No, Nico, en esto no concuerdo. Porque le estás errando de precepto, acá no es “ojo por ojo” el que corresponde, acá es “No juzguéis o seréis juzgados”.
Si el tipo puede hacer un editorial con una velada crítica a los padres de Melina Romero, en donde (sin decirlo) da a entender que gracias a la crianza que tuvo, llegó a lo que llegó, y lo hace en un momento particularmente doloroso para dichos padres, da el perfecto pie para que alguien le pregunte “che, ¿y a vos con tus hijas cómo te fue?”
De acuerdo, puede no haber sido la manera de preguntarlo. Pero a mí me parece PERFECTA la pregunta. ¿Quién carajo lo nombró a este soretón fiscal del universo, para tener el derecho a juzgar a todo el mundo sin que nadie lo juzgue a él?
Pero la periodista también insistió con eso, hay un punto donde ya no le interesaba la entrevista en sí sino correrlo al chabón. Al espectador eso no le aporta nada porque se corre el foco hacia la vida personal de Chiche en lugar de rebatirle con argumentos lo que expresó del tema. Obvio que estamos hablando de Fernanda Iglesias, aún así, correrlo a Chiche con eso desvía el foco hacia la vida privada del tipo.
OK, pero ¿desde cuándo la “vida privada” de Gelblung PUEDE SER PRIVADA si él se mete en un montón de vidas privadas? O sea, si vos sos una persona que vive de las vidas privadas de otros, andá sabiendo que corrés el riesgo de alguna vez, caer en el tapete vos. Le vive pasando a Rial y también me parece perfecto, si vos sos un “periodista” que vive de la mierda ajena… y, hermano, la mierda a veces salpica… y mancha y apesta. Ese es el tema.
Si le aportó en algo al espectador, ¿desde cuándo tomamos como parámetro que los programas estos aportan algo? :lol:
Obviamente que uno interpreta que la hija de Gelblung es una víctima completamente inocente de esto, pero bueno… justamente, el hacer vos un periodismo carroñero en el cual no te interesa salpicar a quien sea con tal de tener una primicia, hace que vos el día de mañana puedas quedar perfectamente expuesto a lo mismo. Son las reglas del juego que Gelblung mismo eligió.