“Dichosos sean aquellos que vivan este momento, la final mas espectacular de toda la historia. Un River-Boca.
El primer superclásico en la consagración de una Copa Libertadores de América, y el último ida y vuelta de la competencia.
Atrevido el destino, que quiso que se defina en el Monumental. Ni más ni menos.
Como siempre lo fue, las ansias y la tensión nos devoran un tiempo antes. Un público tan pasional como el nuestro, que supo estar en las buenas y en las malas, solo puede confiar en las palabras de un hombre: ‘La gente que crea porque la verdad tiene con que creer’.
Líder por naturaleza, creador de un estilo de juego único, aquel que le devolvió personalidad y convicción a un equipo que resurgió de sus peores caídas. Estratega de oficio, que lo comparan con un tal Napoleón, pero con dotes diferentes, porque a Gallardo no lo domina la hipocresía, y su grandeza se destaca por humildad y dedicación. Porque a él no le da miedo ningún Waterloo, solo busca coronar su obra maestra con la hazaña perfecta. Además de sus títulos como jugador, en los últimos 4 años al frente del equipo, derrotó a su clásico rival en las 3 definiciones mano a mano que lo enfrentó. Es máximo ganador de competiciones internacionales en la historia del club, con 1 Libertadores, 1 Sudamericana, 2 Recopa Sudamericana, 1 Suruga Bank, tiene 2 Copa Argentina, y está en la semifinal de la actual competencia, 1 Supercopa Argentina, máximo invicto de la historia del club con 32 partidos. Es el cuarto mejor director técnico del mundo y llevó al club a ser el quinto a nivel internacional en el día de la fecha.
Hoy frente a su más grande batalla y fuera del banco, vuelve a citar a sus mejores soldados, dejando en claro un mensaje ‘Somos familia dentro de la cancha’.
Un león que ruge para marcar territorio, que domina por sabio y deja la vida defendiendo a los suyos, de la mitología griega y la gresca popular, Kratos, la personificación de la fuerza, un loco de remate que se agiganta en los momentos difíciles, un tocado por la varita, un killer nato, un claro ejemplo de sacrificio, un fanático que regreso del viejo continente para sumar lo que sabe, un oso que asecha, y un valiente gladiador, un animal que salva todo, pequeños gigantes, comandantes, picantes y velocistas.
Los tenemos a todos.
Y citando un viejo cántico de barrio, ‘Porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, que quieren salir campeón, y que lo llevan adentro, como lo llevo yo’, como en Belo Horizonte, o en la Boca, o en el terreno más difícil de todos, River va a salir a ser River. Porque cuando tuviste que demostrar quien eras, superaste todas las pruebas de fuego. Te levantaste, volviste, y hoy se arrodillan ante vos.
Porque no solo lo sueña tu gente, sino porque lo aclama la historia.”