Yo empece viendo sangre y plomo,una web con muchas cosas escalofriantes como linchamientos publicos,accidentes etc de ahi entre al video de la sierra electrica. Pero El ke mas me repugno fue El de Manuel méndez leyva,como lo rigorean para despues decapitarlo.los narcos mejicanos son muy jodidos,hasta rastrean ips y decapitan bloggers
No es por hacerme El loco,en este momento está la expo en mi laburo de body human,no se imaginan lo loco ke es,todo con cuerpos reales
muy buen post, la verdad nunca habia leido nada de esto, no lo cagen tirando chistes estupidos o subiendo imagenes de peliculas, hagan copy paste con imagenes de casos reales que es entretenido, terrible la historia de los 2 pendejitos de 11 que mataron al bebe de 2, es increible a lo que puede llegar la mente humana…
La del petiso orejudo, es la peor que lei en mi vida. Es fuertisima pero mal encima es en el 1900 de argentina, imaginense todo eso en la voragine de nuestro pais.
El Petiso Orejudo: primer asesino serial argentino Comenzó a matar siendo un adolescente. Sus víctimas eran niños indefensos. El de Cayetano Santos Godino es el caso más escalofriante de los que registran los anales policiales del país. Aquí, su historia, reconstruida por Alvaro Abós, en la segunda entrega de la serie
Un día de 1906, el empleado municipal Fiore Godino entró en la comisaría décima, en la calle Urquiza 550, y a los gritos clamó ayuda para controlar a su propio hijo, Cayetano Santos Godino, de sólo 9 años:
–¡Señor comisario, yo no puedo con él! Es imposible dominarlo. Rompe a pedradas los vidrios de los vecinos, les pega a los chicos del barrio… Y si lo encierro en casa es peor. Se pone como loco. El otro día encontré una caja de zapatos. Había matado a los canarios del patio, les había arrancado los ojos y las plumas y me los dejó en la caja, al lado de mi cama…
El comisario fue a buscar a Cayetano al conventillo de la calle 24 de Noviembre 623, donde vivían entonces los Godino, y se lo envió al juez. Tras una reprimenda, fue devuelto a sus padres. Como no mejoraba, en 1908 lo encerraron en un reformatorio de Marcos Paz. Iba a pasar allí tres años, pero no sirvió de nada.
Cayetano Santos Godino comenzó a matar y a quemar en un raid criminal como la ciudad jamás había visto. Buenos Aires celebraba con grandes fastos el centenario de la patria. La ciudad era una fiesta, pero algunos comensales no habían sido invitados. Entre ellos, Cayetano Santos Godino, que quedó en la historia criminal argentina –y en la mitología negra de Buenos Aires– como “El Petiso Orejudo”.
Fiore Godino y Lucia Ruffo, dos campesinos sardos, habían llegado en 1884 a Buenos Aires. Eran analfabetos y huían de la pobreza, pero también de una tragedia personal: el hijo primogénito, también Cayetano, había muerto de una afección cardíaca a los diez meses de edad. Después, los Godino tuvieron una hija, Josefa, con la que emprendieron la travesía, y en Buenos Aires les nacieron nueve hijos más. Al último, que vio la luz en 1896 en el conventillo de Deán Funes 1158, lo bautizaron Cayetano, como al muertito.
La vida de los Godino no fue fácil; no sólo porque l’América ya estaba hecha, sino por las desventuras de Fiore. El padre de Cayetano era sifilítico y alcohólico, aunque se las arreglaba para ir tirando, hasta que finalmente consiguió un trabajo de farolero (encendía el fuego en los faroles de alumbrado). Cayetano era un chico frágil: enfermó de enteritis a los pocos años y creció raquítico. Peor les fue a algunos de sus hermanos, como Antonio, que era epiléptico. Cuando Fiore llegaba a casa –las dos piezas del conventillo donde la familia habitaba– les propinaba feroces palizas a Lucía y a sus hijos. Cayetano fue a varias escuelas, pero duraba poco: lo expulsaron seis veces y nadie le enseñó a leer. Cuando fue revisado por los médicos, éstos contaron 27 cicatrices en la cabeza provocadas por las palizas del padre y de su hermano Antonio.
A los siete años, Cayetano era tan bajo y menudo que parecía de cuatro. Lo llamaban “El Oreja” o “El Petiso Orejudo” porque sus apéndices auditivos eran grandes y apantallados. A los 8 cometió su primera fechoría. Tomó de la mano a un niño de 21 meses y lo llevó a un baldío donde comenzó a pegarle en la cabeza con una piedra. Al pequeño Miguel de Paoli lo salvó el vigilante de la esquina, que llevó al agresor a la comisaría. El padre tuvo que ir a buscarlo y todo quedó como una pelea de chicos. ¿Quién podía pensar que en ese incidente comenzaba su carrera el mayor asesino serial y pirómano nunca conocido en el sur de América?
No se sabe qué sucedió durante los tres años que Cayetano pasó en la colonia penal de Marcos Paz, salvo que varias veces intentó fugarse. Pero a fines de 1911 mandaron a Cayetano a casa para que pasara la Navidad en familia.
