Los motivos artísticos, económicos y temporales que intentan explicar la "watersmanía" que se apoderó de Buenos Aires
a “watersmanía” ¿es un fenómeno artístico o comercial? Esta semana, la escalada de los conciertos internacionales en la Argentina alcanzó su pico más elevado, apoyado en los impactantes números de la tercera visita al país de Roger Waters. Seis conciertos en el estadio River Plate. Unas 270.000 personas pagarán su entrada para ver levantar y tirar en escena el muro más famoso y legendario del rock inglés. ¿Qué sucedió para que este hombre alto y canoso que la semana próxima cumplirá 68 años supere un récord de audiencia, como sólo los Rolling Stones lo habían hecho por estas pampas, con un espectáculo pensado y creado treinta años atrás? Veamos. 1. Un show histórico. La presentación de The Wall en vivo, treinta años después de su versión original, es un hito que quedará registrado en los manuales del rock mundial. Waters reinterpreta, tema por tema, la ópera rock que corrió los límites del género. Poco queda en esta puesta del espíritu de rebeldía adolescente con el que fue concebida y en la versión 2011 el giro antibelicista le gana la pulseada al oscuro cuento de la alienación de las estrellas de rock de fines de los años 70, pero continúa siendo un espectáculo movilizador que nadie, en la Argentina, parece querer perderse.
2. El boca en boca de dos shows impactantes. Roger Waters actuó por primera vez en la Argentina, en 2002, en el estadio de Vélez Sarsfield, apenas tres meses después de la crisis institucional y financiera de 2001. Allí, el ex Pink Floyd deslumbró a sus fans -que agotaron las entradas de su única presentación- con clásicos de su banda y de su etapa solista, con una pantalla desmedida y el legendario chancho volador. Cinco años más tarde, en 2007, les dio una nueva oportunidad a quienes no habían podido verlo y regresó al país, pero al estadio de River y con dos fechas programadas. Una vez más, el músico cumplió con las expectativas generadas, tanto en lo musical -interpretando The Dark Side Of The Moon , de principio a fin- como en otra puesta acorde con la leyenda de Pink Floyd. De allí en más, el boca en boca de los que asistieron sembró el suelo para el fenómeno de ventas de lo que será, en marzo, su tercera visita al país ante una audiencia sin precedentes.
3. La última tentación rockera: tocar clásicos de principio a fin. Volver a tocar discos clásicos de principio a fin ha sido un suceso en la era de la música digital. Primero fue el fenómeno de los “regresos” y, enseguida, esta modalidad de conciertos que sedujo a Lou Reed, The Cure, Sonic Youth y Brian Wilson. Waters ya había probado la fórmula en 2006, con la gira mundial de The Dark Side Of The Moon . Ahora le llegó el turno a The Wall .
4. Una puesta que se convirtió en mito. El muro que se construye y se destruye entre muñecos gigantes es un mito de la historia de los conciertos de rock de los últimos treinta años. Apenas 31 presentaciones hizo Pink Floyd de The Wall , en cinco ciudades, entre 1980 y 1981 -cuando ni se soñaba con YouTube, digamos, y los conciertos sólo se podían ver comprando las entradas-, pero bastaron para introducir al rock en una nueva dimensión y sentar las bases de la competencia tecnológica en la industria de la música. El rock de estadios y las puestas megalómanas tuvieron en The Wall su primer capítulo. 5. Un marketing para el récord mediático. La productora local que traerá a Waters comenzó su plan de marketing diez meses antes del show, en mayo de este año, cuando invitó a presenciar en exclusiva uno de los conciertos de la gira de The Wall a los dos periódicos más importantes del país. Todo esto aún antes de confirmar que el tour llegaría a América del Sur. Poco después, se anunció oficialmente y la campaña se apoyó en la rápida venta de las entradas. Dos conciertos agotados en un par de días. Y uno más y otro y el último en agregarse, también agotado. El sexto saldrá a la venta el martes, y los productores tienen la intención y el deseo de que la cuenta no termine allí. Todo, transmitido casi en cadena por noticieros vacíos de contenidos tras unas elecciones que ni siquiera dieron para debatir. Las interminables colas para comprar entradas fueron un tema obligado de la semana en radio, televisión y gráfica.
