No tengo registro en mi memoria de un arquero que se haya comido cuatro goles en un mismo partido. En los cuatro tuvo responsabilidad. El primero no llegó a una pelota que era atajable. El segundo salió tibiamente y mal a un centro que fue al área chica y le pasó por al lado. El tercero salió a achicar y le sacó el cuerpo justo en el momento del remate del delantero rival. El cuarto fue un blooper inexplicable en un arquero con su experiencia.
Muy preocupante de cara al futuro, porque detrás de él está Chiarini, que es malo, y Batalla, que está verde.
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