Cortita y al pie. Nos vendieron un relato de un candidato que venía “distinto” al 2009, que había aprendido de sus errores, que quería rodearse de gente del Club, etc., que no había pisado River en 4 años pero estaba en el día a día hablando con los vocales siempre. A las dos semanas nos demostró todo lo contrario, y que del otro lado estaba el diablo, lucifer. Soberbia, destrato, poco interés en conocer a los grupos del Club que sostienen la pésima campaña que está haciendo, las corporaciones y la política nacional por encima de los cuadros que viven el día a día de River, y sobre todo, un profundo desconocimiento de la realidad institucional. Sumado a eso, nosotros no teníamos un espacio de poder suficiente en este esquema para ser parte de la toma de decisiones: conclusión, quedábamos pegados en algo que no nos representaba y que tenemos hoy ya certezas que va a desbarrancar. Del otro lado, incluso estando con D´Onofrio, siempre ganas de sumarnos, siempre comentarios como “el 16 estamos todos juntos, frenemos cualquier quilombo”. Y hoy tenemos acá un espacio donde vamos a ser parte de la conducción, donde vamos a laburar en equipo y estamos todos contentos, con una campaña armada de manera EXCELENTE, que tracciona bárbaro, y con un candidato que la primera charla que tuvo con nosotros, con mucha humildad nos agradeció por estar y nos habló con una profunda autocrítica.
La diferencia es sideral. Nunca estuvimos felices allá. Acá lo estamos. Acá nos permiten laburar y pensar en el día después. Lo estamos haciendo.