“En River se esta generando una revolución”
Cachito Vigil, el nuevo Director Deportivo, dice que percibe “una energía especial”, celebra estar en “un club fantástico” y jura que es hincha “sólo de River”. Passarella, JJ, Almeyda, D’Alessandro y más, según el hombre que llevó a la cima a Las Leonas.
El rótulo impresiona. Es el Gerente Deportivo del Club Atlético River Plate. Pero lo que más llama la atención es, por describirlo de alguna manera, su despacho. La habitación no tiene más de ocho metros cuadrados, un escritorio con varios fines de año encima, dos sillas baqueteadas y otros dos asientos, inseparables, que alguna vez fueron parte de la platea. En las paredes abundan las huellas de clavos que ya no están. Los únicos detalles modernos son una laptop de última generación y un aire acondicionado. El resto es austero, gris, propio de un club en crisis. Pero alcanza con que Sergio Vigil ingrese al lugar para que cobre vida. Con bermudas, chomba del club y gorra, como cuando dirigía a Las Leonas, Cachito es una tromba. “¡Buen día! ¡Buen día!”, se escucha mientras saluda con un beso, una por una, a las diez personas que lo esperan en la puerta de su oficina. Algunas vienen a desearle felices fiestas, otras le acercan papeles, y no faltan las que le traen problemas por resolver. A todos los atiende con una sonrisa. “Mi vida son las relaciones humanas”, le cuenta a Olé . Y no hace falta que lo argumente para darle la razón. Cachito está pendiente de todo y todos. En apenas unos segundos, pregunta cómo salieron los chicos del básquet, confirma que pasará por la confitería del club para el tradicional brindis, sube al primer piso para firmar unos papeles y pregunta si hubo novedades sobre el reacondicionamiento de la cancha de césped artificial para las chicas del hockey. “Cuando el presidente del club me ofreció el cargo, se me hizo difícil imaginarme el día a día. Pero acá estoy, disfrutando”.
-No parece…
-Ja, ja. Pero es así. Es una responsabilidad enorme, pero a la vez muy linda.
-¿Por qué vos?
-Eso mismo se lo pregunté a Passarella cuando me lo propuso, porque para mí fue una sorpresa.
-¿Y qué te contestó?
-Prefiero reservarme la respuesta. Pero acepté porque así como creo que mi mayor virtud es conformar equipos de trabajo y extraer el potencial de cada uno, River es un club fantástico. Si bien hace sólo dos años que estoy, la cantidad de posibilidades que le da al socio y el material humano que hay en las distintas disciplinas federadas son increíbles.
-¿Incluso hoy?
-Sí. Es un momento de crisis, pero igual se pueden hacer muchas cosas. La clave es ser inteligentes, creativos y eficientes.
-¿Eso también corre para el fútbol profesional?
-Para todos. Aunque nuestra área no se ocupa del fútbol profesional ni del amateur. Sí tenemos la escuelita, donde hay más de 1.000 chicos y es un espacio para la docencia, el disfrute y la recreación, con un grupo de profesores increíbles. Ojo, el fútbol profesional también cuenta con mucha gente importantísima como Passarella y Jota Jota López.
-¿Hablás de fútbol con ellos dos?
-Con Daniel hablamos del espíritu deportivo, de la conducción de grupos, de experiencias y sueños. Pero todo desde lo conceptual. De ninguna manera me involucraría en lo que no me corresponde.
-¿Y te sorprendió Passarella en alguna de esas conversaciones?
-Me sorprendió y me gratificó por el espacio que me dio. Yo lo conocía a través de la admiración que me generó como deportista. Y después lo disfruté como todo hincha de River en su proceso como entrenador. Pero nunca había tenido una relación personal.
-¿Anteriormente no te lo habías ni cruzado?
-Lo había visto sólo una vez. Fue el año pasado, cuando con las chicas del hockey del club estábamos por jugarnos el ascenso y él, que no era presidente, se acercó a saludarnos.
