Hasta las bolas Clarín y La Nación con esto. Tienen a todos los diarios en contra, y ellos se amparan y dicen boludeces. El control no es del ejecutivo sino del estado en su conjunto ya que participará también el poder legislativo en una comisión de 8 diputados donde uno será oficialista y 7 opositores además de una comisión asesora que integrarán los representantes de un diario por provincia.
Además esta empresa va a dejar de robarle al Estado ( que es lo mismo que robarnos a todos … digo ya que en otros temas se pone el grito en el cielo pero que curioso que acá no ) Hacen funcionar la empresa por debajo de sus posibilidades para proveerle de papel a Clarín y Nación y subsidiarias lo justo y necesario y lo que es peor a un precio que le causa a la empresa pérdidas. Los demás que importen y si querés papel te dan poquito y por encima del precio que pagan los otros dos. Ahora los obligan a funcionar al máximo de sus posibilidades y se le suma la necesidad de que la empresa de a conocer planes de inversión para aumentar su capacidad.
En síntesis los cagaron, y los demás diarios - muchos lejos de ser oficialistas - les saltan a la yugular tal es asi que tienen que recurrir a sus aliados externos para conseguir apoyo.
Me parece al pedo e innecesaria la tapa de TA. Dedíquense a informar y satisfacer el interés general, no a una guerra con Clarín que se pisa solo. Si querés tocar el tema, hacelo en la editorial o en algún artículo de opinión, pero no emulando la tapa que tanto se le criticó a Clarín.
“Nos castigan por no estar alineados a Papel Prensa”
Luis Galli, CEO del Grupo UNO reveló que “nuestra gente llama a Papel Prensa y nos dicen que no hay cupo". Su principal diario es UNO de Mendoza, competidor del diario socio del Grupo Clarín, Los Andes. Lunes 19 de diciembre de 2011 | 14:20
“Cada uno o dos meses llamamos a Papel Prensa para que no se olviden de nosotros, la respuesta siempre es la misma, para ustedes no hay cupo”. De esta manera Luis Galli dejó en claro lo que deben sufrir muchos diarios del interior ante la desleal competencia en la que se encuentran.
El Grupo UNO es dueño de los diarios UNO de Mendoza, La Capital (Rosario), UNO Santa Fe, UNO Entra Ríos, El ciudadano (Mendoza), San Juan 8 y UNO San Rafael; lo que transforma al grupo periodístico en un actor importantísimo en la discusión sobre Papel Prensa.
“Nuestro grupo ha sufrido sistemáticamente la discriminación de Papel Prensa”, dijo Galli y explicó él porque de las desventajas: “para que la gente entienda un poco la problemática con la que nos encontramos hace años, lo que esta empresa produce por año no garantiza todo el papel para diario que los actores del mercado necesitan, al no garantizar la totalidad del papel, hay empresas como la nuestra a la que no nos dan cupo”.
Galli pasó a detallar como los diarios discriminados por Papel Prensa buscan soluciones. “Tenemos que salir a buscar alternativas, una alternativa es comprar el papel fuera del país, esto nos perjudica la competitividad por varios motivos, por el precio, la logística, etc”.
El CEO del Grupo UNO explicó un ejemplo concreto, “el diario Los Andes (que se imprime en Mendoza) compite de manera desleal con nosotros. El socios de este diario es Clarín, con lo cual le proveen el insumo básico desde Papel Prensa a un precio mucho más barato que el valor que debemos pagar nosotros en el exterior”.
“En resumen es resignación, esperemos que con la nueva ley esta situación cambie”, finalizó Luis Galli.
La ley y el tema de Papel Prensa merecen ser portada. Los problemas particulares de otro diario, no. Acá estuvo mejor, la otra vez, la portada diciendo “Clarín podía sacar los diarios si quería” fue una muestra de cómo se le da importancia a trivialidades por venir de quien vienen
Sí, que se le dé trascendencia a la Ley me parece perfecto; el enfoque que utilizaron me parece innecesario. Una portada símil Clarín es seguir dándole de comer al Grupo. A medida que se sucedan las noticias referentes al tratamiento de la Ley, que se publiquen como debe ser. Además, explícitamente queda como defensor del Gobierno, y pierde todo tipo de objetividad para mi gusto.
