Cambia el mapa del fútbol argentino | Vale Chumbar |
[b]Cambia el mapa del fútbol argentino[/b]
por Juan Pablo Veli [IMG]http://media.muyblog.com/valechumbar/files/2009/07/mapa.jpg[/IMG]
El reinado de los cinco grandes del fútbol argentino está archivado en el recuerdo, es un poder que no ejercen en la actualidad. Es pasado, porque, salvo en historia añeja y convocatoria de hinchas y socios, las diferencias abismales se extinguieron. No descubro nada, está servido a la vista la decadencia económica y la caída de la producción del fútbol vernáculo en general, sin escaparle los otrora intocables Boca, River, Racing, Independiente y San Lorenzo. Los que no pertenecen a ese grupo de elite, están cada vez más adelantados, producto de la combinación entre las elecciones erradas e irresponsables de los gigantes y porque hay un grupo que decidió programar proyectos y cumplirlos para dar el paso al frente. Esas banderas del cambio son Vélez, Lanús y Estudiantes, los equipos que, no por casualidad, son hoy los clubes de moda.
Vélez es el campeón nacional, Lanús, sin título oficial, es el que más puntos sumó en toda la temporada 2008/09 y Estudiantes es el rey de América. Todo producto de la intencionalidad. ¿Qué tienen en común los tres? Continuidad en sus decisiones, proyectos a largo plazo, paciencia, virtud, estabilidad institucional, sapiencia económica, astucia dirigencial, Inferiores trabajadas, sobriedad y seriedad para encarar las metas. Son paradigmas a seguir, ejemplos a imitar por quienes buscan, en un futuro (esto no se hace de un día a otro), estar a la vanguardia.
La receta empieza por abajo, dándole importancia y brindándole recursos a las Inferiores. Así, no necesitan hacer desembolsos gigantescos y pueden auto abastecerse en el momento que lo necesiten, siendo propietarios absolutos de sus joyas. Lanús fue campeón del Clausura 07 con seis chicos de sus entrañas en su formación habitual, Vélez acaba de consagrarse utilizando entre cinco y siete elementos de su propia fábrica y Estudiantes tuvo a cinco de sus hijos en su usual once inicial.
Tienen nivel hasta en sus instalaciones, que están a la altura de los equipos de Europa. Basta con ver la radiante Villa Olímpica de Vélez -cuyo gran impulsor fue Marcelo Bielsa, allá por 1998-, las recientes canchas de césped sintético por las que Lanús pagó 1 millón de dólares y el gimnasio digno de los monstruosos clubes europeos que posee Estudiantes -armado con la gentileza de Verón-. Son piezas envidiables que sirven para su propio acondicionamiento. Las primeras palabras de Schiavi en su llegada relámpago al Pincha fueron elogios a la categoría que presenta el fastuoso establecimiento platense.
La prueba de su solvencia económica está en que no se desesperan por vender ante el primer postor que presenta un fajo de billetes. Ni ahora, en plena crisis, necesitan hacer caja de forma inmediata para traer nuevos refuerzos, como sí sucede con Boca y River. Lanús tiene clara su tesitura: no se desprende de más de una o dos de sus figuras por año y, al igual que Vélez y Estudiantes, no transfiere a sus futbolistas estrellas a los demás cuadros domésticos. Leto, Archubi, Fabbiani, Lautaro Acosta, Pelletieri y Valeri -le sacó al Porto 2 millones de euros por su cesión- fueron los Granates vendidos en los últimos tiempos, todos a Europa, sin importar las ofertas de los grandes argentinos; y encima se da el gusto de seguir reteniendo a Blanco y Sand y de tener un ofrecimiento tentador por Salvio, la última de sus joyitas. Hasta contrató a un arquero de renombre como Caranta, cuando éste estaba en pleno conflicto con Boca.