6. El retro rock. La nostalgia rockera parece no tener fin y si bien una década atrás Pink Floyd no figuraba entre los gustos populares argentinos, hoy Waters reubica su obra por encima de varios de sus contemporáneos e incluso un escalón más arriba -por lo menos en la frialdad numérica- en las preferencias locales de dioses rockeros como Paul McCartney o Mick Jagger. ¿Si el año próximo vienen los Stones, superarán la marca registrada por The Wall ?
La situación económica favorable. Con el mundo en permanente crisis desde hace por lo menos tres años, América del Sur vive una primavera económica que hoy envidian los países desarrollados. Las productoras y los artistas internacionales vieron el negocio y se sumergen en giras latinoamericanas como nunca antes. Pasó la burbuja de Internet, la burbuja financiera y la burbuja inmobiliaria. Esta semana, el periodista Ezequiel Fernández Moores sugirió una posible burbuja del fútbol en la contratapa de La Deportiva de La Nacion, debido a los altos valores de venta de los jugadores. ¿Será ésta la burbuja rockera o la abultada oferta de conciertos internacionales llegó a la Argentina para quedarse?
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[/b] La revaloración mundial de la obra de Pink Floyd. En 2005, en el marco del festival Live 8, sucedió lo que para muchos ya era un imposible: la reunión de Pink Floyd, luego de 25 años de peleas públicas y privadas. Fueron apenas cuatro temas, pero alcanzaron para certificar lo monumental que fue el grupo, el virtuosismo de sus integrantes y la vigencia de sus canciones. Toda una nueva generación de amantes de la música se rindió a sus pies y comenzó a hurgar en una discografía sin igual, que a partir del mes próximo llegará remasterizada y aumentada en uno de los lanzamientos discográficos más importantes del año.
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El gigante show de los números. [/b] En tiempos en que los números mandan, Waters armó su gira más monumental: 15 millones de dólares costó la producción de The Wall , en la que se utilizan 424 ladrillos gigantes para construir un muro de 70 metros de largo por 11 de alto, con 23 proyectores de alta definición, una pantalla circular y tres marionetas a la medida de esta legendaria megaproducción que treinta años atrás fue cancelada por dar pérdidas y que a fin de este año, seguramente, se ubicará entre las giras más rentables de 2011.
[b] 10. [/b][i][b] The Wall, La película [/b][/i][b] , una leyenda porteña. [/b] No fueron 250.000 personas las que vieron, sábado tras sábado, en la trasnoche del Select Lavalle, la película [i] The Wall [/i] en los años 80 y convirtieron aquel encuentro subterráneo en leyenda porteña. Pero lo cierto es que aquellas funciones son una de las construcciones míticas más recordadas y hoy muchos jóvenes -y no tanto- quieren saber por qué
La situación económica favorable. Con el mundo en permanente crisis desde hace por lo menos tres años, América del Sur vive una primavera económica que hoy envidian los países desarrollados. Las productoras y los artistas internacionales vieron el negocio y se sumergen en giras latinoamericanas como nunca antes. Pasó la burbuja de Internet, la burbuja financiera y la burbuja inmobiliaria. Esta semana, el periodista Ezequiel Fernández Moores sugirió una posible burbuja del fútbol en la contratapa de La Deportiva de La Nacion, debido a los altos valores de venta de los jugadores. ¿Será ésta la burbuja rockera o la abultada oferta de conciertos internacionales llegó a la Argentina para quedarse?
Tengo un dilema: con tantos shows, siento que si no voy a uno más al menos, viviendo a 30 cuadras de la cancha de River, soy un terrible pelotudo. Pero por otro lado, ir a más de uno le sacaría un poco de ‘magia’ al recital, es decir si fuera solamente a uno pondría TODA mi emoción en ese irrepetible (quizás) concierto… no sé si me explico.
A mi me pasa lo mismo y creo q tambien voy a llorar, es tremendo lo q genera y si ademas llega a salir Gilmour, creo q me tiro de la Belgrano alta al campo !