Esteban Righi dictaminó a favor del Estado: si la Corte le da la razón, el multimedio debería desprenderse de Cablevisión.
El procurador general de la Nación, Esteban Righi dictaminó a favor del planteo del Estado de que se levante la medida cautelar que tiene suspendida la aplicación el artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sobre la venta de activos (desinversión) que debería hacer el Grupo Clarín.
Righi, además, objetó los 36 meses de plazo que la Cámara Civil y Comercial Federal había establecido a pedido de la Corte Suprema para la duración de la cautelar y ahora será la misma Corte quien deberá resolver ante la opinión del Procurador, informaron a DyN fuentes judiciales.
La Corte tiene una jurisprudencia extensísima de no revisar cautelares, pero en este caso en especial el Procurador sostuvo que en la causa se “ha soslayado la ineludible consideración del interés público” de la Ley que tiene como objetivo “diversificar la oferta informativa y ampliar la posibilidad de ejercer la libertad de expresión a la mayor cantidad posible de medios de comunicación”. Cuando le llegó el caso, la Corte ratificó esa jurisprudencia y pidió que los tribunales inferiores fijaran un plazo, lo que hicieron la primera instancia y luego la Cámara.
En esa oportunidad, el máximo tribunal no consultó al Procurador para que emita su opinión, lo que Righi recordó en su dictamen.
“La Corte Suprema de Justicia de la Nación desestimó (sin dar vista a esta Procuración General) el recurso extraordinario ínterpuesto por el Estado Nacional”, criticó Righi.
El gobierno nacional y el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto han presionado públicamente a la Corte para que se ponga un plazo a la cautelar, aunque ésta ya lo tiene: diciembre de 2013.
La causa la inició el Grupo Clarín contra la aplicación del artículo 161 de la Ley 26.522, sancionada en octubre de 2009, que establece el plazo de un año para “ajustarse a las disposiciones” de la norma, lo que significa que las empresas hubieran debido vender en ese tiempo todos los activos que excedan lo que permite la Ley.
El juez en lo Civil y Comercial, Edmundo Carbone y la Cámara hicieron lugar a una medida cautelar que frenó su aplicación, lo que fue avalado por la Corte Suprema que ordenó que se fije un “plazo razonable” de duración de esa medida.
La Cámara estableció ese plazo en 36 meses, lo que fue objetado por el Estado Nacional y ahora Righi consideró que ese término debe revocarse junto con la cautelar.
Para el Procurador no se cumplen los requisitos de verosimilitud del derecho y peligro en la demora que debe tener toda medida cautelar y en el caso que al final del juicio el Grupo Clarín tenga razón se le habrá afectado en un derecho patrimonial que puede ser resarcido.
“Más allá de la discutible naturaleza jurídica de las licencias y autorizaciones otorgadas por el Estado, debe advertirse que, si lo que está en juego principalmente es el derecho de propiedad de esa parte (aspecto que se encarga de resaltar la Cámara), cualquier daño que sufra la actora podrá ser resarcido”, sostuvo Righi.
Sin embargo, lo que solicitó el Grupo Clarín no es un resarcimiento económico, sino que se respeten los plazos legales de las licencias otorgadas por el Estado hasta su vencimiento, que dieron lugar a inversiones millonarias. La Ley de Medios acorta esos plazos haciendo la norma retroactiva.
Justamente, el planteo de fondo que se dirime en los Tribunales en paralelo con el amparo, tiene que ver con la inconstitucionalidad del artículo 161 que según la demanda “vulnera la seguridad jurídica, los derechos adquiridos y el derecho de propiedad”.
En su dictamen, Righi agregó que se trata de una Ley y como tal tiene “presunción de constitucionalidad, por lo que sólo puede otorgarse una cautelar con ese contenido cuando se los impugna sobre bases prima facie verosímiles o se acredita su ilegitimidad manifiesta”.
“No puedo dejar de advertir que el tribunal a quo (NdA: la Cámara) ha soslayado la ineludible consideración del interés público para la adopción de cautelares como la de autos. En este caso, el citado interés se traduce en el objetivo de diversificar la oferta informativa y ampliar la posibilidad de ejercer la libertad de expresión a la mayor cantidad posible de medios de comunicación”, opinó.
