La mejor piña del mundo aún no se dio. Es la que merece Paulo Ferrari, y la que lo haría caer directo en una tumba para que lo cubran de tierra rápido, no sea cosa que el muy hijo de puta sobreviva…
Tremendo el video de la estación de trenes. Como de la pelea de Chaca y boca (ese en el que le patean a uno la cabeza). Por Dios, duele de sólo mirarlo…