La pura verdad, prefiero el sexo con amor. Con una persona. De sexo femenino.
Llega una época en la cual te sentís como que no sos el amor de nadie. Te sentís un aborto gordo de la naturaleza. Después bajás de peso, te cortás el pelo y te sentís de nuevo entremedio de la oferta.
¿Y?
¿Realmente importa? Hay veces que con una persona, con la cual no pensabas sentir amor, llegás hasta un punto en el sexo en el cual decís… mierda, quisiera estar todo el tiempo con esta persona, vivir todo el tiempo esto. Para darte cuenta de que se fue.
¿Es tan importante? El sexo ES AMOR, MIERDA. Entiéndanlo. Salvo que paguen por eso, no hay debate.
Con amor, y no es por caer en la típica cursilería ni nada por el estilo, sino que no concibo el sexo sólo como un acto carnal, sino también como un acto de confianza, reciprocidad y afinidad.
No estoy diciendo con esto que un requisito sea estar enamorado, aunque si lo estás mejor aún, pero si al menos apelo a un grado de cariño, atracción, complicidad y conexión entre ambos.
Sinceramente el sexo catalogado como “casual” me parece muy egoista y muy individual; no percibo retroalimentación, y con esto apunto más allá del intercambio de sentimientos, sensaciones y emociones que ambos puedan ofrecer, es decir, a la búsqueda del placer mutuo, de la satisfacción de ambos y de la proyección de energía en complemento.
Puede ser, pero yo hablo en base a mi postura. A mi la “calentura” no me florece por una simple atracción física, por lo que, la variación del estado etílico no me altera mucho las hormonas en relación a mi lucidez y sobriedad. La persona que me calienta me va calentar sobria o ebria.
Hacerlo con amor es como un plus, es algo maravilloso, aunque te prohíbe experimentar mas cosas ( cerdas ). Se siente la diferencia al hacerlo con o sin amor. Sin amor es como hacerlo mecanicamente.