Mirtha Legrand: Victor Hugo no pasó mensajes de oyentes que dudan del robo
Publicado por Gerardo Fernández
Victor Hugo no quiso pasar al aire los mensajes de oyentes que de una u otra forma ponían en duda el robo sufrido por Mirtha Legrand o directamente se ensañaban con la diva. Morales explicó que la forma de responder al periodismo miserable no es con la misma moneda y que si por ejemplo esta señora hasta llegó a poner en duda que el cadáver de Néstor Kirchner estuviese en el féretro, no está bien responderle con una actitud de bajeza similar, esto es poner en duda el robo del que según fuentes policiales fue objeto.
Disiento con Victor Hugo en lo referido a silenciar a los oyentes. El oyente de un programa tiene derecho a manifestar sus puntos de vista crudos, hasta bestiales si se quiere, porque es eso, un oyente, una persona con cualquier profesión que hace de frontón a lo que emite el medio y que también expresa cierto clima instalado en la calle. Coincido en la explicación que dio desde lo periodístico y creo que incluso no estamos ante un hecho de “inseguridad” en los términos vulgares en los que se maneja este concepto. Acá hubo trabajo de escruches, hubo inteligencia, puertas no violentadas, en suma, todo parece colocarnos frente a un robo de alto nivel que verdaderamente llama la atención por haber sido perpetrado justo a una figura tan reaccionaria en lo político y tan emblemática en esto de instalar que “así ya no se puede vivir” Da la impresión de que la señora es la víctima ideal si se busca reinstalar una campaña de inseguridad con las que recurrentemente se azuzan desde los grandes medios. Pero los oyentes de un programa de radio no pueden ser silenciados si no nos gusta lo que suponen. Con sólo aclararlo y remarcarlo basta y sobra.
Si una gran parte de los llamados que recibió hoy Victor Hugo coinciden en denostar a Legrand, no es culpa del conductor del programa, de quien nadie podría dudar en lo referido a su hombría de bien y decencia. Habría que ponerse a pensar en los cambios que estamos experimentando como sociedad y en cómo se están cayendo a pedazos ciertos mitos y ciertas figuras que sólo siguen siendo intocables para un mundillo mediático que cada vez se aleja a pasos agigantados en términos representación de las grandes mayorías.
La realidad nos pone cotidianamente frente a grandes sorpresas: Le han robado a una diva y miles de argentinos fruncen el ceño, se rascan la cabeza, miran el horizonte con los ojos entrecerrados y preguntan
¿A vos qué te parece?
el problema de la inseguridad no puede achacarsele absolutamente a este gobierno, es algo mucho mas profundo que sacar un par de leyes, abrir unas cuantas carceles mas y listo.
Ayer vi en la tele que a la honorable dama de los almuerzos ya le habian robado en el 97 y en el 98. Le habra pedido al señor presidente que “hiciera algo” en ese entonces?
De acuerdo, pero sería bueno que alguna vez demuestren un mínimo interés por cuidarnos. De momento lo único que se vé es una llamativa inacción, es un “no tema” para ellos.
Gran disyuntiva se le planteó a Víctor Hugo. Por un lado no tiene por qué coincidir con lo que digan sus oyentes. Por otro lado, al pasarlos iban a saltar a decir que son pagos, puestos por la producción como respuesta a los berrinches de la señora que no soporta que alguien se atreva a cuestionar sus opiniones
seguro… todo camino, por mas largo que sea, tiene un punto de partida, un paso inicial y aqui parece que nadie quiere dar ese paso… considerarán “anti-popular” medidas al respecto?
Para mí si se toman medidas, pero indirectas. Como los subsidios al desempleo, pero con escolaridad obligatoria. Se espera un salto de la calidad mínima en la formación de las clases bajas. Después, el problema cultural de algunos sectores tiene cierta relación con el ingreso, pero no es tan directa, ni tan lineal, como vos lo planteaste bien la otra vez. Después me acordé que la escuela de Alto Comedero, en Jujuy incluye un espacio de “Auto estima”, y tiene que ver con esos aspectos.
La otra vez, en el programa “La Liga”, unos adolescentes que vivían en la calle decían “para qué trabajar, robar está más copado (sic) Si te pagan 800, te comprás unas zapatillas de 600 y te quedan 200 para todo el mes, ¿y qué hacés con 200?”. Como si no existieran zapatillas mucho más baratas, y como si esa diferencia de precio no fuera más un símbolo de status que una necesidad real.