[b]En política no hay que reír ni llorar, sino comprender[/b]
El problema del kirchnerismo en capital es que no interpela a sus ciudadanos, que hace una campaña “de, por y para” la minoría del palo y emite un mensaje inaudible para la gran mayoría de los habitantes de esta gran ciudad.
El problema es no reconocer los aciertos del PRO, como las bicisendas, la peatonalización del microcentro, los sapitos y obras reclamadas por años como el túnel debajo de las vías del Mitre, a dos cuadras del Pirovano o el de Lacroze en la estación Colegiales.
El problema es no entender que la salud y educación públicas no están entre las prioridades de la mayoría de los habitantes en una ciudad donde gran parte del empleo es registrado y donde hasta un encargado de edificio envía a sus hijos al colegio parroquial de la vuelta y tiene una prepaga.
El problema es no saber cómo interpelar a sectores medios que, curiosamente, en la última década han mejorado notoriamente su situación laboral y económica pero les han hecho creer que su despegue es pese al kirchnerismo y nos gracias a él. Pero también el problema es creer que una persona, por haber mejorado en lo social debe automáticamente adherir al gobierno que posibilitó esa mejoría. Y también no ver que hay fuertes usinas ideológicas-políticas que instalan nociones tales como que si en los útlimos años hubiera gobernado otra fuerza política, les iría muchísimo mejor aún.
Los que votaron al PRO no mueren todos por un autógrafo de Rodríguez Larreta, como no todo el 54 % del 2011 era cristinismo fanático. Hay muchos factores en juego: Lousteau ya irrumpió en 2013 con potencia electoral y sólo un entramado de diarios de Yrigoyen camuflado en consultoras nos pudo hacer creer que le ganábamos con la fusta bajo el brazo.
El día que sepamos cómo llevar el proyecto nacional y popular a lugares donde lo imprescindible ya está garantizado(agua corriente, cloacas, asfalto, etc) tendremos las herramientas para hacer política en capital y en tantos otros centros urbanos. Porque si no, corremos el riesgo de suponer que allí donde lo básico está garantizado el peronismo no tiene razón de ser…
Y lo peor, que en aquellas zonas del sur de la ciudad donde deberíamos ganar, también nos gana el PRO…
Baruch Spinoza, fallecido en 1677 dijo alguna vez que en política “No hay que reír ni llorar ni indignarse, sino simplemente comprender o entender”
A ver si lo entendemos
AMEN