Con Julián en este nivel en Lima, iba a ser lo mismo por qué Gallardo en ese entonces lo usaba de volante. A lo Soldano.
De hecho cuando finalmente lo pone de delantero, es cuando se destapa.
La final con Flamengo no la volví a ver nunca más, sola aquella vez en vivo y nunca más.
Por más que hallamos Sido una orquesta. El dolor fue grande.
Me arrebataron esa copa prácticamente de mi bolsillo.
El partido tacticamente fue muy bueno, hasta que el Muñeco tuvo que hacer esos cambios obligados (Casco por lesion, Nacho y Borre por cansancio), fueron 75 minutos sin fisuras, junto a los 45’ del dia del gas pimienta, Cruzeiro 2015 y el PT del 3-1 en la bombonera 2017, que me parecen tacticamente lo mejor del ciclo.
El tema fue una desinteligencia total de la sección ofensiva del equipo, que se le puede reprochar un poquito a Gallardo pero habría que ver. Porque en el empate no solo había 5 o 6 jugadores adelante de Pratto (Pratto roto jugando casi en la mitad de la cancha contra dos de Flamengo), sino que viene de un tiro libre NUESTRO donde el boludo de Palacios sacó rápido. Faltando 5 minutos para que se termine el partido sacó rápido.
Muy similar a lo que pasó en la final de Patetico Madrid y Real Madrid donde uno del Aleti cobra un tiro libre y en vez de esconder la pelota tiró al arco.
Lo que dije arriba. Pinola mal que mal lo había neutralizado completamente a Gabigol, el tipo no sabía de que mierda disfrazarse, se había tirado a un costado a ver si le llegaba alguna pelota. Antes del empate solo tuvo una de carambola que vino de un error en la mitad de la cancha, la famosa jugada donde DLC salva un gol con la espalda.
Las cagadas fueron de la ofensiva que no tuvieron inteligencia alguna para dormir el partido.
Lo que me molesta de ése River es que jugaba a eso todos los partidos, incluso con rivales inferiores. Buscaba el penalcito para abrir el partido porque entre Borré y Suarez no se les caía una idea.
No por nada fue tan increíble ese gol de Borré en la final, pareciera que lo pateo otro jugador. En ese primer tiempo se juntaron todos los astros para regalarnos la final, y en el segundo tiempo hicimos todo lo posible para entregarla, y terminamos entregandola.
Para mi juega mucho el enamoramiento de Gallardo con el bobalicón de Suarez. Se apostaba exageradamente a tirarle un pelotazo a Suarez y que el haga “magia”. Me acuerdo que contra Cerro Porteño en la vuelta y contra la bosta también jugamos a éso, a tirarle bochazos al Cordobes amargo, cosa que se repitió en esa final después del gol, y Suarez nunca pero LITERALMENTE nunca se pudo sacar a uno de Flamengo de encima.
Si, ofensivamente fue un partido aparte, muy pobre lo de River, lo de seguir atacando y sacar rapido es de inexperto y verde, Pratto regalandola, Montiel muy arriba y no baja a Bruno Hernrique, Palacios sacando rapido, los 3 campeones de america pecaron de inocencia.
Con Scocco, Pratto en buen nivel, Alario, Juli o hasta Mora ese partido terminaba 5 a 0.
Una pena la dupla antigol que tuvo ese que River del 2019-2020, que quizas haya tenido el mejor medio de la era Gallardo, ofensivamente hablando.
No podría resumirlo mejor.
Básicamente esa final se jugó a que alguno de los rivales cometiera un error, una pifia para que aprovechen alguno de los rapiditos como él o DLC.
Así se abrieron los partidos vs Cerro, Boca y Flamengo. Dos fueron penal y en la final se chocaron dos rivales entre sí.
Súmense a putear a este tal Pablo que no se de donde salió pero tiene la cuenta verificada y se piensa que puede hablar mal de Gallardo. Encima lo borró el cagón.
Borre fue una máquina de errar goles, y Suárez un tibio buscando penales. Pero así y todo metieron mucho huevo. Suárez se inventó jugadas, pero me acordé mientras escribo ese remate en la última jugada que la mando a la tercer bandeja, cuando la jugada pedía centro que estaban todos en la olla.
Ese partido demostramos la personalidad a flor de piel, éramos una tromba, la única forma que nos podían parar era el var “revisando” jugadas cada 10 minutos, y se tomaba 5 para revisar cada una. Sacándonos intensidad, dándole aire a palmeiras, que lo teníamos asfixiado.