Impacto de la AUH en la escolaridad bonaerense
El día que la AFIP se avive y empiece a cobrar un tributo a la pereza intelectual, hay unos cuantos que van a tener que ponerse a trabajar para poder pagarlo.
Lo sabe Fernando Iglesias, y por eso está muy preocupado. Daniel Scioli no lo sabe, pero buen, no tiene por qué saber todo, para eso están los colaboradores, no?
En 2001 el INDEC realizó un Censo de población. Ese trabajo arrojó cifras muy importantes, entre las cuales estaba el porcentaje de niños y jóvenes escolarizados en cada provincia.
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El Censo confirmó con estadística algo que ya se sabía empíricamente: En la Provincia de Buenos Aires (Conurbano + Interior provincial) la deserción escolar comienza a producirse a partir de los 12 años y se acentúa después de los 15. El promedio daba que el 87,4% de los adolescentes de entre 12 y 18 años se encontraba asistiendo a algún nivel de enseñanza dentro del sistema escolar en la Provincia de Buenos Aires.
Primer problema para los publicistas del gobernador, que elaboran slogans para la Provincia inspirados en la propaganda eufórica elaborada para el consumo del progresismo hardcore de las clases medias capitalinas: 87,4% + 20%, no da cien.
Ahora, uno puede pensar que tal vez lo que se quizo comunicar fue otra cosa, y que en el entrevero de tanto anuncio se cometió un desliz, de esos que los temibles asesores del diputado Iglesias no perdonan.
Pero ¿Qué se habrá querido comunicar?
Me fui a buscar, entonces, un Universo un poco más amplio que el Censo de 2001. Algo que fuera un poco más allá del Censo en sí mismo, como por ejemplo la evolución de la matrícula escolar entre 2002 y 2008.
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Resulta que en el organigrama de la Dirección General de Educación provincial, hay un lugar que se llama Dirección Provincial de Planeamiento. A su vez, dentro de esta Dirección, hay una Dirección de Información y Estadística (DIE). Gente que, a mi entender, ya se ganó el cielo, aunque sean invisibles para el resto de los mortales.
La DIE elabora todos los años un relevamiento, sobre la escolaridad en la Provincia de Buenos Aires. Parte de esos relevamientos anuales están en el cuadro que acaban de ver, donde se aprecia que la variación de la matrícula escolar de los adolescentes de entre 12 y 18 años, de 2002 a 2008, fue de apenas el 1,8%.
¿Tan fuerte puede ser el impacto de la Asignación Universal como para que pasemos del 1,8% al 20%? La tentación de hacerse esta pregunta, es tan inevitable como inútil.
Nobleza obliga, yo ya conocía estos relevamientos, por eso casi me atraganto con una fugazzeta de [b][i]Los Blancos[/i][/b], la primera vez que escuché lo del ya famoso “20 por ciento”.
Por otra parte, existe además una estimación de población realizada por el [i][b]INDEC[/b][/i] cuya base metodológica es correcta, aunque admite un márgen de error que ronda el 2,5%. Cruzando los datos de esa estimación poblacional con la matrícula existente, y agregando a esos datos el famoso 20 por ciento de aumento en la escolaridad de 2010, se obtiene como resultado un número absurdo en relación a la cantidad de Unidades Educativas que hay en la Provincia (si hace falta, cuelgo los cuadros. No lo hago porque sino el post sería eterno).
Para que se entienda bien: no hay escuelas en la Provincia de Buenos Aires para soportar el supuesto incremento de 20% en la matrícula. Salvo que los pibes estén sentados en el suelo de las aulas, o tomando clases en los patios, al ladito del busto de Sarmiento.
Ergo, el error no fue involuntario. Se quiso comunicar lo que se comunicó.
Sin embargo, puede haber un punto en el que los publicistas del gobernador tengan razón (aunque no lo sepan).
Efectivamente, puede haberse producido un fuerte aumento de la matrícula escolar (no tengo idea de cuánto, pero puede haber sido un 20%), si solo tomamos en cuenta al nivel del “clima educativo del hogar” de los adolescentes reescolarizados.
El “clima educativo del hogar” (CEH) es un recurso metodológico que se utiliza para realizar una aproximación al origen social del grupo que nos interesa conocer: en este caso, los niños y jóvenes de entre 12 y 18 años que podrían haber vuelto a la escuela para obtener la libreta que habilite al cobro de la Asignación Universal.
En el actual objeto de estudio, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), nos brinda los datos necesarios como para averiguar el CEH de los pibes que están en situación de vulnerabilidad escolar.
¿Qué es la “vulnerabilidad educativa”? Es la situación en la que se encuentran todos aquellos adolescentes que no asisten a la escuela o que asisten con atraso escolar (los que no tienen una edad acorde al momento escolar que atraviesan).
Como se puede apreciar en el cuadro anterior, el porcentaje de jóvenes provenientes de hogares con bajo CEH que se encuentran en vulnerabilidad escolar es altísimo: casi un 69%. En tanto que los adolescentes que viven en hogares con CEH medio, llegan casi al 50%.
En esta porción de la población adolescente, sí es factible que la oportunidad de un ingreso económico haya generado un retorno masivo a la escuela. Aquí, lo del “20 por ciento” se torna un poco más real, sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2007 se registró el porcentaje más alto de adolescentes en situación de vulnerabilidad educativa entre aquellos con CEH-Bajo y Medio (68,8% y 49,2% respectivamente).
En consecuencia, si se hubiese dicho “En los sectores de mayor vulnerabilidad educativa, la Asignación Universal produjo un aumento del 20% de la matrícula escolar”, se podrían haber evitado las carcajadas de algunos, y yo no me hubiese atragantado con la fugazzeta. Pero bueno, lo dicho, dicho está.