Bergoglio: El primer Papa latinoamericano

Benedicto XVI: la historia (siniestra) de una renuncia

¿Estaba el renunciante Benedicto XVI amenazado de muerte? La advertencia fue conocida meses atrás, cuando se reveló el contenido de una carta confidencial que le envió el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos. Castrillón la había escuchado de boca del arzobispo de Palermo, Paolo Romero: “el papa morirá en doce meses”. El vaticinio resultaba de las intrigas y la corrupción reinantes en el Vaticano. Don Paolo fue trasladado a una “misión” en Estados Unidos.

La revelación se filtró de una catarata de documentos secretos entregados por el mayordomo del propio papa, Paolo Gabriele. Para el más renombrado “vaticanista” del Corriere della Sera, Massimo Franco, la salida de Benedicto, es “inexplicable… sin la larga cadena de conflictos, maniobras, traiciones que pululan a la sombra de la cúpula de San Pedro”. Según Franco, la dimisión papal habría sido acelerada luego de que conociera al respecto otro “informe secreto” de similar tenor elaborado por tres cardenales.

La renuncia de Benedicto quiebra un tabú de seis siglos, pero más interesante aun es que deja en actividad a un Papa en retiro. Benedicto abandona la infabilidad (un don que se suponía irreversible) para conservar las más temibles de un conocedor de los entresijos del Vaticano y “urbi et orbi”. Algunos jerarcas en Roma temen que un Papa reconvertido en Ratzinger saque el ventilador si es violado el “pacto secreto” con el ex mayordomo, que permitió sacarlo de la cárcel por una indulgencia papal. Es probable que el trauma psicológico del Papa descripto en la película “Habemus Papam” no fuera otro que el temor a ser asesinado.

Finanzas vaticanas y crisis capitalista

Es lo que también temía Ettore Gotti Tedeschi, el ex presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el Banco Vaticano, un hombre de confianza del Papa que fue destituido de su cargo a fines de mayo último. “Temo que me maten”, afirmó don Ettore, según escribió en una nota a sus amigos; “en el Vaticano he visto cosas que me dan miedo”. Y agregó: “en el ‘dossier’ que les dejo encontrarán en tal caso las razones de mi muerte”. El “dossier” de marras revelaba los chanchuyos celestiales del Banco, que incluían operaciones de lavado de dinero, tráfico con fondos millonarios de la mafia y porquerías de altísimos jerarcas de la propia Iglesia. Cuando días después de su destitución, el domicilio de Ettore Gotti Tedeschi fue allanado por la Policía italiana, el banquero se sintió aliviado: había temido que fueran sicarios. De acuerdo con el corresponsal de Clarín en Italia, Juan Carlos Algañaraz, el gobierno italiano decidió darle una protección especial al ex banquero del Papa porque sus confesiones y los documentos que entregó son “material incendiario”.

Benedicto acaba de decir que “el diablo se ha metido en el Vaticano”; se debe referir al financiamiento del Banco de Dios (como se conoce al IOR). La crisis capitalista golpeó muy tempranamente las finanzas del Vaticano. Desde 2007-2008, tuvo cinco años de pérdidas continuas. El titular del IOR, en el informe previo a su partida, había advertido que los peligros para Roma, en el siglo XXI, “no residirán en la expropiación de los bienes de la Iglesia sino en su pérdida de valor (…)”. La Iglesia, se sabe, tiene inversiones múltiples y es parte del paquete accionario de grandes corporaciones (por ejemplo Beretta, uno de los principales fabricantes internacionales de armamento). Además, explota comercialmente en todo el mundo decenas de miles de inmuebles.

Barbarie

Hay un factor superlativo en la bancarrota vaticana: la pedofilia. En los últimos años ocho diócesis norteamericanas se declararon en bancarrota por no poder afrontar los gastos en los juicios contra los violadores y abusadores de niños de sotana. Sólo entre 2007 y 2009 la Iglesia yanqui pagó más de 1.000 millones de dólares. El Vaticano tiene por su cuenta expedientes de 4.000 casos de abusos -la punta del témpano. En Argentina tenemos al obispo Storni y al cura Grassi. En algunos casos, la pedofilia ha sido calificada de “endémica” por su carácter masivo y su extensión en el tiempo. En Irlanda incluye la reducción de niños a la situación de esclavitud en orfanatos y hospitales, los abusos en hogares para discapacitados, el tráfico con los chicos y todo tipo de latrocinios; una investigación reciente detectó estos casos desde 1930. La indignación popular obligó al gobierno irlandés a romper relaciones con la “Santa Sede”.

