“Nunca dejé de soñar con la Selección”
El Pibito anda haciendo goles en el Benfica, su nuevo equipo: “Volví a ser feliz”. Ahora juega seguido y no descarta que Diego alguna vez se fije en él. También está chocho por jugar de nuevo al lado de Pablo Aimar.
JORGE LOPEZ | jorgelopez@ole.com.ar
Este fin de semana volvió a meter un gol y nuevamente fue la tapa de las revistas especializadas que lo tratan de ídolo.
En serio, Javi, Te tiene en la foto…
-Andá, me estás jodiendo.
-Averiguá. Vas a ver, fijate en Internet…
Fernando Gago insistía sobre su entonces compañero del Madrid. A Javier Saviola le costaba creerle. Tal vez porque nunca se hubiera imaginado colgado en una pared de la Bombonera, enmarcado en pleno palco maradoniano, abrazado a un Diego que hasta no hace tanto debía pedir permiso para visitar a los jugadores de la Selección. “Cuando me lo comentó, pensé que me era joda… En la cancha de Boca y al lado de Diego: no lo podía creer. Cuando vi que era cierto, me produjo una alegría muy grande, el orgullo de estar con uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, imaginate…”, se entusiasma Javier Saviola desde Lisboa, su nuevo lugar en el mundo.
El Conejo de los 111 goles en Europa y 37 con la Selección está otra vez haciendo de las suyas. Vecino de Aimar, Shaffer y Cardozo, en diciembre cumplirá 28 años. Atendió en exclusiva a Olé y habló por primera vez con un medio argentino desde que decidió marcharse del Madrid.
-¿Tuviste contacto con DIego desde que es DT?
-Hace mucho que no lo veo. Tengo su imagen dentro del vestuario, en pleno Mundial de Alemania, cuando nos venía a alentar antes de los partidos. Después, no lo vi más. Cuando estuvo en Madrid, se reunió con los que iba a citar.Quiero que le vaya bien, se lo merece.
-¿Qué sentís cuando escuchás que a la Selección le falta gol?
-Cuando las cosas van mal, siempre hay culpables. Si no se habla del delantero, se habla del arquero, del técnico. Pero en este momento no hay que buscar culpables.
-También se debate acerca de lo perjudicial de jugar con delanteros bajitos, sin un 9 de área…
-Hay jugadores de calidad, no pasa por decir que uno es bajo, es alto… No hay una manera de jugar al fútbol ni de atacar. En la Argentina, además, todos discuten por cosas del fútbol, es la pasión con la que se vive todo.
-¿Cómo vivís la crisis de la Selección a la distancia?
-Con mucha tristeza. Vi los partidos de las Eliminatorias y me puse en la piel de los muchachos, de la gente. No es fácil. Es un momento complicado, pero no podemos mirar hacia atrás. La Selección debe estar unida y saber que hay que ganar estos partidos como sea y clasificar, independientemente de los jugadores que estén. No tengo dudas de que los muchachos van a dejar el alma. Todos sabemos cómo siente el jugador a la camiseta de la Selección.
-Fuiste compañero de Messi. ¿Por qué rinde diferente en el Barcelona?
-La gente espera mucho de todos los jugadores que estamos en Europa. Ven el rendimiento que tenés afuera, los goles, los partidos que jugás, pero deben darse cuenta de que en la Selección tenés una semana para preparar el partido, que tus compañeros no son los mismos, que la adaptación al equipo debe ser rápida. La gente es exigente en todos lados. En su momento fueron criticados Kaká, Cristiano Ronaldo… A Messi hay que apoyarlo. Lionel es una persona muy querida, un tipo muy sencillo. Cuando estuvimos juntos en la Selección o nos cruzamos en algún aeropuerto, siempre se comportó muy bien conmigo. Todo lo grande que es dentro de la cancha, después tiene una humildad enorme. No creo que esté pasando un mal momento. Sólo hay que encontrar la forma en donde él pueda jugar mejor. Es un jugador bárbaro.
-¿Tenés la ilusión de volver a la Selección?
-Nunca dejé de soñar con la Selección. Sería mentira decirte que no me gustaría estar. Soy el primero al que le gustaría estar, poniendo el hombro. Es un orgullo muy grande cada vez que te llaman. Pero esté o no, soy el hincha número uno.
-¿Volviste a sonreír?
-Estoy feliz por este momento. Encontré un grupo muy bueno y un entrenador que me da confianza y la posibilidad de jugar partido tras partido. Era lo que necesitaba.
