El Indio copó Junín, sin Bengalas, pero con incidentes.
(JUNIN-ENVIADO ESPECIAL) Rock ‘N Ball vivió desde adentro una nueva Misa India. Con más de 100 mil personas, el espíritu de Patricio Rey en cada rincón, y el ícono más grosso de nuestro querido Rock Nacional la fiesta fue “casi” perfecta.
Y digo casi porque tan sólo hubo una bengala, en Juguetes Perdidos y un tres tiros en Nadie es Perfecto. Esa es toda la pirotecnia que RnB divisó, desde el corazón del Autodromo Eusebio Marcilla, de esta ciudad. Ya de entrada nomás, los carteles eran clarísimos. “No Bengalas” y “Esta Fiesta sin Bengalas” era lo que podía leerse en las cuatro pantallas del lugar desde mucho antes que la noche conquistara Junín.
Un accidente en Luján provocó que los miles de “feligreses” que iban rumbo a la Misa India llegaran con retraso y todos juntos. En la entrada de la ciudad se indicaba como ingresar y, de ahí, al parking de micros. Un lío. El micro que más cercano estaba quedaba a 2 Kilómetros del show (El más lejano a 10, posta) . No es joda. La gente llegaba cansada, fastidiosa y se topaba con unos controles que dejaron mucho que desear.
Asi los incidentes fueron inevitables. Mientras adentro sonaba “Todos a los botes”, “El Tabano en la Oreja” y “Ceremonia en la Tormenta”, los tres temas de El Perfume de la Tempestad con los que un abrigado Indio abrió el show, afuera se mataban. Volaban botellas de vidrio y, luego, balazos de goma. Varios colados, varias piñas y varios sin entrar. El show siguió con “Porco Rex” y la seguidilla redonda de “Yo Caníbal”, “La Hija del fletero” y “Mariposa Pontiac”. El Indio lucia abrigado y avisó que èl y los Fundamentalistas eran una “Enfermeria”.
“Pabellón 7º”, “Tarea Fina” y “Vuelo a Sydney” siguieron la lista de un show al que el viento complicó. Claro, más de 100 mil personas y un viento que hacia lo que quería con el sonido. Eso sí, a dos cuadras del escenario (Literal) la fiesta se vivía como adelante. A veces no se escuchaba nada, pero eso no impedía los saltos, el show y la “Misa India“.
Siguieron pasando varios temas del repertorio del Indio y también de Los Redondos, en una lista que, vale destcar, fue equilibrada. “La murga de la Virgencita”, “Martinis y Tafiroles, Vino Mariani”, “Torito es Muerto” y el enganchado de “Nadie es perfecto-Ñam fri fruli” siguieron la lista.
El indio se tomó un tiempo para recordar a Candela Sol Rodríguez, aunque sin nombrarla: “Cuiden a las nenitas del barrio, son muy chiquitas. La prostitución es una decisión de adultos, no metamos a los chiquitos” pidió y se llevó la merecida ovación. El Indio se mostró muy “paternal” con su público, les pidió que se cuiden en reiteradas oportunidades, les agradeció por haber ido y hasta pidió que “vean la ciudad que nos alberga, Junín. Sean buenos con ella, porque ella ha sido muy buena con nosotros”. Además pidió disculpas “si no acierto alguna nota. El viento me da de frente y me seca la gola constantemente”. A la gente poco le importó, claro está.
“To beef or not to beef” de su primer disco continuó la noche, fría, de Junín. Pegado llegó uno de los temas más esperados de la nueva placa “Black Russian” y Solari anunció “vamos a mover un poco el culito, a ver si se nos pasa el frío arriba y abajo”, y comenzó “¿Por qué será que no me quiere Dios”?. “Lobo Caído” y “Cruz Diablo” marcaron el primer corte de la noche.
Al regreso, el Indio sacó de su “arsenal” de canciones “El Tesoro de los Inocentes”, el tema con el que le anunció al mundo que estaba de regreso. Una triología ricotera de aquellas sacudió el frío al público, en un lugar colmadísimo y del que, literalmente, no se veía el fin del cabecerío. Impresionaba, realmente. “Vamos las Bandas”, “Maldición va a ser un día hermoso” y “Juguetes Perdidos”, que en lugar de un festival de bengalas está vez fue un festival de chicas en los hombros y de encendedores al aire, además de buzos y remeras al viento. Segundo corte y el show entraba en la recta final.
“Flight 956″ el corte difusión de Porco Rex anunciaba un final inminente. “Es reiterativo, pero sólo puedo decir gracias. Gracias por venirse hasta acá. Por favor, cuidense al volver, manejen los que estén sobrios…ustedes ya saben. Gracias”, dijo el Indio, ya de nuevo con la campera puesta luego de hacer el intento de utilizar sus clásicas camisas floreadas y comenzó “Ji, ji, ji” y sí, el pogo más grande del Universo cobró vida.
No hubo sector del campo que quedará indemne al “No lo soñeeee e eee e” con el que el tema corona su estribillo. Todos formando parte del pogo más único del rock nacional, sazonado por la cuota de terrerío que se levantaba cada vez que las zapatillas o las Topper de los presentes saltaban sobre la tierra. “Ji, ji, ji”, entonces, se asemejó a una tormenta del desierto.
Final de una nueva “Misa India”. En el mejor de los casos, ahora había que caminar entre 3 y 4 kilómetros. No importaba nada. Un cementeío de botellas y envases coronaban la salida con centenares de miles de personas marchando, a paso cansino, pero firme. Muy poca luz iluminó el regreso (otra falla garrafal de la productora). Hubo golpes a la entrada, diversión en el show y cansanció y fastidio a la vuelta. Pero como le dijo alguien a Rock ‘N Ball mientras enumeraba estos motivos y más de la noche. “Lo vi al Indio, soy feliz”. Ese debe haber sido el pensamiento que acompañó a los ¿120 mil? ¿Más? ricoteros que se llegaron hasta Junín en el interminable regreso a casa.
Lista de Temas.
Todos a los botes
El tábano en la oreja
Ceremonia en la Tormenta
Porco rex
Yo caníbal
La hija del fletero
Mariposa pontiac
Pabellon 7º
Tarea Fina
Vuelo a sidney
La Murga de la virgencita
Martinis y Tafiroles
Vino Mariani
Torito es muerto
Nadie es perfecto/ñan fri fruli
To beef or not to beef
Black Russian
¿Por qué sera que no me quiere Dios?
Lobo caído
Cruz Diablo
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El tesoro de los inocentes
Vamos las bandas
Maldicion va a ser un dia hermoso
Juguetes perdidos
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Flight 956
Jijiji