Israel mata a comandante de Hamas, evalúa invasión a Gaza

Primero: Vos pensás que yo no tengo ni 2 dedos de frente? Te equivocás. Nuevamente, la descalificación. Además de considerarme poco más que bestia por ser un goym, ahora me decís que no tengo ni 2 dedos de frente.

Segundo: No sé qué querés que te diga de Bashar Al-Assad? La verdad es que me parece un regimen de mierda, que vive en la edad de piedra reprimiendo gente. Pero tampoco por eso me voy a chupar el dedo y no darme cuenta que desde todas las potencias occidentales le mandan armamento a los rebeldes (reconocido esto por la CIA, Obama, etc.) como hicieron en Libia, ya que Al-Assad es antiosionista. Eso me parece pésimo, porque cada país tiene que “mind their own business”. No sé, era esa la respuesta que esperabas de mí?

Es que no tenes dos de dedos de frente, porque te ciega el odio. A mi no me interesa que seas goi(goym es en plural por cierto ), siempre tenes que hacer una victimizacion ridicula.
Se ve muy bien que un conflicto tapo al otro, y en particular este parece que le intereso a todo el mundo.
Vos como sabes que todas la potencias de medio oriente, le mandan armamento???

El ejercito israelí es el más moderno y sofisticado del mundo? no es el de EEUU o el de la OTAN? o china?

La otra vez vi que tenían un vehículo del tamaño de un Ford Ka que era manejado desde una base (estaba re contra armado). No es referencia pero es para destacar las cosas que tienen… Sumado al domo anti misiles.

Lo que pasa que ellos ante un problema tienen la virtud de improvisar muy bien, es conocido el caso de los Miragge que el Mossad robo planos de un ingeniero suizo. Cuando reciben un embargo por venta de aviones de parte de Francia , ellos readaptan el modelo Miragge con los planos que roban de suiza y tenian problema con los motores entonces los readaptaron con los motores general electric . A diferencia de lo que son los militares aca, alla hacer el servicio mlitar los capacitan en muchas cosas, y salen formados en algo.
Tzahal a ganado guerras en las que tuvieron un aislamiento internacional y solo podian comprar armas en Checoslovaquia o Francia(48), en el 67 ellos no contaban con un armamento para hacerle frente a los Sirios y ganaron la guerra por un excelente trabajo de espionaje de Eli Cohen, atacando puntos vitales de Siria.
Tienen tecnologia, pero tambien a manos de boludos supieron arruinar su armada naval.

No sabía que era en plural. Por suerte hablo español yo y mis familiares. No me ciega el odio. Pero bueno, ni me conocés, no me voy a gastar en contarte quién soy ni nada. Pensá lo que quieras.
Lo de la victimización no lo hice nunca. Eso es propio de Israel. Victimizarse y las lágrimas de Cocodrilo. Yo por suerte no odio a los judíos ni a nadie por ser de otra religión. MI religión no dice que los demás son poco más que bestias ni me autoriza a someter a otras personas.

Mira a mi no me hagas comparaciones pelotudas de religion, primero porque no soy religioso, es mas soy auto antisemita…tenes serios prejuicios, y te encanta victimizarte como proyectarlo en los demas.

auto antisemita? sería como autodidacta???

un judio anti judio religioso.

sí entendí, me llamó la atención el ‘auto’ nomás jeje

Esta nota no la escribi yo sino aguinis

E
n la televisión uno puede emocionarse cuando una mujer árabe grita: “¡Que los israelíes desocupen Gaza de una vez !”. Claro que la emoción tiene un significado distinto para el que goza de cierta información. Gaza ya fue totalmente desocupada por los israelíes hace siete años. Gaza no es más un “territorio ocupado”. En 2005, el entonces primer ministro Ariel Sharon decidió sacar por la fuerza, incluso de los pelos, hasta el último colono israelí para darles con el gusto a los palestinos y convertir ese territorio en un espacio Judenrein . Durante décadas, miles de colonos judíos habían levantado prósperas granjas e invernaderos en la Franja. Pero eso era una cuestión menor ante la perspectiva de un arreglo firme mediante el proyecto “tierra por paz”: Israel entrega tierra (que no le sobra) y los árabes otorgan la ansiada paz. Había que permitir que Gaza, con sus hermosas playas y curiosas ruinas arqueológicas, se convirtiera en una atracción turística, creciera económicamente y pusiera las bases del soñado Estado palestino que se desarrollaría junto a Israel.

