Yo estuve ese día en la cancha, eran los primeros partidos que iba a ver a River.
Estaba un poco lejos, en la Belgrano alta, cerca de la Centenario, y ese gol fue en el arco del río. Me quedó grabado para siempre.
Lo que más recuerdo era la gente que estaba alrededor mío, en vez de gritar el gol se cagaban de risa, sí, nos cagabamos de risa, no podíamos creer esas jugadas tan maravillosas del Beto.