Exactamente.
Hace dos años me había agarrado una gripe muy fuerte y quedé sin voz, nada de voz, como la junta médica tarda siglos en brindarte la licencia y gestionarla es un trauma, me fui a dar clase, sin voz pero con carteles. Llevaba uno que decía ¿borro?, otro “¿entendieron?”, otro “¿quieren un uno?”. Fue tan chistosa la clase que al final improvisé otros más “repitan” y los chicos me miraban atentos “nos vemos la próxima clase” y ellos contestaban “nos vemos profe”, volví a ponerles el de repitan, otra vez atentos, y mandé “Soy de River y amo a Ortega”. Recibí risas, aprobaciones, chiflidos, dale boca ( :evil:) . Hasta el día de hoy me dicen ¿Profe y los carteles? :lol::lol::lol:
Te juro que la pense en su momento, igual ya me decidi por publicidad, pero si no da frutos, profesor de lengua de una. El tema es que soy muy inseguro para eso.
La seguridad te la da la experiencia, como en todo. La primera vez que di clases en la escuela media tenía 23 años, en una escuela técnica, todos varones, tenía ganas de salir corriendo, no sabía cómo empezar, cómo hablar, cómo pararme, encima los chicos tenían 17 años, me veían como a una pendeja, no como a su profesora. Pensás que te van a cuestionar, que no vas a poder lidiar con la indisciplina, que te van a tomar de tonta, con el tiempo vas adquiriendo dominio de clase, técnicas, modos de dar clase.
A mí me ha rejuvenecido años trabajar en la escuela media. Crecí más de lo que decrecí, amo a esos pequeños demonios, y adoro dar clase aunque me dejen sin voz, con canas y los nervios de punta