Pero en Gaza se impuso la fracción terrorista Hamas , cuya Constitución exige de forma manifiesta el aniquilamiento de Israel. Incluso decidió actuar sin el control de la relativamente moderada Autoridad Palestina con sede en Ramallah. En vez de transformar ese territorio en el comienzo de un democrático y progresista Estado palestino, invierte todos los recursos, incluso la ayuda humanitaria internacional, en adquirir y fabricar armas. Perforó la frontera con Egipto mediante numerosos túneles que facilitaban el ingreso de los misiles provenientes de Irán.

El gobierno de Israel fue ingenuo al evacuar Gaza. Para los israelíes rige la conocida frase de Golda Meir: “No gozamos con las victorias militares; en cambio, gozamos cuando brota un nuevo tipo de algodón y cuando las frutillas colorean el país”. Creyeron que esa frase también regía para los gobernantes de Gaza.

La historia demuestra, en cambio, que cada concesión de Israel es tomada por ciertos líderes como signo de debilidad. Así ocurrió cuando en la Guerra de la Independencia el ya triunfador, pero aún débil, ejército judío decidió devolver El Arish a Egipto y abstenerse de ocupar la Ciudad Vieja de Jerusalén porque el rey de Jordania prometía negociar la paz. Por desgracia hubo sólo un armisticio, pero no se firmó la paz ni acordaron fronteras definitivas. Así ocurrió de nuevo cuando Ben Gurión se replegó del Sinaí en 1956. Así fue cuando tras la aplastante Guerra de los Seis Días los gobiernos árabes reunidos en Jartum respondieron con los famosos “tres no” a las ofertas israelíes de negociar la paz: no reconocer a Israel, no negociar con Israel, no paz con Israel.

Por el contrario, bastó que tras la Guerra de Iom Kipur el presidente Anwar el Sadat ofreciese un arreglo para que el gobierno de Israel (de derecha, como se estila en la jerga actual) restituyese a Egipto un espacio dos veces más grande que el propio, con pozos petrolíferos, aeropuertos y espectaculares centros turísticos en Sharm el Sheik y Taba. También devolvió la ciudad de Kuneitra a Siria. Se replegó de El Líbano, confiado en que su gobierno impediría el acercamiento a la frontera de las milicias que responden a Hezbollah. Frente al presidente Clinton, el primer ministro de Israel cedió a todas las exigencias de Arafat, incluso dividir Jerusalén. Pero estos gestos no fueron suficientes. ¿Por qué? Porque Israel no comprende que el único gesto que desean sus vecinos para quizás elogiarlo es su desaparición.

Ocurre, sin embargo, que los judíos aman la vida. Ni siquiera aceptan que se fotografíen sus cadáveres. Por eso las fotos que muestra la prensa mundial se refieren únicamente a las víctimas árabes, en especial mujeres y niños. Israel jamás usa escudos humanos como los palestinos, sino que invierte fortunas en construir refugios, miles de refugios subterráneos para salvar a su gente. En Gaza se disparan los misiles desde escuelas, hospitales, mezquitas o barrios llenos de civiles. Luego cae la respuesta israelí y pueden mostrarse las lamentables víctimas. Es preciso saber que la aviación israelí derramó octavillas en árabe para indicar adónde tenía que dirigirse la población para que no la afectasen los proyectiles que apuntaron quirúrgicamente contra las lanzaderas de Gaza, pero quienes estaban demasiado cerca no pudieron evitar los impactos. ¿Hamas, en cambio, avisa adónde se dirigen sus cohetes?

Durante años, pero en especial durante los últimos meses, ha sido bochornoso el silencio que mantuvo la prensa sobre el tenaz bombardeo de Hamas. Un millón de israelíes debían correr a diario, a veces varias veces por día, a los refugios. Comparado con la Argentina, ese millón equivaldría a cuatro millones de personas. Imaginemos cuatro millones de argentinos corriendo diariamente a los refugios antiaéreos, dejando el trabajo, las escuelas, los hospitales, las oficinas, las fábricas. Imaginemos a padres desesperados que no encuentran a sus pequeños hijos y sólo tienen 15 segundos para alcanzar meterse bajo tierra.

