Buenos Aires, viernes 24 de junio de 2011
Sr Daniel Passarella.
Te voté. Confié en vos, Daniel. Quizás por que apenas tengo 25 años y porque la alternativa Rodolfo D’onofrio me helaba la sangre, me incline por el Gran Capitán. No desconocía tu pésimo segundo paso como DT del club. Tampoco desconocía que fuiste el DT que más dirigió en la nefasta época Aguilar y, mucho menos, tu afección a los negociados con los juveniles o con cuanto player ande suelto. Pero te voté.
Confié en que los huevos de Daniel Passarella, ese tipo “nacido para defender a River” iban a llevar a José María Aguilar a prisión. Me trague la píldora, entera y sin cortar, de la auditoría y, como un boludo, me ilusioné con “seducir” a los jugadores. Claro, mi razonamiento fue este. Si vos, Passarella, ídolo del club, jugador con unos huevos enormes, defensor con 99 goles, campeón con River adentro y afuera, no lo logra. Si él no consigue que los “pollos” que hizo debutar vuelvan a darle una mano, nadie lo hará.
¡Cómo me equivoque! Lo que no sabía (seguramente por edad o por mera ilusión) era que Daniel Passarella era el tipo más soberbio de este mundo. Que no iba a ser presidente de River, si no que Daniel Passarella iba a ser River. No tomé en cuenta que se iba a subestimar de esta manera el tema “promoción” y su correlativo “descenso”. No lo pensé.
No pensé que el ego de Passarella nos iba a privar de ver a Mauro Camoranesi con la camiseta que él quiso vestir (dos veces, eh). No pensé que el ego de Passarella nos iba a prohibir a Ramón por los próximos cuatro años. No pensé que el ego de Passarella iba a extender, sin motivo alguno, las estadías de Leonardo Astrada y Juan José López en el banco de suplentes. O equivocar el camino con Ángel Cappa. No pensé que él, un tipo de gritar y ordenar iba a elegir el silencio para comunicarse con los millones y millones de hinchas que tiene River. Pero pasó.
No pensé que lo único que te iba salir para decirle al hincha de River era “no estén cagados”. Lo peor no fue eso, lo peor fue que después no tomaste UNA medida para que eso no se haga realidad. Hiciste todo lo posible, con tu ego y soberbia como caballitos de batalla, para el hundimiento de River en esta situación. Algo que los hinchas de River más cerebrales veníamos venir hace más de dos años. Ojo, porque encima, este torneo te dio MIL chances de salvarte de todo. Hasta de ganarlo, mirá.
Juan José López siempre priorizó sumar un puntito a arriesgarse a ganar tres. Estimo que estarás de acuerdo. En este semestre, el más crítico de la historia de River, no te escuché la voz. No me sirven tus declaraciones vía tus medios afines para que te tiren centros. Estamos grandes Daniel, eso es lo mismo que hacia José y vos lo sabes. Es cierto, no tenés a gran parte del periodismo adornado y te tiran a matar más que lo que le tiraban al ex presidente. Que se yo, Daniel. Si Simeone logró lo imposible: sacar a River último, vos estás logrando la utopía: descender a River.
Ah, escúchame Daniel. No sirve que ahora te resguardes con el plantel, dándoles tu apoyo. ¿Sabés porque no te quieren? Porque no les pagas. Porque a ellos también les prometiste cosas y no les cumpliste. ¿Tienen culpa ellos en este momento? Sí, claro. Pero vos más. Vos sos la cabeza de todo esto. Siempre quisiste serlo. Viajaste a Europa para asesorarte. Te faltó aprobar sentido común. Siempre quisiste estar al mando del barco, el Gran Capitán, era tu destino. Bueno, el Gran Capitán no abandona el barco ’20 antes cuando el equipo cae en Promoción. El gran Capitán viaja a Córdoba, aunque el plantel no te quiera.
Y sobre todo, el Gran Capitán no infiltra gente para hacer quilombo. No espera a los socios que dijiste “nunca dejar solos” con infantería, dos hidrantes, dos celulares en la puerta de nuestra casa, el Estadio Monumental. El Gran Capitán no manda a reprimir a sus propios hinchas buscando quilombo para conseguir que el partido se juegue a puertas cerradas. No, Daniel. No.
Quizás el final sea inminente. Quizás no. No te dio el cuero Daniel. Tu soberbia te cegó, te inutilizó, mandó a River al carajo. Y vos, estás donde siempre quisiste: al mando de todo. Tomando TODAS las decisiones. En River, hace un año y medio, se hace lo que Daniel Passarella quiere. No creo, quiero no creer, que Passarella no quiere mandar a River al descenso. A esta altura ya no sé que pensar.
Lo cierto es que fracasaste. River es el Titanic, el iceberg está a dos metros, y, en este momento, no tenemos tiempo ni de guardar los violines. No le pegues a la gente, no reprimas a la gente, no hagas comunicados estúpidos, no le vayas con la escupidera a Grondona, para que encima se te cague de risa en la cara. Goberna, Carajo! Reacciona, Carajo! Tenés 48 horas para cambiar la historia. Habla con quien tengas que hablar, grita lo que tengas que gritar, echa a quien tengas que echar.
Pero si todo va mal, sabe algo. Vos sos el máximo responsable de la actualidad. Vos sos el tipo que está al mando de todo. Aguilar es un hijo de mil puta, ladrón y cínico. Pero vos, además, sos ciego y soberbio.
Entre la ceguera, la soberbia, la corrupción, la idiotez, el “yo puedo”, el “ustedes no saben nada de fútbol, yo sí”, los negociados, la falta de criterio, las promesas incluidas en todo eso está la razón de este presente. Un presente que lo tiene a River, (A RIVER!!) a un empate de descender. Al club más grande de este bendito país, al más goleador, la menos goleado, al más campeón, al que más jugadores aportó a la Selección. A ese club, sí, a ese, lo tenés a un empate de perder la categoría.
No, Daniel, no estoy cagado. Estoy resignado. Lo único que le pido a Dios es que vos no, porque ahí sí, ya es el fin. Para mí ya dejaste de ser el Gran Capitán, más allá de tus hazañas futbolísticas con la seis de River. Al menos, si te vas a estrellar contra el iceberg hacelo con dignidad. Reprimir a los hinchas no es el camino, abandonar el barco tampoco. River por sobre los nombres Daniel, no al revés. Si tenés un salvavidas dáselo a River, no te lo pongas vos.
Javier H. Garcia
Periodista, Socio e Hincha de River Plate.