El propio Benedicto se encuentra acusado ante los tribunales alemanes y norteamericanos por encubrimiento y sabotaje a la investigación de toda esta saga. Algunas asociaciones de víctimas de pedofilia celebran la pérdida de inmunidad judicial que implica la renuncia. Mientras el Vaticano pedía perdón por los excesos, actuaba como una verdadera asociación ilícita de protección para sus afiliados.

El caso más escandaloso es el de Marcel Maciel, titular de los Legionarios de Cristo. Mientras el hoy todavía Papa era el jefe de la “Congregación para la Doctrina de la Fe” (nombre bajo el cual se recicló la vieja Inquisición) durante el reinado de Juan Pablo II, se supo que Maciel era una bestia que cometió todo tipo de abusos, mantuvo relaciones sexuales con mujeres y hombres, abusó sexualmente de varios de sus seminaristas; que consumía drogas y ejercía un poder despótico sobre sus discípulos.

Lo de bestia no es gratuito: en 2010, tres años después de la muerte de Maciel, uno de sus hijos, José Raúl González Lara, denunció que Maciel abusó sexualmente de él cuando era un niño. Maciel procreó dos hijos con la madre de González Lara, a quienes les puso otros apellidos. Todo esto se hizo público desde 2003, cuando todavía Ratzinger “custodiaba la fe” y Maciel había sido encumbrado al altar de “asesor principal” de Wojtyla -Juan Pablo II.

Descomposición

El cuadro de la situación de la renuncia de Benedicto revela un estado terminal. En Estados Unidos y Europa está planteada una suerte de vaciamiento generalizado de la Iglesia católica: parroquias sin personal, seminarios sin aspirantes, una decadencia generalizada. Abundan en la prensa mundial los especialistas que insisten en la guerra de facciones en la Curia Romana. La encabezan Tarcisio Bertone, el llamado “secretario de Estado” y número dos en la jerarquía del Vaticano, y Angelo Sodano, el poderoso titular del Colegio Cardenalicio, que en estos días han vuelto a enfrentarse en torno al nombramiento de un nuevo titular para el IOR, el banco “santo”. Un último arbitraje del dimitido Benedicto terminó por colocar a un compatriota, al frente de la convulsionada institución financiera. Ernst von Frey, el nuevo banquero vaticano, era hasta ahora el capo de una antigua fábrica de armamentos teutona, los astilleros Blohm Voss de Hamburgo, de donde salió el crucero Bismarck, nave insignia de la marina de Hitler. Todo un símbolo.

En este clima, los cardenales comenzarán a llegar a Roma para elegir al sucesor; más que un nuevo Papa, está en cuestión la elección del síndico de un enorme aparato en crisis. Un reflejo del derrumbe sin precedentes que sacude al mundo capitalista, “occidental y cristiano”.

El capital convirtió lo sagrado en profano; es hora, entonces, de que pase por el juzgado de quiebras.

Benedicto XVI: la historia (siniestra) de una renuncia : Prensa Obrera 1257 – 21/02/12

No entiendo a los fanáticos religiosos, pero tampoco entiendo a los que están todo el tiempo tratando de tirar abajo una creencia.

Se viene el Cónclave (siniestro)

Faltaban seis días para que se concretara la renuncia de Benedicto XVI cuando se conocieron algunos tramos del “informe reservado”, que el Papa renunciante había recibido de tres cardenales encargados de investigar los “escándalos” vaticanos. En éste se incluyen denuncias de las prácticas prostibularias organizadas en la Santa Sede y su vínculo, mediante extorsiones y chantajes, con la lucha por el poder en la cúpula de la Iglesia y el manejo de sus fondos millonarios. La inmundicia ha sido publicada por la prensa corriente.