Como dijo el columnista internacional Julián Schvindlerman, durante meses y meses los cohetes de Hamas fueron invisibles: sólo los veían los israelíes. Ningún organismo internacional, ningún gobierno, ningún medio de prensa tuvo la dignidad de denunciarlos con firmeza. ¿Por qué? La respuesta es difícil. Pero no para la memoria judía. Desde la Edad Media se insiste en que los judíos tienen la culpa de todo y beben la sangre de los niños. En Egipto tuvo gran éxito un culebrón televisivo donde niños musulmanes eran arrastrados a sótanos para que unos judíos siniestros les extrajeran la sangre de la carótida. Cuando Israel protestó por esta burda incitación al odio, el gobierno del dictador Mubarak contestó que no podía limitar la libertad de expresión…

Los palestinos se han convertido en las víctimas por excelencia, a las que nada se les puede exigir. Los israelíes, en cambio, en los victimarios sangrientos.

¿Qué pasaría si sólo un misil impactase en Londres, París o El Cairo? Turquía, por ejemplo, no demoró en bombardear Siria cuando un proyectil cayó dentro de su frontera. En este año golpearon a Israel centenares de misiles, sin que se valorase la admirable contención de su gobierno. Sí, su contención, porque la mayoría de los ciudadanos exigía que hubiese alguna respuesta para poner fin a la granizada de cohetes que mantenía en vilo a medio país. ¿Esperaba Israel la actuación de los organismos internacionales o de la prensa? Error. Las Naciones Unidas no se demoran en llamar a sesiones de emergencia por la causa palestina, pero jamás condenan un ataque contra Israel. ¿Por qué será? Sí, por las mismas razones que se acusó a los judíos de asesinar a Jesús, de la peste negra, de crímenes rituales, de querer dominar el mundo. En el inconsciente colectivo sigue reptando un gran odio ancestral.

Pregunta: ¿el actual conflicto empezó cuando hace una semana Israel decidió tomar represalias contra un jefe de Hamas o cuando desde hace meses y meses esa organización terrorista mantiene en vilo a centenares de miles de personas con proyectiles de corto, mediano y largo alcance recibidos en gran parte de Irán?

La insistencia en sólo culpar a Israel hará más difícil un arreglo permanente, porque vigoriza a los fundamentalistas. Urge mostrarles que la violencia no los conducirá a borrar del mapa un país o llevar a cabo otro genocidio. Ojalá que la agresión de Hamas contra Israel (también lo fue contra su propio pueblo) no haya sido para desviar la atención de las matanzas que prosiguen en Siria. No sería arriesgada la sospecha de que el reaccionario y teocrático Irán, para desviar la atención de su aliado Al Assad, haya ordenado a Hamas abrir el frente sur. Y, en ese caso, no sería arriesgado suponer que pronto Hezbollah abriría el frente norte desde el Líbano. Bastaría cualquier incidente para encender la chispa. Total, la culpa siempre la tendrá Israel.

Por ahora corresponde celebrar el cese del fuego. Debería ser continuado por una confiable supervisión internacional que ponga fin al desvío de los cuantiosos fondos que llegan a Gaza. Esos fondos son para el bienestar del pueblo, no para fabricar, comprar y disparar misiles contra Israel.

Si hay alguien en la historia que ha intentado someter a otros fue justamente la iglesia catolica.

Disculpame, pero la nota de Aguinis me hace reir los huevos.

“para darle el gusto a los palestinos” DEJATE DE JODER !

Cararota!!! JUDIO no sos mas que un cararota diciendo eso…

Abajo la masacre sionista en Gaza

El gobierno israelí desató una nueva ola de bombardeos sobre la región de Gaza, a lo que se agrega la amenaza de una incursión militar terrestre, para la cual ya movilizó a 75 mil reservistas. La nueva escalada sobre la Franja de Gaza lleva más de 134 muertos palestinos, la mitad civiles (entre ellos, 34 niños) y 1.000 heridos. El régimen sionista incrementó los bombardeos ante la respuesta militar de Hamas y las milicias palestinas que, sin embargo, sólo han causado cinco bajas israelíes. La fuerza armada sionista cuenta con un avanzado sistema antimisiles que pone de relieve la desproporción gigantesca en capacidad militar entre uno y otro bando.

