pfff,si es re constitucional eso.
¿Y quién de la bolsa de toga capitaliza lo del gordo?
Lo que no entiendo es por qué lo acusan de nazi si el chabon es judio…
¿Los primeros ministros israelíes no lo son?
Tiempo al tiempo, estimado.
Es que decir “el nazi Capriles” me suena como a decir “el stalinista Bush” o “el facista Stalin” o “el imperialista Kim Sung Il”. Que se yo, a cada cual la que le toca, diria yo. Hay ciertos neologismos que me suenan raro.
Mi pelea foristica mas salvaje, por lejos, se dio hace mucho tiempo, porque un forista dijo que Kirchner era un “zurdo facho”. Yo le dije que decir eso era como decir “Boca Plate” o “Velez Carril Oeste”, el chabon se calento, yo me calente y se fue todo al carajo, ja.
Vos siempre con tu xenofobia latente…nacional y popular
Xenofobia hay en israel con los palestinos que viven allá, capo…
Hace un rato hablé con mi compañero (el que ponía las fotos): me llama por el skype y me dice que todavía está en Caracas y que no llega a una reunión que teníamos mañana. Resulta que estaban en una fila con un yanqui, y los venezolanos creyeron que este tipo era infiltrado de la CIA y que todos los que estaban alrededor eran sus acompañantes. Cuestión que este pibe y la novia quedaron demorados unas seis horas y ahora pasan la noche en un hotel pagado por el gobierno. Ya me contará mejor, pero dice que fue una situación tremendamente estresante. ¿El final? Ellos (como otros) perdieron su vuelo, están en un hotel, y el yanqui quedó preso porque tenía muchas cámaras de video (el flaco decía que era director de cine). Che, alguien habló últimamente con @Matias_Carp;? No sea cosa que lo hayamos perdido…
A Lozano (no solamente) le importa un pito Venezuela
En una declaración imperdible, que contiene más verdades de las que su autor es consciente, Claudio Lozano dijo que “si rompiéramos con Binner por votar a Capriles seríamos una secta trotskista”. Lozano se refiere al mismo Binner que también había declarado que “las muertes en Venezuela son consecuencia de estos gobiernos populistas”, no de la derecha. El calificativo “populista” es aplicado por los Binner a quienes, como Lozano, defienden la “redistribución de los ingresos” y apoyan, como lo hace Lozano, no a Capriles sino a Nicolás Maduro. Lozano no rompería con Binner a pesar de todas las evidencias de que las posiciones oficiales de ambos parecen irreconciliables. El apoyo de Binner a la derecha proyanqui en Venezuela no es, sin embargo, un capricho del médico santafesino: es la política oficial de la Internacional Socialista, el brazo de izquierda de la Otan. Lozano no ignora esto; entonces ¿qué los une?
Es evidente que Lozano recurre al eufemismo ‘sectas trotskistas’ para evitar una explicación acerca de las bases programáticas y políticas de una alianza con Binner. Para enredar el rompecabezas de Lozano, el MST, una “secta trotskista”, acaba de “romper” con Pino Solanas, que se ubica a la izquierda de Binner, para promover una coalición con la Unidad Popular ¿de quién? de Lozano. O sea que nuestro amigo Lozano está a punto de consumar una alianza con una “secta trotskista” que sí ‘rompe’, en este caso con Proyecto Sur. No por ello Lozano dejaría de atender a la posibilidad de otra alianza, de él con Binner, que, suponemos, provocaría una ruptura con la ‘secta’ MST. Como vemos, la ‘doctrina’ Lozano sobre las ‘sectas trotskistas’ se limita a justificar una política de trenzas y acomodamientos.
Ahora bien, el grupo político de Lozano se ha caracterizado por saltar de coalición en coalición y de alianza en alianza; jamás se ha presentado como una fuerza independiente, a pesar de tener atrás a la CTA. Con Aníbal Ibarra, con la Alianza, con Proyecto Sur, con Binner, con Juez, nuestro amigo Lozano ha practicado con tenacidad la táctica del disimulo. Estamos, como es obvio, ante un caso de oportunismo endémico, incapaz de desarrollar una personalidad política propia. Ocurre que esta incapacidad es lo que define a la secta, que se referencia a sí misma. Hay sectas ‘sectarias’ y hay sectas oportunistas; lo que tienen en común es que son autorreferenciales -unas en forma ‘ideal’ o fantasiosa, completamente ideologizada, o sea prejuiciosa, la otra en forma ‘material’, procurando acomodarse en el escenario del ventajismo político. En este caso la secta se convierte en camarilla: siempre los mismos rotando de puestos y colocaciones. Lozano-De Gennaro es la marca de un grupo autocentrado, que ha sido incapaz de un desarrollo independiente.
