La empresa que despidió al personal de Newell´s para evitar la quiebra
Una metalúrgica local se vio desbordada por la relación entre empleados de Central y Newell´s. “La productividad arrancaba el miércoles”, dijo el empresario
Guillermo junto a su socio están al frente de una metalúrgica local que está instalada hace años en la ciudad. En la empresa se vivía intensamente el fanatismo por los clubes más grandes de Rosario. Del total de los empleados 20 eran hinchas de Rosario Central y 5 de Newells Oll Boys, mientras que Guillermo viste los colores de un club de Buenos Aires.
La situación con respecto a las cargadas en la empresa no pasaba a mayores cuando ambos clubes estaban en la primera categoría del fútbol argentino. Tal como lo explica Guillermo, todo comenzó a tomar un rumbo inesperado cuando Rosario Central llegó a la B Nacional: “Durante l años en los cuales los clubes de la ciudad estaban en la primera categoría las discusiones o cargadas no pasaban del resultado, la cantidad de gente, la llegada al clásico, y esas cosas del fútbol que pasan en todos lados”.
“Esta relación tomó un rumbo inesperado cuando Central desciende y la relación entre los empleados fue cada vez peor. La semana comenzaba con cargadas a tal punto de que los operarios el lunes no producían, el martes seguían las bromas y la productividad recién mostraba indicios y el miércoles comenzaban a producir como en un día común. Esta producción perduraba sólo hasta el día jueves porque el viernes seguro jugaba alguno de los dos y retornaba la mala relación los empleados de ambos equipos”, siguió contando Guillermo.
“La cena que hacemos dos veces por año no la pudimos hacer más porque discutían entre ellos, el almuerzo que comparten en la fábrica lo hacían separados, algunos operarios mandaban piezas mal realizadas al del equipo contrario para echarle la culpa, no se invitaban a los cumpleaños cuando antes si lo hacían, los que tomaban llamadas no le atendía a proveedores de otro club y todo llegó al extremo de no bajar mercaderías o cargarlas si el conductor del camión era de otro cuadro”, contó Guillermo cómo se fue dando el conflicto dentro de la empresa.
“Con mi socio vimos que la productividad de la empresa no sólo no avanzaba sino que también retrocedía, tuvimos que tomar una decisión. Como los hinchas de Newell´s eran menos decidimos echarlos. Fue una medida muy difícil porque algunos estaban hace muchos años en la metalúrgica y eran muy buenos profesionales”, continuó Guillermo.
Haciendo referencia a lo que le siguió a la medida tomada en sociedad, Guillermo concluyó: “Esta medida que la empezamos a tomar gradualmente desde principio de año se trasladó también a la toma de nuevo personal, la compañía que nos abastece de personal fue avisada de que le consulte a los postulantes de qué club son para que no ingresen nuevos empleados que siguen al equipo del Parque.
La empresa que despidió al personal de Newell´s para evitar la quiebra
Una metalúrgica local se vio desbordada por la relación entre empleados de Central y Newell´s. “La productividad arrancaba el miércoles”, dijo el empresario
Guillermo junto a su socio están al frente de una metalúrgica local que está instalada hace años en la ciudad. En la empresa se vivía intensamente el fanatismo por los clubes más grandes de Rosario. Del total de los empleados 20 eran hinchas de Rosario Central y 5 de Newells Oll Boys, mientras que Guillermo viste los colores de un club de Buenos Aires.
La situación con respecto a las cargadas en la empresa no pasaba a mayores cuando ambos clubes estaban en la primera categoría del fútbol argentino. Tal como lo explica Guillermo, todo comenzó a tomar un rumbo inesperado cuando Rosario Central llegó a la B Nacional: “Durante l años en los cuales los clubes de la ciudad estaban en la primera categoría las discusiones o cargadas no pasaban del resultado, la cantidad de gente, la llegada al clásico, y esas cosas del fútbol que pasan en todos lados”.
“Esta relación tomó un rumbo inesperado cuando Central desciende y la relación entre los empleados fue cada vez peor. La semana comenzaba con cargadas a tal punto de que los operarios el lunes no producían, el martes seguían las bromas y la productividad recién mostraba indicios y el miércoles comenzaban a producir como en un día común. Esta producción perduraba sólo hasta el día jueves porque el viernes seguro jugaba alguno de los dos y retornaba la mala relación los empleados de ambos equipos”, siguió contando Guillermo.
“La cena que hacemos dos veces por año no la pudimos hacer más porque discutían entre ellos, el almuerzo que comparten en la fábrica lo hacían separados, algunos operarios mandaban piezas mal realizadas al del equipo contrario para echarle la culpa, no se invitaban a los cumpleaños cuando antes si lo hacían, los que tomaban llamadas no le atendía a proveedores de otro club y todo llegó al extremo de no bajar mercaderías o cargarlas si el conductor del camión era de otro cuadro”, contó Guillermo cómo se fue dando el conflicto dentro de la empresa.
“Con mi socio vimos que la productividad de la empresa no sólo no avanzaba sino que también retrocedía, tuvimos que tomar una decisión. Como los hinchas de Newell´s eran menos decidimos echarlos. Fue una medida muy difícil porque algunos estaban hace muchos años en la metalúrgica y eran muy buenos profesionales”, continuó Guillermo.
Haciendo referencia a lo que le siguió a la medida tomada en sociedad, Guillermo concluyó: “Esta medida que la empezamos a tomar gradualmente desde principio de año se trasladó también a la toma de nuevo personal, la compañía que nos abastece de personal fue avisada de que le consulte a los postulantes de qué club son para que no ingresen nuevos empleados que siguen al equipo del Parque.
Pero en Rosario son muy enfermos, es un clásico tanto o mas importante que River-Boca pero no por el campo o las “tribunas” sino lo que vive la ciudad, ya de por si, los boliches se dividen entre Central o la Lepra, las plazas lo mismo… ni hablar las semanas previas al clásico, muy zarpado la verdad.