Antipiropos: una campaña busca frenar el acoso verbal callejero[h=2]La iniciativa ha logrado una gran repercusión en las redes sociales. Comenzó en Buenos Aires y Córdoba y se extendió a todo el país. El objetivo es dar a conocer que estas situaciones son una forma más de violencia contra las mujeres.
Afiches. La campaña Acción Respeto fue ideada por mujeres autoconvocadas.
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La iniciativa no sólo superó las expectativas de sus organizadores, sino que ha sido el puntapié para llamar a la reflexión a miles de hombres y mujeres.
De hecho, desde que comenzó la campaña denominada “Acción Respeto”, más de 25 mil seguidores se sumaron al sitio web a través del cual este movimiento busca generar conciencia para terminar con las situaciones que han sido concebidas como “acoso callejero”.
Se trata, en suma, de eliminar del imaginario social las expresiones que -con mayor o menor tenor de intimidación- son proferidas hacia las mujeres en la vía pública.
Así, lo que se busca instalar es una forma más profunda de considerar una realidad que -según quienes llevan adelante esta cruzada- se ha naturalizado y reproducido a través del tiempo en América Latina.
“No estamos hablando aquí del piropo, sino que hay una cuestión mucho más compleja ligada a las formas de violencia contra las mujeres”, aclaró Valeria Casanova, una de las mujeres autoconvocadas que colabora en la realización de la campaña.
Casanova explicó que no se trata de limitar el debate a la cuestión "machismo-feminismo, sino que el tema merece un análisis más serio. Incluso, la idea que comenzó a gestarse en Córdoba y Buenos Aires no tardó en recibir el apoyo de grupos de mujeres y hombres de todo el país y de Chile, Perú y Uruguay, entre otros.
La experiencia no sólo se limitará a continuar la difusión vía Internet, sino que para lograr una mayor llegada se han organizado actividades complementarias en las diferentes provincias, como pegatinas en la vía pública, intervenciones teatrales que abordan la temática y audios difundidos en la calle.
Incluso, los grupos organizadores han solicitado el apoyo de los distintos gobiernos provinciales. En San Luis, por ejemplo, un grupo de personas autoconvocadas ya cuenta con el visto bueno del Ministerio de Inclusión Social de la provincia vecina para dar charlas de concientización.
En Mendoza, la campaña “Acción Respeto” ha contado con una gran difusión y muestras de apoyo. Incluso, el tema forma parte de las charlas cotidianas. A Erika (29), por ejemplo, la iniciativa le resultó positiva.
“Creo que todo lo que signifique generar conciencia está bien”, dijo la joven y expresó que, de hecho, a ella le resulta bastante incómodo andar por una vereda y tener que cruzarse si hay un grupo de varones que desde la esquina le gritan cosas de toda clase.
“No importa si te dicen una grosería o palabras bonitas. A mí no me gusta que me digan nada y creo que nadie tiene por qué faltar el respeto a otra persona”, expresó la joven.
El hecho de incentivar esta cruzada ha dado lugar, cuando menos, a la reflexión. Según aseguró Casanova, muchas otras personas han estado soportando situaciones de acoso callejero de distinta intensidad, pero éstas estaban tan naturalizadas que casi han pasado inadvertidas.
“El acoso lleva en sí mismo un empoderamiento que adquiere una persona sobre otra sin el consentimiento de ésta”, agregó Casanova y recordó que la calle es un lugar público en el que las personas (hombres y mujeres) deben sentirse libres, sin la necesidad de tener que resguardarse o negarse a mostrar valentía porque hay alguien más que está vulnerando ese derecho.
“Uno no tiene por qué tener que demostrar valentía por andar en la calle. Esa intimidación hacia las mujeres está presente de manera tan arraigada en la sociedad que ya se ve como algo común. Pero en realidad es una forma más de maltrato y violencia”, destacó la joven y aclaró que los destinatarios de la campaña son tanto hombres como mujeres.
Incluso, detalló, que cuando los hombres comprenden la problemática se dan cuenta de que las mujeres de su entorno (hijas, esposas, hermanas, etc.) también resultan a veces agraviadas por las expresiones que les son proferidas en la calle por parte de los varones.
Pero Casanova fue más allá en su análisis. Desde su punto de vista, los hombres también son víctimas de estereotipos que la sociedad les ha inculcado.
“Por lo general, ellos al mismo tiempo han sido educados en entornos donde el más hombre es el que más groserías y expresiones de todo tipo dice a una mujer, cuando en realidad lo que se está haciendo es reproducir una forma de ver a las mujeres como una cosa”, enfatizó la joven, que habló en representación del grupo del cual forma parte.
En torno del tema, los varones también opinaron. Julián (29) confesó que más de una vez le murmuró algo a una chica que pasó cerca suyo y le gustó.
“Creo que hay que diferenciar cuando se trata de un intento de seducir a una mujer y cuando se sabe que ella se puede sentir agraviada o intimidada. Como en todo, en esto también creo que hay un equilibrio sin necesidad de ir a un extremo o decir groserías”, diferenció Julián.
Andrea (27), por su parte, tampoco fue tan categórica. Dijo que en realidad a ella le resulta indiferente si escucha que le dicen o no algo en la calle.
“No me parece bien llegar a un punto tan extremo de las cosas o tomar todo como un agravio. Creo que ni la autoestima ni la integridad de una mujer deben depender de este tipo de cosas”, opinó.
En el microcentro se hizo una campaña y subieron fotos…
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