¿Cómo se adapta el fútbol argentino al cepo al dólar?
A la fuerza, los clubes pagan contratos en moneda nacional; es el primer paso de una serie de medidas, que incluye una banda de flotación cambiaria entre los $ 4,5 y 8; se reduce la llegada de jugadores extranjeros. Por Alejandro Casar González
Obligado por la escasez de moneda extranjera, el fútbol argentino se adapta a las nuevas reglas del juego. De cara al campeonato Inicial hay un cambio notorio: sale Benjamín Franklin, el prócer que los jugadores estaban acostumbrados a ver en los billetes de cien dólares, y entra Julio Argentino Roca, el hombre de los cien pesos. La pelota, por lo menos en esta parte del planeta, ya no piensa en verde.
Cómo sortear una inflación anual cercana al 25% y una brecha entre el dólar oficial y el paralelo superior al 40% es la gran disyuntiva de futbolistas y representantes. Firmar un contrato atado al dólar blue es ilegal, ya que nadie reconoce su cotización, por lo que la alternativa que encontraron algunos clubes fue establecer una banda de flotación cambiaria que va entre los $ 4,5 y los 8 durante los dos o tres años que dura el contrato. La llegada de Mauro Camoranesi a Racing se acordó luego de consensuar un valor en dólares pesificado a un valor promedio entre el billete oficial y el paralelo.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias en un futuro no demasiado lejano? “El efecto deportivo será una disminución en la cantidad de jugadores extranjeros y eso redundará en que cada vez aparecerán más y mejores futbolistas de las inferiores”, estima Germán Lerche, presidente de Colón, quien se jacta de tener todos sus contratos en pesos desde hace dos años. “A nivel económico, ganaremos en previsibilidad. Todos cobrarán directamente en pesos”, agrega.
Más allá de que el Gobierno haya endurecido los controles sobre el dólar, el Comité Ejecutivo trabajaba desde febrero en medidas concretas para disminuir los gastos. Quienes conocen a Julio Grondona aseguran que esta vez va en serio su amenaza de desafiliar a aquellos clubes que no honren sus deudas con Futbolistas Argentinos Agremiados. “A nadie le gusta aceptarlo, pero la fiesta del fútbol se acabó”, se sinceran en el edificio de la calle Viamonte. Los números son lapidarios: a febrero de este año, la deuda de los clubes con la AFA ascendía a $ 542 millones; el rojo con la AFIP del fútbol argentino trepaba a casi $ 275 millones y la suma de los pasivos de los clubes de primera y River -que todavía no había regresado a primera- ascendía a $ 1303 millones.
“Todas las negociaciones que hizo Vélez son en pesos”, asegura Miguel Calello, presidente de la entidad de Liniers. En la institución también prevén un posible corrimiento cambiario en los próximos años, aunque a la hora de firmar los convenios la moneda es argentina. Hasta ahora, la única cara nueva del plantel velezano es el arquero uruguayo Sebastián Sosa. En la semana, su representante, Marcelo Kobistyj, admitió las dificultades cambiarias. “Hasta que apareció Vélez, luchábamos con Boca por todo aquello por lo que luchan los jugadores que vienen del exterior: no perder su capacidad de ahorro”, dijo en declaraciones radiales.
Argentinos Juniors también contrató en pesos. Y firmó en pesos el contrato de su refuerzo más importante, el goleador peruano José Carlos Fernández. El resto de los nuevos futbolistas también se adaptó al nuevo escenario, con la cotización oficial del dólar.
Otra consecuencia del control cambiario se vive a la hora de adquirir la ficha de algún futbolista que actúa en el extranjero. La transferencia de Víctor Ayala, desde Libertad (Paraguay) a Lanús, por ejemplo, dependió de que un banco autorizara la compra de dólares destinada a la operación. Un club del interior fue más allá: como no tenía dólares para pagar el préstamo del delantero foráneo que precisa para su plantel, le explicó a su representante que el jugador, si quiere llegar al fútbol argentino, debe hacerlo sólo por el contrato. El futbolista ya habría aceptado la operación, sin cargo, y sería presentado en los próximos días.
Además del club granate, hasta ahora sólo invirtieron dinero en efectivo Vélez, Estudiantes, Racing, River y Boca. “Ya no compramos pases, sino contratos”, fue la frase, sincera hasta la brutalidad, de Javier Cantero, presidente de Independiente. Y esos contratos, a partir de ahora, estarán en pesos. Ésa es la nueva realidad del fútbol argentino.
LA SITUACIÓN IMPOSITIVA
La AFA ya prepara reformas económicas
Aunque aún no emitió su dictamen, un grupo de dirigentes trabaja en los nuevos parámetros económicos del fútbol argentino desde febrero. Coordinados por Miguel Silva (vicepresidente de Arsenal), el contador Horacio Reppucci, Gastón Cogorno (presidente de Racing), Miguel Calello (presidente de Vélez), Horacio Martignoni (dirigente de Sarmiento, de Junín), el doctor Marcelo Martín y el contador Reinaldo Basplelt están abocados a los temas impositivos. De acuerdo con lo que pudo reconstruir La Nacion, todos los clubes ya presentaron en la AFA el detalle de sus deudas con el fisco. En los próximos días se acogerían a un régimen de facilidades para regularizar su situación con la AFIP. Además, este grupo de dirigentes avanzó en otros ejes, como negociar salarios en bruto con los futbolistas, y que los jugadores se hagan cargo de los impuestos. De todo esto se hablará mañana en la reunión del comité ejecutivo de AFA.
CONTRA EL LAVADO DE DINERO
La resolución de la UIF cerró más mercados
La Unidad de Investigaciones Financieras que dirige José Sbattella resolvió obligar a los clubes a que le informen, mes tras mes, todas las cesiones de derechos económicos y federativos que realicen, además de las transacciones superiores a $100.000 en moneda nacional o su equivalente en billetes extranjeros. ¿Qué implica esa resolución? “En la práctica, mercados como Rusia, Ucrania o incluso México que antes invertían en jugadores de dos o tres millones de dólares ya no lo harán”, cuenta una fuente del mercado argentino que pidió anonimato. Esos mercados son justamente los más vigilados por organismos internacionales antilavado.
Me gusta que se empiecen a tomar medidas respecto a las deudas.