Lo que ha sido menos divulgado es que la inmundicia en la sede papal viene de lejos, como lo revela el caso de Emanuela Orlandi, una niña de 15 años que desapareció sin dejar rastro el 22 de junio de 1983. Hija de un funcionario del Vaticano, su caso fue motivo de todo tipo de especulaciones, ya que en un principio se sugirió que había sido secuestrada por el Frente de Liberación Turco, afín a Alí Agca, el hombre que atentó contra Juan Pablo II. Sin embargo, la madre de la niña siempre ha dicho que la respuesta estaba dentro de los muros vaticanos. Semanas atrás, nuevas pistas condujeron a la Policía hasta la tumba del mafioso Enrico de Pedis, jefe de la banda de la Magliana, asesinado en un ajuste de cuentas en 1990 y enterrado en la iglesia de San Apolinar de Roma. Los investigadores esperaban encontrar allí los huesos de Emanuela. Gracias a las filtraciones, se ha sabido que hay nuevos indicios que apuntan a un supuesto cardenal pedófilo. El padre Gabriele Amorth, que desarrolla sus labores en la Santa Sede, ha dicho que la niña fue secuestrada en Roma, con ayuda de gendarmes vaticanos, para participar en fiestas sexuales. El caso puede ser encontrado en la divulgación de los papeles secretos, conocido como “Vatileaks”.

Una lista tenebrosa
Hay algo de disculpa piadosa en la reciente afirmación del escritor español Manuel Vicens, cuando plantea en su columna del diario El País: “Ratzinger se ha fugado; ha huido de los lobos y jabalíes que acechan en la curia del Vaticano”. El Papa que se va gobernó y promovió a los lobos y jabalíes, los que ahora se están sacando los ojos. La propia filtración del mentado informe “reservado” es parte de la macabra disputa y de la enorme descomposición que domina en el territorio del Vaticano, ese pequeño Estado cuya forma moderna fue diseñada en 1929 mediante un pacto con Mussolini. Ratzinger dispuso que sus más de 300 páginas se mantengan en secreto para ser entregadas al próximo Papa.

Ratzinger anunció, además, que se quedaría a vivir en el propio Vaticano, desechando la alternativa de recluirse en un monasterio lejano, como había sido anunciado con anterioridad. La posibilidad de una “dualidad de poderes” estremece a los vaticanistas. De hecho, el renunciante estuvo muy activo hasta sus últimos días, cuando evitó que el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, colocara a un hombre suyo al frente del Banco del Vaticano y desplazó de sus funciones a alguno de sus más fieles laderos en la “Sede”.

En una de sus últimas decisiones, Ratzinger resolvió también aceptar la renuncia de un obispo escocés (Keith O’Brien), quien debía participar del próximo Cónclave al mismo tiempo que es citado por la Justicia por un caso de abuso sexual. No tomó decisión alguna, sin embargo, en el caso del obispo yanqui (cardenal Roger Mahony), responsable de la diócesis de Los Angeles y acusado de encubrir, a lo largo de un cuarto de siglo, a 129 sacerdotes implicados en abusos a menores.

Otros cardenales comprometidos con los crímenes de pedofilia son el cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, y el cardenal belga Godfried Danneels. La lista es, sin embargo, mucho más amplia. En ella entran el norteamericano Justin Francis Rigali, el australiano George Pell, el mexicano Norberto Rivera Carrera, el polaco Stanislaw Dziwisz y el argentino Leonardo Sandri. El Cónclave, como se ve, es un verdadero nido de víboras. Según un cable de la agencia Reuters, la decisión del Papa Benedicto XVI de vivir en el Vaticano después de su dimisión no sólo le proporcionará seguridad y privacidad: le ofrecerá protección legal contra cualquier intento de procesarlo en relación con los casos de abusos sexuales en todo el mundo.