A eso, agregó que lo que la Ley de Medios busca “no es afectar la libertad de prensa y de expresión sino, antes bien, que se multipliquen los canales de comunicación audiovisual, lo que conduce a una mejor información para la ciudadanía y no a la inversa”. Sobre la aplicación de los 36 meses, Righi consideró que de mantenerse ese plazo se permitiría al Grupo Clarín “excepcionarse por el simple transcurso del tiempo de la aplicación del régimen impugnado”.
En tanto, mientras se resuelve este aspecto, el juicio de fondo que acompaña a la medida cautelar está en el inicio del período de prueba, según fuentes del Grupo Clarín “por dilaciones del Estado Nacional, que objetó varias veces la competencia del fuero y demoró el trámite innecesariamente”.
Ahora, será la Corte Suprema quien deberá resolver si hace lugar al dictamen de Righi, lo que quedará para el año que viene, según informaron semanas atrás altas fuentes del máximo Tribunal al repasar la agenda del año 2012.
El periodista Jorge Lanata se encuentra cerca de cerrar su incorporación a radio Mitre. Conduciría un programa al mediodía, cuyo arranque está previsto para el 6 de febrero.
Lanta estará al frente de un noticiero de una hora y media que iría entre los programas de Chiche Gelblung (Hola Chiche) y Ernesto Tenembaum (El club de la tarde).
Su equipo estaría integrado por los periodistas Luciana Geuna, Osvaldo Bazán y Gustavo Grabia. También está previsto que el mismo Tenembaum participe como columnista.
otra mentira mas de mierdin miren como tergiversan lo que dijo feimman esto dice mierdin Feinmann: “Me molesta que se hayan afanado unos mangos”
28/12/11
La fortuna de los Kirchner. Otra vez el tema se metió en la agenda política pero ahora, curiosamente, no lo sacó a la luz la oposición. Tampoco la prensa. El debate se disparó a partir de las declaraciones del filósofo kirchnerista José Pablo Feinmann, quien dijo en La Nación el domingo que era incómodo apoyar a un Gobierno “de dos multimillonarios que te hablan del hambre ”. Pues bien, ayer Feinmann no sólo ratificó sus palabras sino que subió la intensidad de la polémica. Dijo que “habría que hacer un muy buen análisis de cómo creció esa fortun a” y aseveró: “Que Cristina y Néstor se hayan afanado unos mangos me molesta pero eso no arruina todo lo que están haciendo”.
Víctor Hugo Morales, el locutor ultrakirchnerista que hacía el reportaje por Continental no pudo menos que atinar a tratar de poner paños fríos y lo interrumpió: ¿Pero te consta? “No, no me consta”, respondió el autor de “La filosofía y el barro de la historia”. Víctor Hugo dio un largo rodeo antes de que el pensador retomara la palabra.
Feinmann, con el guiño de su entrevistador, se quejó por la edición del reportaje en la página web, pero al final terminó por corroborar sus dichos. “Lo que a mí me subleva es que yo no digo eso o lo digo de un modo mucho más complejo: me preguntan si me hace ruido el vertiginosos aumento de los Kirchner. No me parece un tema menor. Habría que hacer un muy buen análisis de cómo creció ese patrimonio. Me dolió cuando se habló de un hotel de 2 millones de dólares que pertenecía a Néstor y muchas cosas me dolieron”.
Luego, sin embargo, hizo una llamativa defensa de Cristina: “Te diría que Cristina está haciendo una política tan arriesgada en muchas cosas … está nucleando tanto odio en la derecha y en la extrema derecha que e n cualquier momento se tiene que rajar de este país y, bueno, tiene que tener dinero para hacerlo.
Nadie se cuestiona cómo vivió Perón tantos años en Puerta de Hierro, compró esa mansión… Además, los que critican son los que se robaron todo”.