-¿Te sentís más Saviola?
-Todavía queda la temporada por delante, pero me estoy reencontrando con mi fútbol. Hoy tengo esa confianza. El equipo me ayuda mucho.
-¿Qué te convenció para dejar el Real Madrid?
-Había tenido otras posibilidades, en otras ligas, pero me sedujo la confianza de Rui Costa. Se puso en contacto y me dijo muchas cosas para que me sienta cómodo y viniera. También tener a Pablo (Aimar) como compañero. Hizo que me dieran muchas ganas de venir al Benfica. No me equivoqué. Es impresionante cómo se vive el fútbol acá: me hace acordar mucho a la Argentina…
-¿Es competitiva la liga portuguesa? Otras europeas se valoran más…
-Es muy fuerte físicamente. Se corre mucho. Los equipos te esperan y salen de contra. Se requiere estar bien físicamente. No hay muchos espacios y los equipos son compactos. Por suerte, encontré un técnico muy ofensivo, al que le gusta que el equipo juegue bien, de espectáculo, que seamos protagonistas dentro de la cancha. Tener jugadores rápidos, un equipo que ataque mucho, beneficia mi juego. Cardozo es el 9 de área; yo me muevo por todo el frente, detrás suyo y delante de Pablo. Tengo la posibilidad de elegir en qué punta jugar…
-¿Te lo tomás como una revancha tras lo vivido en el Madrid?
-No lo tomé como una revancha a nada ni a nadie. Soy perfeccionista conmigo y cuando no jugaba, trataba de mantenerme bien físicamente. No tengo que demostrarle nada a nadie. La mayor satisfacción de jugar y de sentirme feliz adentro de una cancha, es mía.
-¿Qué enseñanza te dejó?
-La más grande es que nunca debés bajar los brazos. Cuando no jugás ves todo negro. No es lo mismo ir a entrenarte sabiendo que no vas a jugar o tener que practicar distinto al grupo que juega. Pero tuve siempre mentalidad positiva. Ahora estoy feliz. El otro fin de semana, luego de hacer el gol del Benfica, volví a verlo y me sorprendí por todo lo que corrí con la pelota en los pies (NdeR: 60 metros). ¡Lo hacés cuando tenés confianza, cuando te sentís bien!
-¿Te molestó que te acusaran de quedarte en el Madrid por tu contrato?
-No me conocen ni un poco. Amo el fútbol, me encanta jugar y lo único que busco es ser feliz en una cancha.
-¿Te arrepentiste de no haberte ido antes?
-Soy un luchador, no me entrego nunca… Quería pelearla, nunca bajé los brazos.
-¿El cambio de club también tuvo que ver con no quedar al margen de las convocatorias?
-Fue para volver a sentirme feliz, tener continuidad, tal vez la Selección…
-¿Con Aimar siguen jugando de memoria?
-Todo lleva su tiempo. Ya no tenemos ni 17 ni 19, pero nos entendimos bien, rápido, nos conocemos. Fue muy especial volver a estar como compañeros. Tenemos un amistad muy grande. Nos fuimos de River y nunca dejamos de tener esa relación, aunque él ya tiene dos hijos y va a tener el tercero. Tenemos la madurez de haber estado tantos años en el fútbol europeo. Somos de la misma manera, pero diez años más grandes.
-¿Cómo ven al fútbol argentino en Portugal?
-Somos cuatro argentinos, más los uruguayos. Siempre nos juntamos en alguna habitación para ver los partidos. Ahora que no los pasan más por la tele, nos reunimos alrededor de alguna computadora… Hoy el fútbol argentino es muy irregular y se equiparó todo. Cuando jugábamos nosotros había un poco más de diferencia entre los grandes y el resto. Con Pablo hablamos mucho de River: el otro día hablábamos de la vuelta de Almeyda…
-En River mueren por tu regreso.
-Cuando me encuentro con algún argentino, sea en Buenos Aires, Lisboa, Madrid, siempre me dicen que vuelva a River. La gente está necesitada de títulos, de que el club vuelva a estar entre los mejores…
-¿Mantenés a Ortega como ídolo, como cuando eras alcanzapelotas?
-Es uno de los últimos ídolos, de los últimos grandes jugadores que tuvo River. Un orgullo para los hinchas. Quiere mucho a la camiseta y yo disfruto cuando lo veo con la de River…
“Nunca dejé de soñar con la Selección”