Entre el estado y clarín querrás decir. No hay nada más funcional a estos tipos que decir que es una pelea entre un “gobierno de turno” y estos muchachines obscuros amigos de los milicos. El gobierno se va en el 2015 (ojalá que no) y estos soretes quedan jodiéndonos la vida.
Si la ley se cumple en su totalidad sería una reivindicación histórica para Alfonsín y todos los gobiernos que padecieron a estos hijos de putas…
De por si Magnetto no es el dueño. La dueña es Ernestina Herrera de Noble, que lo heredó luego de la muerte de su esposo Roberto Noble en el 69. Magnetto llegó a Clarín en el 71 de la mano de Rogelio Frigerio.
En esa época Clarín se caía a pedazos y estaba por declarar la quiebra, pero Rogelio les consiguió 10 millones de dólares y gracias a la “magia” del contador Magnetto, pudieron en sólo 10 años pasar de la quiebra a convertirse en el diario de habla hispana más grande del mundo.
Magnetto es el CEO, es la cara visible de Clarín, pero quien controla los fondos y a quien pertenece la empresa, es a Ernestina.
Técnicamente la manija de Clarín Magnetto la agarra cuando los vuelan a los Frigerio y toda la pata desarrollista del diario a fines de la dictadura militar no por presión de ningún alto mando de la cúpula militar sino porque Ernestina Herrera de Noble pescó a Oscar Camilión -ex ministro de Frondizi y posteriormente, Ministro de Defensa de Menem durante la época de la venta de armas a Ecuador y Croacia y durante el escándalo de la explosión de la fábrica militar de Río Tercero- con otra mina. Oscar Camilión en aquel momento era el amante de Ernestina Herrera de Noble.
Magnetto también es dueño de Clarín. Es sabido que el Grupo suele premiar a sus mejores empleados con porcentajes accionarios. Otro de los dueños de Clarín es el Goldman Sachs.
Volviendo al eje central del thread: si me cambian las condiciones de contrato con Cablevisión HD que quilombo voy a armar…
Y ni se les ocurra tocarme Fibertel hdps.!!!
Dicen que cuando estaba el viejo Noble, el diario tenía una línea constante a favor de industrializar el país. Al morirse, el diario se convirtió en la veleta que es hoy