Otro simpatizante de muchas de las políticas kirchneristas, el doctor en Historia dedicado a la filosofía política Ernesto Laclau salió al cruce de las declaraciones de Feinmann. Desde Londres, Laclau sostuvo que la frase sobre la incomodidad de defender a dos multimillonarios que hablan del hambre “fue particularmente poco feliz” y argumentó: “En primer lugar porque lo ingresos de la gente no tienen nada que ver con sus posiciones políticas y segundo porque es una forma muy injusta de descalificar lo que está ocurriendo en la Argentina hoy”.
y esto dice feimann en pagina 12 El puñal en la espalda
Por José Pablo Feinmann
Uno publica un libro y suceden estas cosas. Hay que empujar la venta con una serie de entrevistas que la editorial estipula. Habitualmente son muchas y la mayoría no exactamente con periodistas con los que se pueda mantener un diálogo alejado del esquema binario y ya salvaje de la sociedad argentina. Que es el siguiente: lo K y lo anti-K. O el “oficialismo” y la “oposición”. Llevamos años sin poder salir del brete en que el pensar ha sido atrapado, sofocado. Y hasta eliminado. Todo esto tiene su espacio de exaltación en Internet, el mundo de lo simple, de lo esquemático. Todo se reduce a si uno es “K” o “anti-K”. O el otro modelo binario mencionado. Pero uno creció y pensó en medio de otros condicionamientos u otras convicciones. Cree en la posibilidad del diálogo democrático. Al menos yo –y otros pensadores que conozco– creo que las palabras pueden y deben llevar más allá de sí mismas y constituir la posibilidad de un intercambio de ideas que alimente y constituya una sociedad democrática.
No es así. Mi pequeña esperanza era que –luego del contundente triunfo de Cristina Fernández en las últimas elecciones– la “oposición” revisara sus modos de operar. Si uno tiene un jefe de marketing que le diseña una campaña para el año 2011 y esa campaña conduce a un resultado calamitoso, lo lamenta. Pero decide darle una nueva oportunidad. El hombre (conjetura) es un profesional y sabe hacer su trabajo. Le pide un plan operativo para el año 2012. Si el eficiente profesional le trae el mismo, si le trae el del 2011, uno lo mira atónito: “Pero, ¿qué me trae? ¿A usted tengo que decirle que con esto nos fue horrorosamente mal?”. “Sí, pero no se me ocurre otro.” “Bueno, está despedido.” Así, uno había llegado a pensar en una inevitable autocrítica de la “oposición” que llevara sus planteos a otras esferas que no fueran las del agravio, la denuncia sin fundamentos o la agobiante repetición de las recetas neoliberales. Parte de esos planteos era que los agravios no eran de ellos sino de los otros. Que los crispados estaban enfrente. Que todo lo malo, lo antirrepublicano, lo turbio y lo antidemocrático estaba enfrente. Todo enfrente, más allá, en la “otra parte” del espacio político. Perdieron. Pero no sólo “perdieron”. Perdieron pavorosamente. Habitualmente –cuando la gente razona– estos cataclismos sirven para revisar errores y cambiar rumbos. No fue así.
Me veo compelido a escribir estas líneas por las incómodas e inusitadas reacciones que tuvo una nota que me hicieron en el diario La Nación. Mis palabras fueron tan distorsionadas (sobre todo en la edición para Internet de la nota) que pareciera he pasado a ser el líder ideológico de la “oposición”. Lamento quitarles el trabajo a Morales Solá o Grondona. Como un vértigo, se acumularon en mi contestador telefónico invitaciones que había dejado de recibir a fuerza de negarme a aceptarlas. De algunos que me llamaron “alcahuete del poder” en Perfil, medio en que cualquiera puede escribir cualquier bajeza sobre mí, desde un conservador hasta un “revolucionario” que, sencillamente, razonó por medio de conceptos como “tilingo” y “pelotudo”, cosas que vendría a ser yo, o agravios aún peores en la revista Noticias, donde también se me puede insultar con entera libertad, para eso es que, en ese medio, se encarna el “periodismo libre”. Pero lo de La Nación no lo esperaba.
La cosa es así: te llaman, te adulan, dicen que te quieren, que han leído toda tu obra y hasta te dicen que sos un genio. Uno, que, más que un genio, es un tonto que cree en la posibilidad de romper el esquema binario y abrirse a un diálogo amplio, democrático, que posibilite un país más armónico y menos esquizofrénico, menos bélico, acepta, va y dialoga. Ricardo Carpena, el periodista, es agradable. El fotógrafo es un joven que ha hecho cursos conmigo y hasta me pide que le firme un libro. El ambiente es agradable. Empieza el reportaje. Han logrado algo importante: que uno se afloje, que se sienta cómodo, que suelte un poco o bastante la lengua. Nos despedimos. Todo –hasta el momento– bien.
