El aparato de propaganda oficialista
Hace poco más de 10 años que es una herramienta fundamental para las presidencias de turno. En la tiranía Aguilar, a través del silencio. En la Era Passarella, a través de la tergiversación de la realidad. En ambos casos, el aparato de propaganda oficialista fue y es funcional a aquellas dirigencias que mientras desangran a River, pintan una realidad esquizofrénica del club.
¿Cuáles son los métodos utilizados por el aparato de propaganda oficialista? A continuación, algunas tácticas para teñir la realidad y contentar a los fieles:
La lógica del subdesarrollo: Como si River fuera un país del subdesarrollo que alguna vez supo ser potencia, el principal argumento del oficialismo, se fundamenta en la idea de que hoy se está mejor que ayer (principalmente desde lo económico). Partiendo de la base de que estando en la B, nunca se puede estar mejor, los más fundamentalistas apelan al mediocre argumento del “Con Aguilar era peor”. La realidad marca que hoy se está mejor que mañana.
La cortina de humo: Es un elemento clave para la “gestión de crisis” del mundo River. Cuando River descendió, el propio Passarella anunció que revelaría información sensible a cerca de la auditoría que prometió. A las pocas semanas, luego de haber superado el “climax” de condena por el descenso, el presidente presentó los resultados de una auditoría parcial que prácticamente indultó a Aguilar luego de años y años de administrar calamitosamente al club. Luego de la derrota contra Atlanta, salen algunas versiones sobre las gestiones de algunos dirigentes para repatriar a Saviola y a Aimar (jugadores que además de haber renovado con sus clubes, manifestaron sus deseos de continuar en Europa).
Un River humillado vale tanto como la soja: Jugar en la segunda categoría, perder partidos insólitos, afiches, burlas, declaraciones “pintorescas” como las del DT de Altanta, alimentan día a día el circo mediático en el cual esta dirigencia hundió al club. “El morbo” es el principal producto que se vende en las portadas de todos los diarios deportivos y en la televisión. Mientras tanto, no alcanzan las tribunas, no alcanzan las entradas…Entradas cuyo precio aumenta cada vez más y más, perjudicando al socio y al hincha: el morbo crece, el negocio también. En las tribunas ya se instaló que criticar es “no tirar para el mismo lado”. La cultura del aguante se ha desnaturalizado: es un aguante sin criterio, sin introspección, sin exigencias…Para esta gente, no existe tal cosa como combinar “el aguante” y también la visión “crítica”. Hay que entender que no se cuestiona la pasión. Lo que se cuestiona es la pasión sin razón. La propaganda ha logrado que el hincha de River sea un sujeto “pasivo” desde lo político, pero “activo” a la hora de pagar lo que sea para enriquecer las arcas del club.
La mentira de los números: Se ha escrito mucho sobre el deleznable desempeño futbolístico de River. Los números en la tabla, las abultadas goleadas, la llegada de grandes figuras (como Trezeguet), han maquillado el juego colectivo del equipo. Tarde o temprano, River iba a sufrir caídas como la de Altanta: sólo se veía el segundo puesto, no se analizaba que era un campeonato parejo, con el 3ero y el 4to ha tan sólo tres o dos de distancia.
La mentira de la B: El principal argumento que se instaló fue que en la B “los equipos le juegan a River distinto” y eso en parte, justificaría los empates, las derrotas, o el segundo puesto en la tabla. Aunque la afirmación puede que a medias, sea verdadera, utilizar ese argumento para justificar un resultado es como decirle a nuestro jefe que no podemos hacer nuestro trabajo porque es demasiado exigente. La camiseta de River exige jugar contra equipos de cualquiera talla ¿o en la Libertadores los equipos no dejan la vida por llegar a la final? ¿o cuando River necesitaba tres puntos para salir campeón los rivales no dejaban todo para impedirlo? ¿La B es más difícil que Primera y la Libertadores?.
Esta dirigencia tiene el deber de devolvernos a Primera y está tapando con excusas y el uso de su aparato de propaganda, lo que puede ser otro catastrófico hundimiento del Titanic. La situación no es muy distinta a la del año pasado: River tambaleó frente a All Boys promediando la 9vena fecha del Clausura. Luego vino el desastre. Hoy, River transita por la fecha 28 (lo que sería la fecha 10) en el Nacional. El equipo no sólo no juega a nada sino que también está comenzando a combinar la incertidumbre futbolística con pavor. River descendió sin pelear. Por el asenso, River muestra lo mismo: timidez, miedo, aversión al juego, etc.
River necesita salir del abismo ya. Ganar y generar un colchón de puntos para ascender directamente. Este equipo ya ha demostrado que no está a la altura para jugar partidos determinantes. El ascenso por Promoción no es opción: el equipo no está capacitado para ganarle una final a ningún equipo afiliado a AFA. La táctica propagandística de Passarella en esta Era fue tergiversar la verdad, aunque hay algo sin embargo en lo que el Kaiser no mintió: ya dijo que si River no asciende, no irá a tirarse al río.
[RIGHT]Facundo Adamoli
@facuadamoli[/RIGHT]
Otro item es el amiguismo entre periodistas y jugadores/cuerpo técnico. (El DT como escudo)