Como se ha encargado de destacar la prensa, el asesinato del jefe militar de Hamas, Ahmed Yabari, que terminó por precipitar la crisis actual, fue un operativo de espionaje y militar preparado y ejecutado con una precisión quirúrgica. La decisión del jefe de gobierno israelí, Netanyahu, de promover este nuevo “asesinato selectivo”, estaría vinculada, entre otras razones, con su frente interno, cuando se avecinan las elecciones que tendrán lugar en enero próximo. En ellas, otros representantes de la derecha le pisan los talones al actual mandatario.

La principal objeción que le hacen estos adversarios es su “pasividad” frente a los ataques palestinos. Según Haaretz, el diario liberal israelí, “el asesinato de Yabari pasará a la historia como otra acción militar de show en la noche anterior de una elección. Netanyahu está interesado en neutralizar cada posible rival y el ministro de Defensa, Ehud Barak, está peleando por suficientes votos para retornar al Knesset (parlamento) “(citado por el diario El País, 18/11). Esto prueba el grado de división y enfrentamiento que reinan en el gobierno israelí, y que atraviesa al propio gabinete. Es que el régimen sionista no ha sido inmune a los cambios revolucionarios operados con la primavera árabe. La causa palestina ha ido levantando cabeza al calor de este proceso.

El ataque israelí llega cuando los palestinos avanzan para conseguir su rol de observadores en la ONU, una jugada a la que se oponen Estados Unidos e Israel. El gobierno sionista llegó al extremo de amenazar con promover la destitución del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, en caso de que prosperase la aprobación de dicha propuesta. La escalada militar contra Gaza es también un tiro por elevación contra Irán: Israel no oculta sus preparativos bélicos para atacarlo. Con estas nuevas matanzas, el Estado sionista quiere reafirmar su papel de gendarme del imperialismo en la región, a pesar de las convulsiones políticas y sociales planteadas por la revolución árabe.

Obama y Morsi
Obama ha declarado que “Israel tiene derecho a defenderse”, en un claro respaldo a su aliado. Pero, al mismo tiempo, está tratando de frenar una invasión terrestre.

Es que una incursión militar de esas características pondría en tela de juicio todo el armado político que trabajosamente Estados Unidos viene tejiendo de cara al nuevo escenario creado por la revolución árabe, y que tiene en Egipto y Turquía dos piezas principales. “Uno de los peligros de la crisis de Gaza, es el de que toda esa arquitectura de influencias en Oriente Próximo se le derrumbe a Obama si la escalada militar continúa hasta provocar una matanza de palestinos. Es muy difícil que el presidente norteamericano pudiera seguir contando con Morsi (presidente egipcio) si eso llega a producirse” (El País, 19/11).

El nuevo presidente egipcio, Mohamed Morsi, de la Hermandad Musulmana, está llamado a jugar un papel central en esta crisis. Obama se ha recostado en él en la búsqueda de una tregua y un compromiso en el conflicto. Morsi se mueve en un delicado equilibrio, que en cualquier momento se puede romper. Acaba de proclamar que “El Cairo no abandonará a Gaza a su suerte. El Egipto de hoy no es el Egipto de ayer”. A esto se agrega la visita a Gaza en estos días del primer ministro egipcio, Hisham Kandil, por instrucción del presidente Morsi, lo que representa un desafío a la política de bloqueo sionista-imperialista sobre Gaza, tras la victoria de Hamas en las elecciones de 2006. Pero, al mismo tiempo, Morsi se ha cuidado muy bien de preservar sus lazos con Occidente y reafirmar su respeto por los acuerdos de paz de Camp David, firmados por Hosni Murabak, su antecesor depuesto por la rebelión popular. Esos acuerdos cimentan el status quo que le asegura al sionismo el papel de gendarme del imperialismo en la región.