La nota sale en dos partes: en el diario y en Internet. La del diario empieza mal. Expresa la esperanza de que no me condenen al exilio de los que se atreven a pensar distinto. O sea, en el mundo “K”, al que piensa “distinto” (no se aclara qué es “pensar distinto”) lo mandan al exilio. Expresa el deseo de que “los kirchneristas” no me “trituren” por haber expresado ideas diferenciadas del “relato oficial”. Es decir, en el mundo “K” hay un “relato oficial” (no se dice cuál es). Si uno piensa distinto de él es “triturado”. Nada menos. Pero no quiero caer sobre el entrevistador porque puedo comprenderlo. Su trato fue muy amable. No puedo pretender que piense como yo si está en La Nación. Es parte del disenso democrático que acepte sus puntos de vista y hasta algunas de sus trampas, que tal vez ya le broten solas. El problema surgió cuando –no lo pueden evitar– encaró el tema de la corrupción. Viejo tema golpista que jamás estuvo ausente del clima propiciatorio de toda alteración del orden constitucional. Dije, amablemente dije: “Hay que hacer una verificación final de eso”. Dije que con Menem había decenas de causas abiertas y hasta presos por corrupción, ¿por qué no hacían eso con los políticos kirchneristas? Si era tan evidente, ¿por qué no lo demostraban? El periodista insiste. Pregunta si no me sorprende “el vertiginoso y enorme aumento patrimonial de los Kirchner”. Pese a que este tema me irrita profundamente. Pese a que me resulta casi increíble que los que se robaron el país en el siglo XIX, los que liquidaron a sangre y fuego las provincias federales luego de Pavón, los que son corresponsables de la matanza de medio millón de paraguayos (¿en el relato oficial de La Nación figura esto?; y si no, ¿permitirían decirlo? o ¿permitirían decir que Sarmiento –nuestro Mariscal Bugeaud, junto con Mitre– aconsejó “Si Sandes va, déjenlo ir. Si mata gente, cállense la boca”?, citado por el gran José Luis Busaniche –que de revisionista, nada– en su Historia Argentina, Hachette, p. 727), los que se enriquecieron con los campos que Roca, luego de su campaña, les cedió, hablen del “vertiginoso y enorme aumento patrimonial de los Kirchner”, pese a todo esto, dije “Habría que hacer un muy buen análisis de cómo creció ese patrimonio”. Y si fui cauto, si mi firmeza no fue la deseada por los cuadros “K” es porque el tema de la sola sospecha o acusación de corrupción en un gobierno popular me desquicia. De aquí que (viniendo de un largo razonamiento que había empezado con la condición de hacer “un muy buen análisis” del bendito tema del patrimonio) haya concluido diciendo la consecuencia lógica que se produciría si eso fuera verdad: “Porque es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno popular, nacional y democrático”. Ahí cavé mi tumba. Porque Canepa tituló moderadamente su nota: “Si gobierna Moyano, van a ver lo que es el autoritarismo peronista”. Pero La Nación tiene el “policía malo”. No el que te recibe en el lujoso edificio y te habla como un caballero. No, el otro. El que está agazapado en Internet y cambia el copete y altera la nota extrayendo frases de contexto. Le pasó, antes que a mí, a Horacio González. Y, en menor medida, a Ricardo Forster y a Jorge Coscia. El título de Internet fue escandaloso: “Feinmann: Es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno popular, nacional y democrático”. Lo que más se lee es la versión de la web. Ese día me convertí en un aliado de la “oposición”, de los “anti-K”. Para ser breve: agradezco a todos los referentes mediáticos de la derecha su interés en mi persona. Pero –más allá del copete artero, de la puñalada en la espalda que implicó el “armado” que hizo La Nación de mi nota en Internet– yo sigo pensando lo siguiente: 1) Esta necia obstinación nos condena a todos a seguir en el pensamiento binario; 2) Jamás aceptaré un reportaje en La Nación. Más por la versión web que por el diario y algunos de sus periodistas; 3) Voté por Cristina Kirchner y adhiero a su Gobierno; 4) No acepto ser definido como “kirchnerista” porque sería validar el esquema binario con que se piensa (mal) la política argentina: lo K y lo no K; 5) Soy un