Lo odio desde el momento en que asumió e hizo el acto jugando con el bastón presidencial como una sátira a la representación de la conducción de la república. En ese entonces dicho sujeto era desconocido por estos pagos y no había mucha información de su pasado, los medios hablaban bien de él y para remontarme a sus antecedentes tuve que indagar en internet.
Las cosas que logré investigar sobre Néstor no eran buenas, y fueron confirmadas cuando fui a la casa del padre de un amigo de toda la vida. Dicho padre trabajó siempre de ñoqui y su casa solía estar llena de porta retratos de él con Menem, pero luego del 2003 cambió esas fotos por unas con él y Néstor, ahí terminé de confirmar todas las sospechas.
Claro que a esa altura política de nuestro país, ningún presidente duraba en su mandato, con lo cual no le di mayor importancia porque creía que cuando mucho terminaba su mandato y seguía otro.
Sobre el final de su mandato lo odié más, con sus campañas políticas basadas en Tinelli, la prolongación de las licencias de Clarín y el decreto anticonstitucional que autorizaba la unión entre Cablevisión y Multicanal.
Las cosas fueron empeorando cada vez, cuando luego de haber sacado lucro y provecho de su imagen a través del multimedios, pretendía decirnos desde la caja boba qué teníamos que pensar y porqué su mejor aliado pasaba a ser el enemigo de la democracia.
A esta altura del partido nadie quería a Cristina, mis amigos ULTRA K decían que el Kirchnerismo es Néstor, que la mujer era una concheta mogólica que robaba cámara y se quería hacer la Evita, que no iban a votarla y esperaban que él se presente a la Re.
Con la muerte de Néstor todo se volvió aún más morboso, la viuda negra construyéndose un nombre y una carrera a través del luto, y ganando la simpatía de las masas a través de la lástima.
Y desde ahí ya todos saben lo que pasó, la corrupción, los levanta manos, las coimas, la entrega, el robo, se hicieron descarados y públicos, la traición a la patria se volvió un estandarte y la demagogia una forma de gobierno.