El líder egipcio, que ve en la crisis de Gaza la oportunidad de ganar un protagonismo en el escenario internacional, pondrá a prueba su capacidad de disciplinar a Hamas, encauzar la insurgencia palestina y evitar una desestabilización de la región.

Las reservas respecto de una invasión terrestre a Gaza provienen también del propio campo israelí. Todavía resuena en los oídos de la dirigencia el fracaso estrepitoso del ejército sionista en el Líbano, en el año 2006. “Natanyahu tiene encendida la alerta con la lección aprendida por sus predecesores en embarcarse en guerras innecesarias… La ofensiva del Líbano no sólo frustró los proyectos reeleccionistas del entonces primer ministro Ehud Olbert sino la pérdida de una alianza estratégica con Turquía” (The Economist, 20/11).

Por lo pronto, la prolongación del conflicto ha despertado una corriente de adhesión y simpatía entre los palestinos de Cisjordania, en la que Israel había logrado avanzar, estos últimos años, en un mayor control, apoyándose en el colaboracionismo del ala más contemporizadora del movimiento palestino, la Autoridad Nacional Palestina. “Inspirado en la lucha en Gaza, los choques entre los jóvenes palestinos y las fuerzas israelíes en Cisjordania se han incrementado en los días recientes (ídem).

Movilización internacional
Se acaba de firmar, como quedó dicho, un alto al fuego cuyo alcance se clarificará con el correr de los días.

Llamamos a repudiar esta nueva avanzada criminal del sionismo sobre la Franja de Gaza y reclamamos el retiro de las tropas israelíes de la frontera y el cese total e incondicional de los bombardeos, el fin del bloqueo y la libre circulación por las fronteras. Denunciamos la complicidad del imperialismo yanqui y manifestamos nuestra solidaridad incondicional con el pueblo palestino y su derecho a la autodeterminación. Hacemos una convocatoria a redoblar la movilización nacional e internacional y a derrotar esta nueva escalada.

Abajo la masacre sionista en Gaza : PARTIDO OBRERO

[quote=“NicoCARPintero, post:494, topic:101638”]

Cararota!!! JUDIO no sos mas que un cararota diciendo eso.
[/QUOTE] [MENTION=17196]IL SAVIOLITA[/MENTION]; [MENTION=2264]Millonario80[/MENTION]; [MENTION=23777]belenv[/MENTION];

