No sé si lo notaron algunos, pero en los últimos partidos de primera, y siempre en los partidos de la fecha (entiéndase los relatados por la dupla gagá), arrancan la previa a la salida de los equipos con un discursillo que ya se está haciendo repetitivo. Ricardo y Araujo se alternan cada fin de semana para que no parezca tan sistemático pero el mensaje es mas o menos el mismo (eufemismos off): Julio es un crack intergaláctico por no permitir la implementación de las S.A. en los clubes argentinos.
Los que vivimos el fútbol ya sabemos todo lo que representa Grondona y la realidad del fútbol local, pero me llamó la atención como la gente que lo mira de reojo al fútbol, como mi vieja o algunos parientes, concuerdan con que está bien lo que hace Grondona de equilibrar la balanza entre clubes chicos, medianos y grandes. Lo que nosotros llamamos equilibrar para abajo para el expectador que “no vive” el fútbol es algo así como democratizarlo. A eso se suma además el famoso chamullo del club social y de las disciplinas deportivas, que ya se lo oí repitir varias veces a unos cuantos conocidos, y que nada tiene que ver con la pelotita.
El hincha “común” está comprando eso, él que vive el fútbol obviamente que no, o al menos me remito a lo estadístico: como minimo el 35% de esa gente que lo vive son hinchas de River que por A o por B odian a Grondona . Mientras el “común” del hincha argentino compra el cuento caballeresco de Grondona peleandole a los malvados empresarios extranjeros al fútbol argentino lo están haciendo mierda. Hay dos ilusiones actuales que operan en el hincha “común”: la del federalismo del fútbol y la cuna inagotable de futbolistas. La primera parte de la creencia de que por haber siempre algun que otro club del interior (que no sea de Santa Fé)en primera división somos federales. La segunda es resultado del excelente momento del futbolista argentino en Europa, y particularmente del fenómeno Messi. Para el “común” de la gente estas ilusiones son realidades per sé, no se las contextualiza, mucho menos se las analiza.
Pero a la vez que compra eso, no se preguntan que significa una S.A. y como opera. En Argentina la palabra privatización es una de las que mayor connotación negativa lleva; aún bajo el menemismo se mantuvo un sentido de preservación de lo social (tres cosas no se pudieron privatizar en el país pese a los esfuerzos oficialistas: la salud, la educación y los clubes de fútbol). Ricardo dice: “el modelo europeo que quieren implementar en nuestro país”. Y se remite a mencionar a los jeques arabes y al petrolero ruso. Lo que termina diciendo es que Grondona es lo mejor que le puede pasar al fútbol argentino, por antonimia a lo privado. Hay una realidad con respecto a lo que dice, efectivamente existe un burbuja del fútbol a nivel mundial que en cualquier momento estalla. Por otro lado nuestro fútbol directamente no genera ganancias como para que algún privado se interese en comprarlo invertir en el equipo. Un sistema de franquicias sólo puede funcionar en países con mercados internos de fuerte consumo. Argentina es tentadora por la imagen que tenemos en el exterior, gigantes como River Y Boca que son seguidos en todo el mundo, son dos casos de exportación que podrían funcionar (para las ganancias del dueño). Pero no están dadas las condiciones ideales para privatizar a los equipos; el caso Racing lo demuestra. Víctima de la corrupción de Blanquiceleste, la pésima administración y el descontrol de AFA la experiencia que quedó fue oscura y sepultada. No sirvió para otra cosa que demostrar que privado o de los socios los clubes en última instancia son adminsitrados por personas, con todos sus defectos y acciones. En realidad, la privatización es negativa por otras situaciones que se abren. Los clubes con dueños ingresan en la lógica de la empresa y de la inversión privada. Si bien se someten a controles más estrictos y transparentes, con consecuencias legales (en la Argentina no hay un sólo dirigente sentenciado), se abren las vías al ingreso del dinero espurio. Con antecedentes como el del América de Cali, propiedad en otras épocas de un cartel de droga colombiano, no es decaballado pensar que pueda suceder eso mismo en nuestro país. En Inglaterra, meca del fútbol privatizado, la FA y el periodismo manejan muy bien el tema de la imagen de los privados. ¿Pero que tanta diferencia hay entre un jeque arabe y un narcotráficante colombiano? Dos caras de la misma corrupción con distintos lavados de cara. ¿Se imaginan en la Argentina al clan azucarero Ledesma manejando, pongamosle, Gimnasia de Jujuy? Se abren tantas oportunidades para situaciones insólitas.
¿Grondona entonces como encaja en toda esta historia? Es díficil de dilucidar con tanto maquillaje periodístico y desinformación constante. En términos de la administración nuestro país tiene clubes con deudas enormes que en comparación a las deudas de los clubes europeos parecen un chiste. En comparación. La realidad es que 200 millones de pesos de pasivo son dificiles de saldar. El tipo de cambio actual nos es favorable en ventas pero para la retención y compra de jugadores es un dolor de cabeza. En términos del fútbol local la experiencia de la generación del 86 fue desastrosa por donde se lo vea. Evidenció no sólo las capacidades de los cuerpos técnicos de selecciones sino también el atraso conceptual con respecto a lo que se ve en otras ligas. También quedó demostrado que hay un detrimento de la calidad, tanto en la formación individual del futbolista como en la proporción distribuída en los diferentes puestos. Y eso es culpa de los clubes y de la AFA.
A Grondona se lo está maquillando para una nueva elección de AFA con operaciones berretas pero efectivas desde lo discursivo. Lo más probable, casi seguro, es que gane. Su fortaleza reside no sólo en su genio maquiavélico, sino también en la ausencia de rivales. La oferta para Octubre es Grondona o Vila. Los dirigentes del fútbol argentino tienden a ser conservadores y es por eso que van a votar al padrino. Temen que Vila le abra camino a otros actores que desplazarían a los clanes tradicionales de cada club argentino. Solamente en la cabeza (y billetera) de Fantino (maquillador de la oposición) entra que Vila sea una alternativa mejor. Que el estado de nuestro fútol habilite a críticas mayores a la cúpula no es motivo de alarma para la misma. El descontento no es canalizable hacia un actor sin prestigio social alguno. La gente no pide Vila, pide basta de Grondona. Hasta que no aparezca otro actor con un minimo de prestigio seguirán los mismos de siempre. Mientras tanto, el culpable de los fracasos en la selección seguirá siendo Messi.