-¿Y con Jota Jota también tenés diálogo?
-Sí. Apenas acepté este desafío, Juan José ya estaba a cargo del Fútbol Amateur y me dio un gran recibimiento. Eso lo valoré muchísimo. Tanto él como Pitarch, Gordillo, Kuyumchoglu y toda la gente del fútbol me hicieron sentir muy bien. Fue un gesto de mucha generosidad, de mucha apertura y lo voy a valorar siempre.
-¿Intercambiaron ideas?
-Cuando a Jota Jota le tocó asumir en Primera, tuve un acercamiento muy lindo y en todo este tiempo viví una experiencia hermosa. Pero ahí me quedo. No sé si él alguna vez decidirá contarlo, aunque para mí fue gratificante.
-¿Colaboraste con ellos de alguna manera?
-No entro en detalles. Lo único que digo es que nuestro equipo siempre va a estar a disposición de lo que River necesite.
-Ok, vamos por otro lado. ¿Qué creés que necesita River, entonces?
-Tiempo. River tiene un potencial grandísimo. A futuro, River va a ser un gran equipo. Hay que tener paciencia, constancia, proceso y continuidad. Hay muchísimos chicos con unas condiciones increíbles en el fútbol, básquet, hockey, vóley, gimnasia, en todas las disciplinas… Siento que en River se está generando una revolución.
-¿En qué lo notás?
-En la comunión que se está dando entre toda la gente del club. Estoy viendo una energía especial. Y eso es saludable, va a ser un cimiento fundamental para lo que viene.
-¿En el fútbol particularmente también?
-Sin dudas. Como te decía, hay muchos jóvenes. Hay jugadores de experiencia que todavía tienen mucho para dar, y lo mejor es que tienen ganas de hacerlo.
-¿Almeyda es uno?
-Obviamente. Almeyda es un ejemplo deportivo. Muchas veces veo los entrenamientos, algo que le agradezco de todo corazón al cuerpo técnico, y Almeyda mantiene el espíritu de entrenamiento de un niño. Se entrena como si fuese un jugadorcito y es grandísimo, es un jugadorazo. Emociona verlo, la energía que transmite. Es un profesional amateur,
porque ama lo que hace.
-¿Te hace acordar a alguien en especial?
-Sí, me recuerda muchísimo a lo que transmitía Magui Aicega en Las Leonas. Es un ejemplo para todos los deportistas, pero especialmente para los chicos.
-¿Y D’Alessandro puede ser la Lucha Aymar para el River que se espera?
-Si llega a venir, D’Alessandro puede ser un aporte muy importante. River tiene un plantel completísimo, insisto, con jugadores de una calidad enorme, pero D’Alessandro tiene un talento increíble, con mucho carácter y está en un momento mágico. Como Lucha, son jugadores que rompen defensas, que rompen partidos y en los que el resto descansa. No sé qué va a pasar ni es un tema en el que me quiera meter, pero el equipo que los tiene hace a sus hinchas felices.
-¿Vos seguís siendo hincha de River y de Boca, como declaraste hace un tiempo, o cambiaste?
-Yo soy hincha de River. Lo que contesté en aquel momento solamente fue estratégico. Nada más.
-¿Estratégico?
-Sí, porque a mí lo que más me interesa es el ser humano. Me han tratado de utópico, pero a mí me parece muy fea la dicotomía, el odiar al otro. Quiero ganar, pero no me interesa que el otro pierda. En el hockey, Holanda no es mi enemigo: es un competidor. Si no existiese Holanda, yo no tendría la chance de superarme. Y yo quiero crecer. Lamentablemente, esas diferencias son las que hacen que nos enfrentemos y que el país no avance. Repito: soy hincha de River y quiero que River gane. No pierdo la esperanza de que eso sea lo más importante en todos los ámbitos.
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