La Iglesia, la KGB… la CIA
La podredumbre ha llegado a un punto en que el sector progresista de la Iglesia, el cual hace mucho critica la corruptela del aparato eclesiástico, se ha quedado sin aire para plantear una alternativa de reforma en la cúpula, donde ya no cuenta con ningún representante. Ahora se necesita “una revolución desde abajo”, acaba de plantear Hans Kung, el mayor referente mundial de esa Iglesia que se proclama progresista (Elplural.com, 23/2). Kung ha desarrollado una crítica tenaz a lo que llama el “sistema romano de dominación”, al dogma de la “infalibilidad del Papa” y al verticalismo de lo que denomina una inadmisible “monarquía teocrática absolutista”, la cual “reclama a sus obispos un juramento de obediencia incondicional, casi tan extrema como la que se obligaba a jurar a los generales alemanes en su juramento de lealtad a Hitler”.

Kung fue compañero en su juventud de Ratzinger y albergó alguna ilusión en que su Papado planteara una corrección de rumbo. Ahora acaba de comparar al renunciante Benedicto con Putín, para concluir que no hay ahora posibilidad de volver atrás y de esperar un Gorbachov. El razonamiento es unilateral, porque Kung omite que es el fracaso de la tentativa “reformista” de salvar a la vieja burocracia la que condujo a la experiencia Putin, el antiguo jefe de la KGB.

A su manera, el Gorbachov papal fue Juan XXIII, quien trató de reformar la Iglesia con el Concilio Vaticano II, en el cual el entonces joven Kung debutó como reformador progresista de la Iglesia. Como en el caso ruso, las tendencias disgregadoras que quedaron abiertas con tal reforma recondujeron a Roma a los Putin con sotana: primero Juan Pablo II y luego el ahora renunciante Benedicto.

No es mala, sin embargo, la analogía con la KGB. Cuando los yanquis establecieron relaciones diplomáticas con el Vaticano para pactar con Juan Pablo II el operativo restauracionista en Polonia en los años ochenta, uno de los funcionarios norteamericanos hizo una declaración antológica: “después de conocer el Vaticano, creo que es un modelo para la organización de la CIA”. Notablemente, un hombre del vapuleado titular de la ahora “Sede vacante”, el mencionado Tarcisio Bertone, acaba de puntualizar el supuesto fundamento de todo esto: “el secreto es poder y el Vaticano enseña que quien sabe no habla y quien habla no sabe. Yo nunca digo demasiado” (El País, 17/2). El autor de la frase es Marco Simeon, investigado por los manejos turbios en el Banco del Vaticano y las extorsiones e intrigas más deplorables en el reinado que acaba de terminar de Benedicto. Amén.

La pelea de los lobos y de los jabalíes por el resultado del Cónclave ha comenzado.

Se viene el Cónclave (siniestro) : PARTIDO OBRERO

Linda historia de ficción.-

(1) Tremanda Profecía -Tienes que saberlo antes de pasar! - YouTube

Conclave siniestro… :lol:

---------- Mensaje unificado a las 10:08 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 10:08 ----------

Conclave siniestro… :lol:

Pibe Trosko
Ahora en el Vaticano hay 115 Cardenales encerrados para elegir al próximo Papa.

Qué feo momento para tener 9 años y entrar por error a la Capilla Sixtina…

Con todas las profecías y predicciones que hay, si llegan a elegir un papa negro, serían como Passarella cuando bancó a JJ y esquivó a Ramón.

¿Habemus Papa?

Yo postulo a [MENTION=40351]Chuck schuldiner[/MENTION]; como Papa.

expropiación del vaticano y clases a tiempo para todos!

quiero al papa negro… :twisted:

a mi tambien me hizo reir eso…:lol:

Expropiacion!!

Te leo y me hacés acordar de esto

//youtu.be/fML-0M3e6Tk

Dicen que el WIFI en el vaticano no es gratis es conclave…

Cuacccccc!!!

//youtu.be/CNYFDGne2_I

Boeh… :lol:

Cuando tu papa se entere que estas boludeando en la pc y no durmiendo la siesta…

No me jodan que se viene el Papa negro…

http://www.26noticias.com.ar/proximo-papa-scola-adelanta-a-turkson-en-las-apuestas-167528.html

se vendrá el anticristo después??? :pale:

Primero es el papa judio y despues el negro. Despues viene la papisa y ahi cagamos todos.