.
–Otro tema: ¿Qué pasa en la Selección argentina?
–Hay mucho desorden, se pelean el papá y la mamá. Y no hablo sólo de Maradona y Grondona, sino de Bilardo y de todo el entorno. Desde el arranque no hubo una conformidad en el armado de la estructura del edificio. Si empezamos a hacer la casa por el techo, cagamos. No hubo armonía. Cuando estuvimos en la selección, sabíamos que no nos íbamos a ir, que a mí no me iban a cambiar un colaborador, ni me dejaron con las ganas de traer al que yo quería. No tuve un mánager que me jodiera, me irritara o me confundiera.
–Mientras eras el DT de la Selección, en 1997, importaste un yate irregularmente. La Justicia te concedió la probation y, aunque zafaste de ir preso, tuviste que hacer tareas comunitarias.
–Yo di dos años y tres meses una probation en el colegio Indira Gandhi. Cumplida al pie de la letra. El único pelotudo en la Argentina que fue seis horas semanales a hacer eso fui yo. Andá y preguntale a la primera directora, María Julia, o a la segunda, Evelina, a ver qué te dicen.
–¿Qué hacías ahí?
–Tareas comunitarias. Conseguirle a los chicos los splits de aire acondicionado y calor, hacerle traer un grupo electrógeno impresionante y en invierno tener todas las aulas calefaccionadas. Comprarle y regalarle 25 palas para la huerta, 25 diccionarios, televisores, computadoras, la cuerda del mástil con la bandera. Hacerle arreglar todos los juegos de los chicos. Hacerle pintar todo el colegio. Conseguir la pintura. Llevarles facturas todos los días. Camisetas de River, pelotas. Llevarlos a la cancha, llevarles a Ortega. Para fin de año darles premios a aquellos que se portaban bien: seis relojes Swatch. Relojes de mil mangos. Tomaba mate y comía ahí con ellos. Además de las charlas que les daba. Estuve con nenas de 12, 13 años que habían repetido y me decían: “Passarella, consíganos un colegio para mañana que terminamos séptimo grado, porque mi mamá me dijo que si vuelvo a casa me tengo que prostituir”. La vida siempre te pone adelante algunas cosas y por algo es.
Entre AC/DC y la Virgen
En la calle se lo preguntan a cada rato: al final, ¿podés presentarte a las elecciones? El estatuto de River dice que tienen que pasar dos años de haber trabajado en el club para poder ser candidato. “Estoy habilitado por una resolución de la IGJ, pero el problema no es la fecha. Estos dos muchachitos, Aguilar e Israel, hacen esto para confundir a la gente. Y por eso hacen las elecciones el día 5 de diciembre, cuando tienen los recitales de AC/DC el 2, el 4 y el 6. Cuando se eligió la fecha hubo vocales que discutieron cómo iban a hacer las elecciones ese día y Héctor Cavallero dijo: “¿Qué pasa, tienen miedo de que esto sea un nuevo Cromañón? Y puede haber peligro. Éste es un rock pesado, puede haber chicos drogados, que interrumpan el tránsito para la votación. Va a venir mucha gente, va a haber aglomeración, va a haber vallas. Y le van a coartar a la gente la posibilidad de que venga a votar en contra de este fraude político. El 8 es el Día de la Virgen. Y la gente se va el 4 y vuelve el 9. Pero yo les pido que se queden y voten”.