Cuando Binner apoya al venezolano Capriles, es coherente; cuando solicita a Lozano que se mantenga en el FAP, aunque Lozano no apoye a Capriles, también es coherente, esto porque el jefe de la orquesta del FAP es Binner, no Lozano; Lozano es solamente la comparsa. En Venezuela son numerosos los izquierdistas partidarios de la ‘redistribución de ingresos’ que apoyan a Capriles. Lozano podría ignorar el voto de Binner por Capriles para “romper” con Binner; podría invocar una parva de motivos ‘locales’ infinitamente más importantes, empezando por el compromiso de Binner con el pago riguroso de la deuda externa, a la que Lozano, sin embargo, denuncia como la viga maestra del sometimiento nacional. La cuestión de Capriles es el pretexto de Lozano para no hablar de todo esto. A Lozano le molesta que Binner se coaligue con la UCR en la Ciudad de Buenos Aires -el único pretexto de Lozano para “romper” con Binner, porque es en este distrito donde se encuentran los candidatos de Lozano-; no le afecta, por el contrario, que Binner gobierne con la UCR y Carrió la provincia de Santa Fe. A Lozano, Santa Fe le importa lo mismo que Venezuela -un comino. A Lozano le importa un bledo no solamente lo que ocurre en Venezuela; tampoco lo que ocurra fuera de la General Paz o a lo sumo de la provincia de Buenos Aires. Lozano podría decir: “Si rompiéramos con Binner por la alianza de Binner con la UCR y Carrió, en la provincia de Santa Fe, seríamos una secta trotskista”. En el bloque binnerista, Lozano no le hace asco tampoco a la compañía de Eugenia Estenssoro, promotora de la privatización petrolera.
A los ojos de los oportunistas y los arribistas, el enfoque estratégico de la política, que prepara una posibilidad revolucionaria mediante la militancia consistente, se les presenta siempre como el planteo de una secta. Por eso, precisamente, todos los movimientos revolucionarios, sin excepción, desde la remota antigüedad hasta el pasado más cercano, han recibido el calificativo de sectarios. En este caso, el calificativo viene de una camarilla que ha practicado el arribismo, el ‘realismo’ por excelencia.
A Lozano (no solamente) le importa un pito Venezuela : Prensa Obrera 1265 – 25/04/13
Y en Palestina no hay xenofobia??? En los 22 paises arabes no hay xenofobia???
Igual esta perfecto, tira mierda gratuitamente, no se que carajo te hicieron los israelies para que ante cualquier cosa difames gratuitamente.
Aquí de lo que les hablaba (mi compañero estaba en el aeropuerto detrás de este tipo)
Mirá [MENTION=39072]SergioAngel[/MENTION]; lo que me trajo de regalo.
Intensa “caza de brujas” chavista contra empleados públicos y subsidiados
El oficialismo toma medidas tras la enorme pérdida de votos que sufrió en las elecciones pasadasUna lista menciona los “mal agradecidos” que no votaron por Maduro pese a recibir una vivienda oficial. Foto: AFP
CARACAS.- “Busquemos nuestras fallas hasta debajo de las piedras, no podemos poner en peligro a la patria ni el legado de nuestro comandante.” En la misma noche del 14 de abril , un enigmático tuit de Diosdado Cabello, líder del ala militar del chavismo, parecía llamar a la autocrítica tras una victoria estrecha y polémica sobre Henrique Capriles. Al menos así fue traducido dentro y fuera de Venezuela.
Se equivocaban. No se trataba de encontrar políticas económicas fallidas o de reconocer los estridentes errores de la campaña oficialista. Las “fallas” eran otras. En aquel momento, y con esas palabras, comenzaba la “operación limpieza” .
“Estoy esperando el informe final de la sala situacional y se lo voy a decir, los vamos a botar [despedir], para que sepan, para que estén bien claros. Esto no lo podemos permitir”, enfatizó horas después Leonet Cabeza, director de Deportes de Zulia, mientras amenazaba a sus trabajadores. “Aténganse a las consecuencias. Lamentándolo mucho, los contratados, los fijos botados, vayan a pelear”, amenazó el dirigente chavista a los opositores. Uno de los presentes grabó la arenga y la subió a Internet.
“Me importa en absoluto lo que dicen las normas laborales”, clamó categórico Ricardo Molina, titular de Vivienda, tras amedrentar a sus trabajadores. “No acepto que nadie venga a hablar mal de la Revolución, que nadie venga a criticar a Nicolás [Maduro]. Quien quiera ser militante de Voluntad Popular [opositor], que renuncie, porque si no renuncia, yo mismo lo voy a despedir”, añadió, mientras era grabado por uno de los presentes.
