Relato del Presente @RelatoDPresente
Lo interesante del modelo de inclusión es que “los galanes del kirchnerismo” se miden por si tienen ojos claros.
Los galanes del kirchnerismo
Frente a la acusación de la diputada del PRO Laura Alonso de que el kirchnerismo no ha producido ni un galán, Ahguapas demuestra lo contrario.
La diputada del PRO Laura Alonso afirmó en Twitter que en el kirchnerismo no hay ningún galán y la red social explotó. “El kirchnerismo no ha producido un solo galán. Deben robar para soportar tanta fealdad. #Tristeza”, decía el tuit que Alonso compartió con sus seguidores.
Para demostrarle a Laura Alonso que está equivocada, Ahguapas hizo un relevo de los políticos kirchneristas más guapos. Estos son:
Axel Kicillof: El ministro de Economía de la Nación, sucesor de Hernán Lorenzino, conquista por sus ojos celestes y por su seguridad.
Martín Insaurralde: El diputado nacional, ex intendente de Lomas de Zamora, se hizo fama de galán gracias a su comentado romance con la vedette Jessica Cirio. Su sonrisa y estilo canchero lo convierten en ganador.
Julián Alvarez: El viceministro de Justicia tiene porte de ganador por donde se lo mire.
Santiago Cafiero: El funcionario sciolista y nieto de Antonio Cafiero conquista con su porte de galán y ojos claros.
Fernando Yarade: El diputado nacional salteño gusta por sus mirada misteriosa y su estilo elegante.
Gonzalo Ruanova: El titular del Consejo de Seguridad Interior del Ministerio de Seguridad es uno de los más guapos de la lista. Su pinta de pibe deportista y sus ojos claros lo convierten en todo un galán.
Juan Manuel Urtubey: El gobernador de la provincia de Salta tiene una mirada poderosa que lo hace irresistible.
Juan Courel: El secretario de Comunicación Pública de la Provincia de Buenos Aires y vocero del gobernador Daniel Scioli nos enamora con su pelo rubio y su estilo descontracturado.
Augusto Costa: El secretario de Comercio gana con su mirada misteriosa y con su barbita. Cuando se ríe, incluso mejora.
Graciela
@Pigu
@RelatoDPresente A Augusto Costa le doy hasta que Cristina haga autocrítica.