El Pincha se atrevió a poner 2,5 millones de dólares por Boselli, cuando el pichón de goleador -hoy artillero de América- estaba tapado por Palermo en Boca, y se quedó con Ré, el defensor que todos tenían en carpeta pero nunca lograron adquirir. Cuando estaba en Huracán, Cellay tuvo la chance de ser vendido a River, pero prefirió ser traspasado al León de La Plata. Braña tenía decidido aceptar al jugoso contrato de los Tigres mexicanos, pero lo convencieron -con la influencia de Verón y un incremento de sueldo mediante- para que se quedara a jugar el Mundial de Clubes. Consiguieron bastantes millones cuando vendieron a Pavone y José Sosa.
El Fortín no dudó en ir a buscar a un volante de jerarquía probada como Maxi Moralez y traer, aunque fuera prestado, a Larrivey, del Cagliari. Si no pueden convencer a los italianos para quedarse con el ex Huracán, tienen pensado ir por Luciano Figueroa, quien no pudo ser comprado por el Xeneize porque no podían sostenerle el contrato firmado en un primer momento. No piensan en ceder a la tentación de vender a Otamendi en lo inmediato, salvo que sea una oferta desorbitante, digamos, por ejemplo, del Real Madrid.
No cayeron en las redes de los grupos empresarios, que dejan poco y nada en la caja, o en el frenesí de contrataciones mediocres, privilegiando la cantidad sobre la calidad. Contrario a San Lorenzo, Independiente, Racing o River, no hacen operaciones inconducentes o aceptan préstamos vidriera, que no producen ganancias.
En el desacertado camino que transitaron los grandes durante la última década, hay que eximir a Boca, que el último año en el que se quedó en blanco fue en el 2002; desde el 2003 dio, como mínimo, una vuelta olímpica anual, contando los festejos coperos. Hizo ventas millonarias, bien distintas a la que acaban de realizar con Palacio, por lo cual merece un capítulo aparte conocer por qué el último balance terminó en rojo.
Los jugadores ya no tienen como único anhelo llegar a militar en los grandes; aceptan gustosamente enfundarse la camiseta pincha, granate o la de la V azulada y hasta, en algunos casos, les dan prioridad. Y esto se debe a que saben que les van a cumplir en lo que firmen y van a poder luchar por cosas importantes y participar de los campeonatos continentales. Lanús y Estudiantes estuvieron presentes en las dos últimas Libertadores, y Vélez participó de la del 2006, en la que también estuvo el Pincha, y 2007. La última Copa que jugó Racing fue en el 2003 y la de Independiente, en el 2004.
¿Y trae resultados? Vélez se consagró en el 2005 y este 2009 y siempre se mantuvo entre los diez primeros en las últimas seis competencias. Estudiantes festejó en el 2006 y en el 2009 levantó la Copa Libertadores, después de ser subcampeón de la Sudamericana 2008 y en los últimos cinco torneos, se acomodó siempre en las siete ubicaciones principales. Lanús encontró en el 2007 su primer título en Primera, fue el campeón sin corona de la temporada 2008/09 y, en los últimos seis certámenes -a excepción del Clausura 08- no se apartó de los seis primeros puestos.
Esta actitud de cada uno de estos tres estructurados y ordenados clubes tienen una fecha estimada de nacimiento. La de Vélez -pionero del “campeonato económico”- podría situarse entre el desembarco de Bianchi y el de Bielsa; la de Lanús comenzó cuando Ramón Cabrero tomó las riendas; y la de Estudiantes podría registrarse entre la última vuelta de Bilardo y el arribo de Mostaza Merlo. Tienen la intención de mantener las bases para el torneo que viene, no vender mucho y sumar apenas algunos retoques. ¿Alguien duda en darlos como principales candidatos? Definitivamente, el mapa cambió en este presente del fútbol argentino. La intención de la nota no es robarle la historia o el nombre que tienen los grandes en el fútbol argentino; sino mostrar que, en lo que se refiere a la coyuntura actual, Estudiantes, Vélez y Lanús los están pasando.