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(Mensaje parece poco claro, ¿es una oración completa?)
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(Mensaje parece poco claro, ¿es una oración completa?)
el gobierno nacional sorprendió con un reciente anuncio acerca de la intención de avanzar próximamente en la rúbrica un memorándum con China, por el cual el país formaría parte del ambicioso proyecto de la Ruta de la Seda. La firma estaba freezada, y se da no solo en el marco de un conflicto comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos, sino también en una situación compleja para el país, en la que se propone ser cuidadoso en su vínculo con la potencia norteamericana, especialmente por la deuda contraída durante el macrismo.
Entre las iniciativas, figuran la construcción de una central nuclear en Campana, o incluso la posibilidad de que desembarque la tecnología del 5G, lo que podría generar un fuerte roce con Estados Unidos, ya que ese tipo de tecnología es el punto más álgido en el conflicto entre ambos el país asiático y el norteamericano.
En la región son 19 los países que tienen a China entre sus principales socios comerciales y forman parte de OBOR Chile, Uruguay, Perú y Bolivia, entre otros estados que ya están dentro de la asociación de la Ruta de la Seda, mientras que países como Argentina y Brasil están en trámite. De acuerdo a lo que explica el académico de la Universidad del Salvador, los países latinoamericanos se debaten entre aceptar las inversiones y el temor a generar broncas con Trump, como es el caso de Jair Bolsonaro, quien asumió el cargo de presidente declarándole la guerra a China para seguir el lineamiento estadounidense, pero los números comerciales obligaron a revisar la ecuación.
"En América Latina existe el debate sobre qué hacer ante esta iniciativa global de China, ya que se observa que la misma por un lado ofrece inversiones en infraestructura, mientras que por el otro genera roces con Washington. También hay preocupación sobre el eventual uso de la iniciativa como ‘trampa de endeudamiento’ o herramienta de ‘expansión geoeconómica’, afirma Jorge Malena, y sobre esta última hipótesis se basa especialmente Estados Unidos.
Hablando de China, no sé si hasta vendría bien que Argentina busque asociar sus empresas estatales (Astilleros, Fadea, Fabricaciones Militares, etc) a inversiones chinas de la misma manera que los chinos incentivaron a las empresas extranjeras a buscar socios locales o estatales para ser socios, aumentar la productividad y tener transferencia de tecnología.