No fue más que otro de los episodios de la saga de persecuciones y resistencias que a través de los siglos debieron enfrentar los judíos en todo el mundo: el 31 de marzo de 1492, los reyes católicos Fernando e Isabel firmaron en Granada el edicto de expulsión de España de todos los hijos de David. Sólo había una opción para evitarla: convertirse al catolicismo.
Aquella dolorosa elección entre el exilio y la humillación causó una historia de éxodos, travesías, simulaciones y estrategias de supervivencia religiosa y cultural que, quinientos veinte años después, está a punto de cerrarse sobre sí misma. Bajo un par de burocráticos sellos de la Cancillería y el Ministerio de Justicia, el gobierno de España anunció la semana pasada que le devolverá la ciudadanía española a los descendientes de aquellos desterrados. Miles de ellos viven en Argentina.
Mientras la sombra de la Inquisición se proyectaba sobre Europa, su intérprete en España, Tomás de Torquemada, inspiró el decreto por el cual se establecía un plazo de cuatro meses para “limpiar” de judíos esa tierra.
Muchos partieron hacia la vecina Portugal, porque les permitía mantenerse en contacto con quienes habían aceptado cristianizarse para evitar la hoguera.
El consuelo sirvió de poco: cuatro años después, el rey Manuel I sucumbió a la presión de sus pares españoles y repitió la operación antisemita. Otra vez, a levantar las casas y partir. O a disimular una identidad ancestral bajo el traslúcido ropaje de un bautismo oportuno, un ajuste en la grafía del apellido o el más conveniente cambio de identidad nominal.
Los “judíos conversos” –como los llamaron algunos historiadores– es el título de la exhaustiva investigación del argentino Mario Javier Saban.
En ella se dilucida el camino que llevó a decenas de judíos a mezclarse entre los adelantados y conquistadores de América para licuar las sospechas en su contra, o para mantener viva la llama de su fe lejos del huracán inquisidor. Fue una guerra de posiciones, regada de desconfianzas y traiciones.
En 1580, el portugués Pedro Díaz participa de la segunda fundación de Buenos Aires. Dos años después, fray Francisco de Vitoria, obispo de Tucumán, es denunciado como judaizante: sobre él pesa la duda de que su conversión no fue sincera. La misma duda arrastraba su primo Martín Hernández, hasta que se disipó en el crepitar de una hoguera. Más portugueses sospechosos llegan a Buenos Aires: comerciantes, banqueros y sobre todo médicos. De los primeros 25 que tuvo la ciudad la mitad eran judíos mal disimulados.
Hernando de Lerma, el fundador de Salta, terminó sus días en una cárcel de Madrid. ¿Su delito? “Judío”. El fundador de Córdoba, Jerónimo Luis Cabrera, también tenía sangre hebrea en sus venas: El primer banquero fuerte de la colonia, Diego de Vega, emplazó sus principales negocios sudamericanos en Buenos Aires para evitar el frecuente acoso de la Inquisición en Lima. En 1603 se expulsa de la ciudad a todos los “portugueses judaizantes” que habían llegado de Brasil. Pero como muchos estaban casados con hijas de españoles, sortean la deportación.
El juego del gato y el ratón continuó durante los siglos XVII y XVIII. En una carta destinada al obispo de Buenos Aires en 1766, Juan de Escandon estima que en la ciudad había entre 4.000 y 6.000 judaizantes. Sólo en 1788, tras el permiso del rey Juan Carlos de España para que puedan ingresar al ejército español personas de estirpe judaica, las persecuciones y la hipocresía ceden terreno.
Un año más tarde, la Revolución Francesa inicia la emancipación de todos los judíos europeos. En 1808, José Bonaparte declara la extinción de la Inquisición en España.
Dos años más tarde, en Buenos Aires, la Revolución de Mayo es agitada por una mayoría de descendientes de portugueses judíos. La Asamblea de 1813 y la Constitución de 1853 sellan cualquier hendija legal para la persecución. Pero mientras esto ocurría en América, tras la expulsión de 1492 miles de judíos desterrados de España y Portugal habían buscado refugio en los dominios turcos del Imperio Otomano y otras tierras libres de fanáticos cristianos, como Siria y Armenia.
Con el tamiz de los años y la influencia del mestizaje cultural, aquellos refugiados alumbraron una nueva y muy rica vertiente del judaísmo; la sefardí –o sefaradí según la preferencia de dos escuelas de interpretación distintas–, que identifica a los judíos españoles y sus descendientes.
En su acervo hay un dialecto, el ladino, fruto de la influencia que el español sufrió del hebreo y de otras lenguas habladas en los sitios en donde sus usuarios habían logrado establecerse.
El ladino, que muchos judíos argentinos habrán escuchado en sus casas cuando niños de labios de sus abuelos, también fue sino de discriminación: aunque según el diccionario esa palabra convertida en adjetivo describe a alguien “que actúa con astucia y disimulo para conseguir lo que se propone”, su uso coloquial describe a una persona de la que razonablemente habría que desconfiar.
