¿Jugará con un sistema que hará historia? No, a horas de chocar con Alemania, apuesta a las coincidencias con el 86… “Los periodistas creen que vamos a salir últimos”.
Quiero que el equipo tenga la filosofía de Menotti del 78 y de Bilardo del 86", avisó Diego.
Tardó hasta el límite de la impaciencia, en especial de los casi 80 periodistas alemanes que habían copado el salón de conferencias del Mandarin Oriental Munich. Chupa ese mandarín, podría haber ironizado alguno, pero lejos estuvo Maradona de sellar otra frase célebre. Al contrario, templado y fresco (el retraso fue, justamente, por la ducha post entrenamiento), Diego se disculpó por la larga espera de 40 minutos y hasta bromeó por el almohadón que le habían puesto sobre la silla, para levantarlo un poco más y que las botellitas de uno de los sponsors de la AFA no le taparan la cara. Sin embargo, bastó una pregunta que le diera el pie justo para tirarle un puntazo a la prensa argentina. Pero no lo hizo enojado ni siquiera desafiante, como algunas otras veces. Sus palabras fueron de un corte netamente estratégico. “El periodismo cree que vamos a salir últimos y eso nos da una fuerza terrorífica. Se está dando lo del 86: salimos como últimos y llegamos como primeros. Y ése es el mensaje que tienen mis jugadores”. Más claro, imposible: ése es el mensaje a los jugadores. Todavía no apareció el tiempo necesario para buscar una filosofía de juego y desarrollar el equipo que quiere Maradona (“nunca los tuve más de una semana”, justificó el entrenador), pero sí el espacio verbal para que la táctica del enemigo fuera de la cancha cale bien profundo en su plantel.
Bilardo, hace 24 años, supo sentirse perseguido por una parte del periodismo, a quien apuntó externa e internamente como los contra. Sí, vos sos contra mío, como acuñó Basile tiempo después. Y allá por el 86 los jugadores también jugaron sus partidos, los siete del Mundial de México que los llevaron a la gloria y un octavo, batallador, contra la prensa nacional que discrepaba con el estilo del seleccionado. “Hasta nos metimos en peleas que no eran nuestras para bancarlo”, recordó hace poco Ruggeri sobre Bilardo, aunque ahora sin bancarlo demasiado.
Resultó toda una estrategia, una táctica, que tal vez, es cierto, los terminó de unir; pero que hubiese sido en vano si no era acompañada por una búsqueda de juego, por una idea concreta y por un Maradona brillante, imparable. Si el mérito de Bilardo fue encontrar el rival justo (el periodismo) sería subestimarlo. Como sería hacerlo con Diego, si se pensara que hace las cosas bien o mal según tal o cual periodista que lo critique.