Apostillas sin relatos

Y si… que otra cosa esperaban? los últimos manotazos del ahogado… chau chau adiós…

GRAVÍSIMA DECISIÓN PRESIDENCIAL

Salto al vacío gatillará la cláusula Aceleración y habrá escape al dólar ‘blue’

Cristina Fernández de Kirchner es consciente que su propuesta de levantar el cepo cambiario a los bonistas que acepten cobrar en la Argentina -incluso a los holdouts que se rindan- promueve una desigualdad ante la ley. Además, los bonistas reestructurados podrían convertirse en los nuevos holdouts. Pero no le interesa porque el motivo de su proyecto es otro: asegurar el regreso en 2019, y por ese motivo hay que desestabilizar todo lo que se pueda.

20/08/2014| 00:13

La Presidenta de la Nación le complica la agenda al futuro Presidente, que deberá destinar mucho de su tiempo inicial a concretar un regularización de pagos y nuevo canje de deuda antes de conseguir ingresos de dólares suficientes. En su discurso, ella fue sincera y reconoció que “esto es para los futuros gobiernos”.

por EDGAR MAINHARD

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El gran ganador del discurso de Cristina Fernández de Kirchner por cadena nacional es Axel Kicillof, nuevamente.

Por supuesto que corresponde hablar de un Super Kicillof: el cambio del domicilio de pago de la deuda le concede una importancia decisiva a Nación Fideicomisos -para asegurar el pago de la deuda se crea un fideicomiso en el Nación-, que preside Enrique Arceo, padre de Nicolás Arceo, estrecho colaborador del ministro Kicillof, quien le permite gerenciar a su antojo la política energética.

El gran perdedor del discurso de Cristina es, otra vez más, Juan Carlos Fábrega. El presidente del Banco Central se oponía a lo que anunció la Presidenta de la Nación, y procuró, con denuedo, encontrar mecanismos para que o bancos locales o bancos extranjeros llegaran a un acuerdo con los acreedores que ganaron su demanda al Estado argentino, en las 3 instancias que intervinieron en el litigio.

¿Cuál es el gran objetivo de la Presidenta con su nuevo anuncio? Cristina utiliza, igual que Néstor Kirchner, los eventos exteriores en función de sus necesidades domésticas. Por lo tanto, ella apunta a desestabilizar, por anticipado, a quien resulte su sucesor. La obsesión de Cristina es crear las condiciones para facilitar su regreso en 2019.

En su delirio, ella supone que puede existir un futuro en el cual una turba vocifere su nombre reclamando su vuelta. Ese proyecto lo explicó el diputado nacional camporista Eduardo De Pedro cuando dijo que el proyecto comienza el 10/12/2015, no en la presidenciales venideras. Para que esa ambición se concrete, Cristina debe condicionar más y más a quien le suceda en el sillón de Bernardino Rivadavia.

No entender semejante capricho presidencial llevó a bancos y empresas locales a preguntarse si podían ayudar a impedir un incumplimiento de pagos que ya había decidido Cristina, y que sólo pretendía fundamentar ante la opinión pública.

Cristina no quiere una transición ordenada que es lo que le convendría, tal como lo comprendería si fuese una gobernante inteligente.

Ella debería considerar que, en caso de que tuviera éxito la erosión anticipada del nuevo Presidente, no le deja a su eventual sucesor otra alternativa que intentar promover el procesamiento y hasta la eventual prisión para ella y sus principales colaboradores por corrupción, un mecanismo de autodefensa y consolidación en el poder.

Cristina no entiende que, si la cuestión es elucubrar, ella no es la única que especula con diferentes escenarios de crisis.

Luego, Cristina tampoco ha contemplado que si la crisis se anticipa, otro escenario posible es tener que convocar a elecciones anticipadas -algo que la deterioraría muchísimo, en especial si quien convocara a elecciones anticipadas no fuese ella-.

En concreto, Cristina le ha propinado un enorme vértigo a la coyuntura pero no es eso lo que precisa en su salida del poder, y en especial cuando la economía se ha deteriorado muchísimo durante junio, julio y lo que corre de agosto.

Cristina no puede explicar cómo es que la mayor parte de Latinoamérica reestructuró su deuda hace años, no tiene inflación ni los atacan “buitres” ni usureros ni empresarios voraces. Pero ella decidió que tampoco ya le importa explicarlo.

