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Pizzería
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Hola, sí, mi nombre es Claudio Lozano, economista, opositor de lo malo y acompañador de lo bueno, diputado de Proyecto Sur y calculador de canastasbásicas, te quería hacer un pedido…
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Sí, cómo no, dígame
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Bien. Una docena de empanadas, tres gaseosas, dos botellas de vino y un cuartito de helado, ¿puede ser?
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Cómo no, señor, dígame, ¿de qué quiere las empanadas?
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Una Fanta y dos Cocas.
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Ah, le decía de las empanadas primero.
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No, no, lo que hay que discutir primero son las gaseosas.
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Bien señor, dos Cocas y una Fanta.
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No, una Fanta y dos Cocas.
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Claro, está bien, ¿de qué quiere las empanadas?
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Y el cuartito de helado todo de limón.
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Le preguntaba por las empanadas, porque lo tengo cargado así en el sistema, sino tengo que volver todo para atrás.
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No, no, yo no discuto de las empanadas hasta no resolver lo del helado, todo de limón por favor.
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Bien, señor, ¿el vino?
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Mándeme seis de carne…
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Bien, entonces vamos por las empanadas…
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Dos botellas de cualquier Cabernet mándeme.
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Ok, vamos con el vino.
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Dos de humita, una de queso y cebolla…
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Cómo no, le quedan tres.
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Le hago una consultita, ¿el queso de las empanadas es de un tambo pequeño, mediano o grande?
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Mire, eso no se lo sabría decir…
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Ah…qué problema, porque yo necesitaría ese dato, en todo caso, ¿usted no me lo podría averiguar?, con el gerente, no sé…
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Estoy sola en el local, ¿no prefiere volver a llamar más tarde?
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No, me quedo en línea y esperamos.
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Claro, pero se atrasa todo, ¿me comprende?
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Comprendo, comprendo. Dígame otra cosita, ¿el pedido me lo mandan?
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Por supuesto, señor, si usted desea.
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Y, escúcheme, la nafta de la motito, ¿es de pequeños petroleros o de una multinacional?
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Mire, caballero, los chicos del delivery cargan por su cuenta…
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Claro. Pero usted está siendo cómplice, entonces.
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¿Qué dice, hombre?, ¿va a querer empanadas o no?
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No, le decía porque usted, así, muy servicial por teléfono, está fomentando el saqueo de los recursos de la Argentina, sin ánimos de ofender. Porque una cosa es su discurso y otra la realidad, donde tienen un negocio fabuloso con los grandes productores de queso, humita y petróleo, y los que pagamos los platos rotos somos los pequeños y medianos consumidores de empanadas.
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Señor, ¿quiere las empanadas o no?
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Mire, déjemelo pensar, yo mientras tanto me abstengo de comer empanadas, sabe, en todo caso mándeme los productos que yo le dije, pero los buenos, las tapas de empanadas solas, mándeme, que son de una cooperativa recuperada de acá nomás, y que venga un chico a pié, sabe, yo le pago el doble, pero que no use la nafta de las multinacionales.
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Señor, eso le va a salir más caro y se va a comer una porquería…
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Está bien señorita, usted mándeme eso, que yo comeré mal y carísimo, pero sabe qué, a la noche duermo tranquilo.