escritor de izquierda ligado a la lucha por los derechos humanos; 6) Apoyo el Mercosur; 7) Rechazo el Consenso de Washington y los diez puntos del economista neoliberal John Williamson; 8) Apoyo una economía proteccionista, que defienda el mercado interno, que instaure una nación con industrias pequeñas y medianas que produzcan y trabajadores que consuman; 9) Si se puede fabricar aquí, no hay que importar ni un solo clavo, como bien dijo CFK; 10) Todos los que participaron activamente del gobierno desaparecedor deben ser juzgados; 11) Los delitos de lesa humanidad son solamente los cometidos desde la esfera del Estado y no prescriben; 12) Contra la delincuencia (creada sobre todo durante la década del ’90 por los que ahora piden seguridad porque se volvieron ricos ahí, en medio de esa bacanal de la corrupción) se lucha creando fuentes de trabajo y escuelas; después, con un sistema carcelario humano, para integrar a los que se extraviaron y no para hacinarlos en la indignidad y la violencia entre pares de desdicha; 12) El sistema binario –en que insisten los medios que impulsaron el protogolpe del 2008– imposibilita el diálogo democrático; 13) Creo en la lucha antimonopólica. Creo –como Adam Smith– que los monopolios enferman el mercado, son sus tumores, son antidemocráticos y sofocan el surgimiento de voces diversas; 14) Creo en el buen periodismo: el que expresa la libertad de quienes lo hacen y no la de las empresas; 15) Creo en la escritura. En la buena prosa. Creo en muchísimas otras causas. Y no creo en la TVVómito. Creo que esa TV es funcional a las lacras más profundas del país porque idiotiza a los ciudadanos en lugar de reclamarles lucidez. Creo que cualquiera puede entender cualquier cosa, cualquier idea o un buen espectáculo, por complejos que sean. Creo que estuve confiado, ingenuo y hasta algo bobo en el reportaje de La Nación. Le puede pasar a cualquiera. Hay algo que no me va a pasar. Desde hace cuarenta años estoy en la misma vereda. No solo, sino con algunos de mis más grandes amigos. Siempre que me busquen búsquenme ahí. Ahí voy a estar
[b]"Clarín no soporta que no le tenga miedo. (…) Clarín, el diario que convivió e hizo grandes negocios con los militares (Papel Prensa, junto a La Nación), gerenciado por la señora que se sospecha apropiadora de hijos de desaparecidos, que implementa el terror como política laboral (no tiene, por ejemplo, comisión interna) (…) Clarín, el diario que montó ilegalmente Radio Mitre.”
[/b][LEFT]Esto decia el gordo en una columna de Critica del año 2009, que opinaran de esto los que dicen que VHM se vendio?:roll:
[/LEFT]
Y pensar que lo re bancaba a Lanata, la verdad que se me cayo uno de las personas que consideraba groso en serio!!!
Al parecer hizo los deberes y tiene su premio, un programa en radio y tv del Grupo Clarin, pero claro, si lo hace él es porque es “indepentendiente” si lo hace VHM es… es… ¿que seria? :mrgreen:
la decadencia del gordo es estrepitosa. De ser uno de los fundadores de Página12, prestigioso hasta para los derechosos, pasó a ser columnista de Libre. Si es eso no es estar en la cima y caer al abismo, no sé que sería
como entretenimiento es muy bueno el programa de chiche en radio mitre, el pasje de chiche a Lanata va a ser un cago de risa como el de Chiche y Castro:lol:
Uno tiene que ir para atrás y acordarse de los 90. Lanata nunca fue un analísta político sino un denuciador serial del gobierno de turno. Lanata nunca la emprendió contra las consecuencias de las políticas de los 90, él jamás en su Día D analizó la realidad económica del país con profundidad. Basta acordarse que su programa transitaba entre denuncias de corrupción varias ( que la pista de anillaco, que la valija de Amira, que la Ferrari del Carlo, que avión presidencial, que Barrionuevo ) Muy de vez en cuando y ya sobre el final de la presidencia de Carlos Saúl I, y cuando la situación empezaba a empeorar, comenzó a darle bola un poco mas a la realidad económica. Por eso este perfil de Lanata no me sorprende, es lo que fue siempre.
Que dúo otra que Cañito y Firulete, Piluso y Coquito … de Chiche no extraña, ahora el otro que la va de serio …