La caza de brujas contra empleados públicos o beneficiarios de los programas sociales había comenzado. En Ciudad Caribia, poblado “modelo” socialista levantado cerca del aeropuerto de Caracas, se confeccionó una lista con los “mal agradecidos” que no votaron por Maduro pese a recibir una vivienda oficial.
En la policía se revisaban los celulares para ver quién llevaba imágenes de Capriles. En Pdvsa y en Seniat (la AFIP venezolana) los empleados se protegían cambiando sus fotografías, incluso saliendo de las redes que compartían con opositores. En gobernaciones y bancos se revisaron las computadoras del personal “sospechoso”. En la telefónica estatal se rastrearon los mensajes de texto.
En Venezuela se volvió a hablar de la Lista Tascón, nunca olvidada. Este diputado chavista confeccionó en 2003 un listado con los millones de ciudadanos que firmaron el pedido de referéndum revocatorio contra Chávez. La información, subida a webs o grabadas en CD (se convirtieron en top 1 del ranking de los alcahuetes), fue utilizada por empresas públicas para negar empleo a los firmantes.
“Aquí se impone recordar a un compañero que fue satanizado, Luis Tascón, aquí hay que hacer algo parecido a lo que planteó”, aireó públicamente uno de los sindicalistas de Sidor, una de las grandes industrias estatales de la Guayana.
“Tengan la plena seguridad; vamos a ubicarlos para que estén en el sitio correcto”, le contestó José Meléndez, líder de la oficialista Alianza Sindical.
A una trabajadora de Carbonarca, en la misma zona, se le impidió el acceso al trabajo porque en su auto llevaba un cartel de Capriles. A Giovanni Rinaldi lo despidieron de Corpoelec. Sus compañeros denuncian que varios tuits antigubernamentales lo habían sentenciado.
En Barinas, 60 profesores denunciaron hostigamiento laboral por su “postura electoral”. De Norte a Sur, de Este a Oeste, el oficialismo se desplegó para remediar las “fallas” denunciadas por Cabello.
La otra Venezuela no se quedó quieta. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya recibió una denuncia por “acciones de persecución laboral en empresas públicas a quienes han apoyado o votado a Capriles”. El demandante es un sindicato de Guayana. Muchas más pueden llegar.
R, empleado de confianza del superintendente de un organismo económico, luce una mancha roja y la firma de Chávez en su avatar del BlackBerry. Él fue testigo del acoso contra los sospechosos. “Están persiguiendo y buscando a los opositores. Sabemos de varios despidos, pero los justifican con otras razones. No me quiero arriesgar a perder mi trabajo”, dijo a LA NACION.
Hasta el momento, el comando opositor juntó 4000 denuncias por hostigamiento laboral. Las identidades de los demandantes se mantienen, por ahora, en secreto.
LA AUDITORÍA DEL CNE, EN MARCHA
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, Tibisay Lucena, anunció ayer que hoy comenzará el cronograma para la auditoría ampliada al 46% de las mesas electorales de las elecciones del 14 de abril, y aclaró que “es imposible” realizar la verificación en los términos que solicitó el ex candidato presidencial de la oposición Henrique Capriles.
“Imposible es que la señora Tibisay haga algo contrario a la orden que le dio su partido [PSUV]. El país conocería la verdad”, denunció Capriles, que exige la revisión de los cuadernos electorales. “Sin cuadernos la auditoría es chimba! [mal hecha]”, dijo…
para el Littl seguro es una medida excelente ejemplificadora… asi como justifica a los punteros del GBA que extorsionan a la gente con los argentina trabaja
[MENTION=39072]SergioAngel[/MENTION];
¿O sea que si fuese verdad lo que dice el diario pro británico, imperialista, golpista y caprilista, borraría el triunfo que fueron estos 15 años de revolución bolivariana?
Lo de la “caza de brujas” con un referéndum de hace unos años existió siempre. Yo conozco no menos de 5 casos de tipos que les frizaron el sueldo de aumentos generales y cuando fueron a preguntar qué había pasado “en tu lugar podemos poner un chavista, no te quejes”.
Esto de Maduro anteayer en un discurso me parece gravísimo. Se supone que el voto es secreto y no hace más que confirmar lo que me contaron -chavistas y antichavistas- del uso de un referéndum de hace unos años -creo que fue el de la reforma constitucional- para presionar a opositores.
Minuto 0:31, la sonrisa…
No veo lo malo y seguro en 2 horas de charla cortaron MENOS de un minuto para poner esa partecita. Tendré que ver toda su charla para sacar una conclusión.