¿Cómo fue que siglos después del solapado arribo de los “judíos conversos” fueron llegando a la Argentina los sefardíes? La investigadora de la cultura sefardí y cantante Liliana Tchukran de Benveniste (ver columna pág. 40) dividió a esa ola inmigratoria en cuatro grupos: los provenientes de Marruecos, de Turquía, de Grecia y los Balcanes y de Siria.
Los primeros barcos llegaron desde Tetuan, Ceuta, Tanger y Arcila, en Marruecos, entre 1870 y 1880. Traían a varones jóvenes, muchos de los cuales se especializaron en el arte del tejido: una labor que señaló el rumbo económico de su comunidad.
Se instalaron en San Telmo, cerca del puerto, y en 1890 ya rezaban en un templo ubicado en la calle Córdoba al 1100. Otros siguieron viaje al interior del país, poblando varias ciudades bonaerenses y pueblos del norte argentino. Con profunda vocación social –durante siglos su patria había vivido en los hábitos y ritos sociales que la recreaban– en pocas décadas se multiplicaron los clubes, sociedades y templos, en uno de los cuales se recibió la visita de un judío de renombre mundial: Albert Einstein. Corría 1920. Las diferentes agrupaciones e instituciones comunitarias sefardíes de origen marroquí se fusionaron en 1976, y dieron vida a la Asociación Comunidad Israelita Latina de Buenos Aires.
La cuantiosa colectividad de judíos que vivía en el Imperio Otomano comenzó a desgajar emigrados sobre el filo del siglo XIX. Empujados por los problemas económicos, la leva para el servicio militar que querían evitar y un creciente clima de inestabilidad política –más la inestimable ventaja que para cualquier sefardí implicaba probar suerte en un país en el que se hablaba castellano– desembarcaron en Buenos Aires miles de vendedores ambulantes, sastres y carpinteros. Se afincaron en el centro, en las calles Reconquista, 25 de Mayo, Corrientes y Paraguay; probaron suerte en Córdoba, Rosario, Tucumán, o en las fronteras arrebatadas a los indígenas en Chaco y Formosa.
En Buenos Aires, alquilaron un salón en la calle Gurruchaga, en Villa Crespo, donde se gestó la “Hermandad Sefaradí”. Sería el primer mojón de muchos otros en ese barrio. Y una vez más: clubes, organizaciones y templos que tejieron una densa trama de sostén social para quienes seguían bajando de los barcos: “Club Social Israelita Sefaradí”, “Asociación Comunidad Israelita Sefaradí de Buenos Aires”, y siguen los ejemplos. Pronto, la actividad y muchos de sus animadores fueron conquistando otro barrio porteño: Flores.
La tercera de las corrientes sefardíes que llegaron a la Argentina –uno de los destinos más importantes del mundo de esta diáspora– llegó desde Grecia. A comienzos del siglo XX desembarcaron grupos provenientes de la isla de Rodas, seguidos por otros de Tesalónica y Kos, que se instalaron en Colegiales, Belgrano y Coghlan. Para entonces ya había estallado la Segunda Guerra Mundial, y Grecia caía bajo dominio de los fascistas italianos.
Unos años antes, en 1908, llegaban a Buenos Aires los primeros sefardíes provenientes de Beirut. Poco después, entre 1910 y 1925 fueron arribando quienes venían de Damasco, y desde 1914 también los de Alepo: todos sirios. La mayoría eran varones que habían dejado a sus mujeres en el desierto oriental. Pronto las reemplazaron por otras locales. La Boca, Barracas y Lanús fueron los barrios elegidos por ellos. Y también Once, donde confluían y se cruzaban judíos de todos los orígenes.
Como muchos de sus paisanos, los sefardíes sirios comenzaron vendiendo mercadería en la calle; luego lograron instalar comercios y, en 1960, los alepinos crearon la “Cooperativa Mayo”, devenida con los años en “Banco Mayo”: el mismo que llegó a presidir el ex titular de la DAIA durante el menemismo Rubén Beraja, quien aún está procesado por su quiebra, en 1998.
Hubo más inmigrantes sefardíes. Vinieron desde varias ciudades que hoy pertenecen a Israel, de zonas persas y kurdas; yugoslavas, rumanas y búlgaras; bosnios, serbios macedonios y uzbekos. Argentina les abrió sus muelles y sus fábricas. Ellos traían sus brazos dispuestos, y valijas más llenas de esperanzas que de pertenencias. También traían una historia sombría de persecuciones que quedaban atrás. Sus hijos y nietos oyeron de ellas. Ahora España les tiende a ellos una mano que busca cerrar aquella vieja herida. Cinco siglos después.

Si querés te lo digo yo que me bautizaron católico. O acaso vas a negar la inquisición, las cruzadas, etc?

Israel podría aceptar la tregua a cambio de tropas estadounidenses en Sinaí

Hola vengo por que me convoco super peres. Hay knishes y pletzalej?? No hay? Bueno chau

hoy probaron con exito a varita magica, de cualquier forma es un tema entre Egipto y Estados unidos si es que es cierta la noticia seria muy bueno para la estabilidad de la region.