Por El Bonfa
La imprecisa “categoría” socio-política Barones del Conurbano fue utilizada por primera vez por el cura jesuita y sociólogo Zarázaga en un estudio publicado en “la Nación” a mediados de los 90, la prensa comercial la utiliza como sinónimo de perpetuación en el poder, clientelismo político a partir de favores otorgados por punteros, captación por métodos inmorales de concejales, gremialistas y dirigentes sociales, robo de boletas y otras chicanas, negocios para los amigos, persecución a los opositores y arreglo Pampa con la Bonaerense para los negocios sucios, además de la pertenencia al PJ.
El paradigma fue Manolo Quindimil; el humorista Gillespie hacía en radio Mitre a un personaje que hablaba como Don Corleone, actuaba como el capo mafia, y se llamaba “Qüindimile”, y eso que el actor y músico vivía en el conurbano, en Monte Grande, que puede caracterizarse como uno de los bolsones chetos de Conurbania.
Muchos periodistas del circuito comercial conocen del conurbano la Panamericana, la autopista La Plata y el acceso oeste.
Porque ¿qué diferencia hay entre Manolo y el Japonés García? El Radical, kirchnerista Sciolista, vecinalista de Vicente López ¿no se perpetuó en el poder? ¿no utilizó la ayuda social con criterio clientelista? ¿no cooptó a dirigentes de instituciones intermedias con ventajitas y regalos? ¿nunca se juntó con un comisario? ¿hizo negocios como el Vial Costero destruyendo su propia obra para beneficiar a pulpos inmobiliarios? y mandó a romper cabezas y a apretar a quienes se oponen (nos oponemos)?
Puede haber existido en algún momento y lugar de la historia de nuestro territorio un intendente que no recurrió a estos métodos, pero nadie lo recuerda porque debe haber estado muy poco tiempo, a lo sumo un mandato, no hay un Illia de los jefes comunales.
Posse, Curutchet, Ivoskus, todos reelectos a partir de reacomodamientos políticos, para quienes apelan a esta definición “Lilística” no son “Barones”.
Para el periodista rosarino Alberto Lotuff, según lo manifestó en su programa dominical por Radio del Plata, nada cambió en el conurbano en la última década, por lo que se puede presumir que cuando fue a verificar su aseveración, recorriendo por ejemplo Los Polvorines, lo hizo con los ojos cerrados, y no vio los colectivos de piso bajo, un tren limpio y que funciona a horario, con estaciones con baños y vigilancia, no vio los hospitales ni la universidad gratuita, ni los asfaltos y las urbanizaciones de asentamientos; cuando Cariglino gana por afano elecciones una tras otra, se debe a que los ciudadanos de Malvinas Argentinas son infradotados políticos que ponen la boleta a cambio de una dádiva en la forma de bolsa de alimentos, un tetra, choripán, raviol de merca o plan trabajar, para quedarse en su casa tomando mate, mientras se tiñen el pelo y se pintan las uñas con el dinero que reciben por su caterva de hijos.
Es insultante, estigmatizante, pero inútil como categoría de análisis, no sirve para poder ver la dinámica política, y quien no tiene una visión dinámica de la política debería dedicarse a vender chupetines en algún kiosko.
El “Tincho” de Morón, que comenzó su educación política en el Stalinismo, no parte lomos a palazos, pero también lleva adelante una compleja estructura de construcción de poder que pasa por dar respuestas a sectores populares, pero también no ponerse de culo contra los sectores económicamente poderosos, y hace mucho que Nuevo Morón está en el poder comunal, y con planes de expansión.
Por supuesto y desde ya que existen amplias diferencias entre los distintos caudillos, por ejemplo entre Othacehé y Descalzo, pero existen más diferencias culturales, desde el sentido de la cultura política, entre un caudillo peronista antiguo en el poder, como Cariglino, y uno joven como Sandro Guzmán. Hay muchas más coincidencias entre un Posse y un Cariglino, entre un Ivoskus y un Curto
El término “Barones” no sólo es inútil para comprender y definir cuestiones políticas, es insultante para todos los que vivimos en el conurbano, como si los porteños tuvieran por gobernante a Franklin Roosvelt.