LA MATRIX DEL UNIVERSO MATERIAL
El científico japonés-estadounidense Michio Kaku, doctorado en ciencias físico-matemáticas en la Universidad de Harvard y muy respetado en la comunidad científica gracias a su trabajo para ayudar a popularizar la Teoría de las Cuerdas, ha conmocionado al mundo científico por haber proclamado no sólo la existencia de un Dios trascendente sino por afirmar que el mismo es «un diseñador inteligente del Universo», declarando que «el Cosmos se encuentra en una suerte de inmensa “matrix” conformada por taquiones». Teóricamente, un taquión es una partícula capaz de moverse a velocidades superlumínicas. Estos taquiones serían partículas que tienen la capacidad de «despegar» la materia en el Universo o aspirar el espacio entre las partículas, esencialmente dejando todo libre de la influencia del Universo material. Kaku dijo al respecto: «Para mí es claro que existimos en un plan que se rige por reglas que fueron creadas, formadas por una inteligencia universal y no por casualidad». (También Albert Einstein, creyente en un Universo-Dios panteísta, había dicho que «Dios no juega a los dados con el Universo».)
Para Kaku, «Dios es un matemático» (Pitágoras, Platón; también para Kepler, Copérnico, Newton y Galileo Galilei, según parece, las matemáticas eran el lenguaje con el que Dios había creado el Universo) y sugiere que podríamos estar viviendo en una simulación (¿Māyā?), con lo cual muchos colegas suyos están de acuerdo. Recordemos que uno de los nombres védicos de Dios es Kāla (de kāl, calcular, contar), que significa «Aquel que contabiliza y clasifica las almas y los objetos materiales» (Dayānand Saraswatī, Satyārtha Prākāśa).
En una declaración a través de la plataforma YouTube, Michio Kaku dijo:
«La resolución de la solución final podría ser que Dios es un matemático. Creemos que la Mente de Dios es música cósmica, la música de cuerdas que resuenan a través del hiperespacio de once dimensiones. La ciencia se basa en lo que es comprobable, reproducible y falsificable. Eso se denomina “ciencia”. Sin embargo, hay ciertas cosas que son no comprobables, no reproducibles y no falsificables. Y eso incluiría la existencia de Dios.»
Tenemos resonancias de este pensamiento de Michio Kaku en los textos de la antigua India védica, textos que no dejaron de llamar la atención del astrofísico Carl Sagan, quién expresó: «Las ideas cosmológicas ancestrales más sofisticadas provienen de Asia, y particularmente de la India. La tradición hindú es la única de las grandes religiones del mundo dedicada a la idea de que el Cosmos en sí mismo atraviesa por una inmensa, de hecho infinita cantidad de muertes y renacimientos.»
En El Mahābhārata, esa «matrix» de taquiones donde está contenida la manifestación cósmica es en realidad un Huevo (aṇḍa), llamado el «Mahad Divya» («el Gran Divino») en los textos sánscritos. Los ślokas 29-32 del Anukramaṇikā Parva del Ādi Parva del Mahābhārata se refieren precisamente a la «caja» de la que mutatis mutandis habla el físico teórico de origen japonés:
निष्प्रभेऽस्मिन्निरालोके सर्वतस्तमसावृते ।
बृहदण्डमभूदेकं प्रजानां बीजमयव्यम् ॥ २९ ॥
niṣprabhe’smin nirāloke
sarvatastam asāvṛte
bṛhad aṇḍam abhūdekaṁ
prajānāṁ bījam ayavyam (1.1.29)
«En este Universo, cuando no había brillo ni luz y cuando todo estaba envuelto en la oscuridad, surgió un Poderoso Huevo (bṛhadaṇḍam), la única Semilla inagotable de todos los seres creados.»
युगस्यादौ निमित्तं तन्महद्दिव्यं प्रचक्षते ।
यस्मिन्संश्रूयते सत्यं ज्योतिर्ब्रह्म सनातनम् ॥ ३० ॥
अद्भुतं चाप्यचिन्त्यं च सर्वत्र समतां गतम्।
अव्यक्तं कारणं सूक्ष्मं यत्तत् सदसदात्मकम् ॥ ३१॥
yugasyādau nimittaṁ tan
mahad divyaṁ prachakṣate
yasmin saṁśrūyate satyaṁ
jyotirbrahma sanātanam (1.1.30)
adbhutaṁ chāpy achintyaṁ cha
sarvatra samatāṁ gatam
avyaktaṁ kāraṇaṁ sūkṣmaṁ
yat tat sad asad ātmakam (1.1.31)
«Es llamado Mahad Divya y fue creado al comienzo del Yuga. En él existía la Luz verdadera del Brahman (brahmajyoti), el Uno eterno (sanātanam), el Ser maravilloso (adbhutaṁ) e inconcebible (achintyaṁ), la Causa omnipresente (kāraṇaṁ), invisible (avyaktaṁ) y sutil (sūkṣmaṁ), aquel Ser Cuya naturaleza es [simultáneamente] entidad y no entidad (sad asad ātmakam).»
यस्मात् पितामहो जज्ञे प्रभुरेकः प्रजापतिः ।
yasmāt pitāmahe jajñe prabhur ekaḥ prajāpatiḥ (1.1.32)
«De este Huevo nació Pitāmaha Prabhu (el Abuelo de todas las criaturas) —el Señor Brahmā—, el único Progenitor.»
Las audaces especulaciones panenteístas de Michio Kaku coinciden también con el vanguardista punto de vista del Achintya-bhedābheda Vedānta de Śrīla Jīva Goswāmī (Vaiṣṇavismo Chaitanya), el cual postula que el Absoluto Personal no dual (Advaya Bhagavān) es tanto trascendente como inmanente al Cosmos manifestado —Bhagavān es inmanente al Universo pero también lo trasciende enteramente. En tal sentido, el mundo material es la «matrix» kármica en la que las entidades vivientes sufrimos, gozamos, controlamos y somos controladas desde un tiempo sin comienzo (anādi), encandiladas como estamos por la fascinante luz de Mahāmāyā. Es el espacio donde las mónadas procesamos nuestros procesos existenciales y espirituales, los que —Bhagavān y Śrī Guru mediante— nos brindarán la posibilidad de trascender la prisión saṁsárica cuando las actividades materialistas y egocéntricas sean reenfocadas y redirigidas hacia el servicio devocional al Absoluto Personal y el Kāma-Manas sea transmutado en Manas-Taijasī, transmutándose el sentimiento ahaṁkárico de «yo» y «mío» en puro y radiante bhagavad-prema (amor por Dios). Entonces contemplaremos al brahmaṇḍam como un transparente cristal mientras tendremos la mirada fija en Parabrahman y el paramavyoma (estado de brahma-niṣṭhā)