Los paquetes de galletita Bagley son como una clásica noche de boliche (desde la perspectiva de un hombre claro). Empieza la noche y buscás lo bueno (no voy a decir lo mejor porque uno es consciente de sus limites), es decir las chicas lindas. Obviamente después de varios intentos, todos tienen el mismo resultado que meter la mano en la bolsa de Bagley y no sacar nada, es decir que no lográs nada con las chicas lindas. En esta situación las chicas lindas no se desmaterializan como pasa con las galletitas ricas cuando otra las come, pero sí vamos perdiendo las ganas de ser rechazados y llega un punto en que nuestro orgullo se hace presente. En ese momento pueden pasar 2 cosas: que nos “rebajemos” a las chicas no lindas porque cuando hay hambre hay que comer para sobrevivir o que preferamos morir con honor en el campo de batalla. No voy a decir cual es mi estrategia llegado ese momento, porque en esta elección influyen varios factores externos como el alcohol en la sangre y el exito de nuestros amigos en esa misma noche.