7 consecuencias

De pronto, y en 43 minutos de duración, Cristina declaró de interés público la reestructuración de la deuda externa argentina 2005 y 2010, y autorizó al Ministerio de Economía a “remover al Bank of New York Mellon (BONY) como agente de pago de bonos de acreedores” y a designar “en su lugar a Nación Fidecomiso”,

En 14 artículos de un proyecto de ley, ella ordenó que los nuevos instrumentos legales de pago se encuentren operativos para el próximo vencimiento por US$200 millones del 30/09, pese a que muchos de los bonistas restructurados, se encuentran imposibilitados en sus estatuos aceptar domicilios de pago fuera de USA.

¿Qué es lo que pretende Cristina con su propuesta de pago soberano local de la deuda reestructurada, que comprenda al 100% de los tenedores de títulos públicos?

Es una contradicción profunda: con el Banco Central ordenando imprimir moneda a destajo (es tan llamativo como preocupante el incremento del déficit fiscal en agosto), a la vez que baja la tasa de interés corriendo el riesgo de llevar más pesos a la calle, la Presidenta de la Nación acaba de profundizar un default en medios de una creciente escasez de dólares estadounidenses.

Cristina Fernández de Kirchner habló por cadena nacional de radio y televisión, provocando 7 consecuencias inmediatas:

> La Presidenta de la Nación ejecutó una extraordinaria mutación: convirtió gorilas en buitres. El significado que para ella tiene la palabra “buitres” es similar a la que en el pasado los peronistas le concedían a la palabra “gorilas”. Ella cree que así podrá recuperar el apoyo del peronismo cuando, en verdad, hace tiempo que ella se distanció del PJ. El kirchnerismo cristinista no equivale al peronismo. Y la problemática de la deuda pública es demasiado complicada para ser un tema popular.

> En forma unilateral, ella cambió el domicilio de pago de la deuda pública argentina, cuando el juez estadounidense Thomas Griesa había advertido que, de concretar una decisión semejante, el Estado argentino incurriría en desacato, con las consecuencias que ello puede desencadenar.

> Hasta ahora el Estado argentina tenía en default el 7% de su deuda pública externa. Ahora lo extiende al 40%. En ese contexto, la Presidenta de la Nación crea las condiciones para que tenedores de deuda pública activen la llamada ‘cláusula Aceleración’ (reclamo del pago del 100% de sus acreencias de parte de los acreedores que aceptaron los canjes 2005 y 2010), aún cuando el Estado argentino insista en que no se encuentra en default porque está ofreciendo pagar sobre Banco Nación. Sin embargo, para las calificadoras de riesgo y las agencias aseguradoras, es un default que gatilla todo el procedimiento estándar para situaciones de default.

> La Administración Cristina ha decidido “vivir con lo nuestro” ya que profundiza el cierre de los mercados internacionales para cualquier asistencia crediticia al Estado argentino o a cualquiera de sus instancias inferiores. Resulta un enigma a qué herramientas apelará para defender la paridad cambiaria en el nuevo escenario. Debe considerarse que la liquidación de dólares del agro/agroindustria refleja una mayor retención de cosecha, con un ingreso al BCRA inferior al previsto Con tantos pesos circulando y tan pocos dólares de contrapartida, es inevitable una devaluación importante de la moneda local en el futuro no muy lejano.

> La Presidenta de la Nación le complica la agenda al futuro Presidente, que deberá destinar mucho de su tiempo inicial a concretar un regularización de pagos y nuevo canje de deuda antes de conseguir ingresos de dólares suficientes. En su discurso, ella fue sincera y reconoció que “esto es para los futuros gobiernos”.

> La Presidenta le provocará un nuevo descrédito al Congreso Nacional que ya ha aprobado leyes inverosímiles, y ahora ella intenta que ratifique la nueva desprolijidad.

> Cristina demostró que a la mayoría de los argentinos les importa poco o nada todo este asunto, y ella no goza de su solidaridad. En la red social Twitter fue notable cómo, mientras ella hablaba por cadena nacional, muchos usuarios se quejaban que querían mirar los programas de TV -en especial las novelas y teleteatros- que habitualmente siguen en esa porción del prime time.

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