LA NIÑA EN LLAMAS
El año siguiente, 1912, iba a ser un año lleno de acontecimientos, en la Argentina y en el mundo. Se hundió el Titanic en el Atlántico norte y en algunos cabarets de Buenos Aires comenzó a actuar un dúo de tangueros: el cantor Carlos Gardel y su guitarrista José Razzano. Pero para muchos porteños aquel 1912 quedó en la memoria como un año atroz, porque fue cuando un fantasma recorrió Buenos Aires dejando una huella de sangre…
El 25 de enero de 1912 se encontró, en una casa vacía de Pavón 1541, el cadáver de Arturo Laurora, de 13 años, golpeado y estrangulado.
A las seis de la tarde del 7 de marzo de 1912, una niña de 5 años llamada Reina Bonita Vainicoff, hija de inmigrantes judíos que vivían en la avenida Entre Ríos 522, miraba la vidriera de una zapatería. De pronto, sin que nadie atinara a darse cuenta cómo, el vestido blanco de Reina Bonita, lleno de volados y puntillas, comenzó a arder. Alguien le había tirado un fósforo. A pesar de los gritos desgarradores de la niña en llamas, y de que un policía se tiró sobre ella para apagar el fuego con el cuerpo, no pudo ser salvada. Reina Bonita, con quemaduras múltiples, murió 16 días más tarde. La tragedia se ensañó con la familia Vainicoff: el abuelo, al ver que su nieta ardía, cruzó la avenida Entre Ríos sin mirar y lo mató un auto.
El 16 de julio de ese mismo año, Cayetano incendió un corralón en Garay al 3100. En septiembre, mientras trabajaba como mandadero en unos almacenes del barrio, acuchilló a un caballo en los establos de Chiclana al 3300. Dos días después prendió fuego a la estación de tranvías de la Compañía Anglo, que tenía entrada por Estados Unidos y por Carlos Calvo. El 8 de noviembre de 1912, y en un descuido de sus padres, desapareció el niño Roberto Carmelo Russo, de dos años y medio, quien jugaba con su hermanito mayor en la vereda de Carlos Calvo al 3800. Minutos más tarde, un vigilante rescató a Roberto Carmelo en un baldío. Lo habían maniatado con un piolín. Junto a él estaba un muchacho menudo y de orejas apantalladas: alegó que acababa de descubrir a Robertito y estaba desatándolo.
Durante ese mes de noviembre, otros extraños sucesos conmovieron al barrio: alguien incendió un galpón de azulejos en la calle Carlos Calvo y Carmen Ghittoni, de tres años, fue golpeada en un baldío de Chiclana y Deán Funes. El vigilante llegó corriendo y sólo avistó de lejos al agresor, que huía. Cuatro días después, Catalina Neolener, de cinco años, sufrió un ataque similar en el umbral de su casa, en Directorio 78. Pero todo se iba a precipitar el día de la tragedia, el martes 3 de diciembre de 1912.
UN CHICO LLAMADO JESUALDO
Pocos lugares habría más tranquilos que aquella cuadra de la calle Progreso (hoy Pedro Echagüe) entre Jujuy y Catamarca. Esa mañana, la señora María Giordano abrió la puerta de calle y miró al cielo. Estaba nublado y bochornoso, pero no parecía que fuera a llover. Dirigiéndose a su hijo Jesualdo, un gordito de tres años y medio que llevaba una pelota colorada bajo el brazo, le recomendó:
–Quedate jugando en la vereda, Jesualdito, pero no crucés.
Fue lo último que le dijo. Cuando volvió a verlo, su hijo estaba muerto. La tarde del 3 de diciembre Jesualdo fue encontrado en un basural conocido como la quinta Moreno, donde funcionaba antes el horno de ladrillos de la fábrica La Americana. Lo habían estrangulado con trece vueltas de un piolín que se le hundió en el cuello. Como no terminaba de morir, el homicida le perforó la sien derecha con un clavo de cuatro pulgadas, al que golpeó con una piedra hasta que la punta salió por el otro parietal. Luego tapó el cuerpito con chapas de cinc y se fue tranquilamente a su casa.
El horroroso crimen de Jesualdo Giordano hizo explotar a la ciudad. El conventillo de Progreso 2585, en el que vivían los Giordano, se colmó de vecinos indignados. Según la crónica del diario La Prensa, la policía sabía perfectamente quién era el asesino: sospechaban hacía tiempo de Godino, aunque no tenían pruebas. Quizá no se animaban a proclamar que un niño fuese el culpable de esos crímenes que la opinión pública adjudicaba a siniestras organizaciones criminales como la Mano Negra, dedicadas a secuestrar chicos.
“El Oreja”, con inconsciencia, parecía provocar al mundo. Durante la reconstrucción del crimen de Jesualdo, Godino fue visto entre el gentío que llenaba la quinta Moreno. También fue al velorio, y hasta algunos dijeron que se mostró compungido al acercarse al féretro blanco y tocar la cabecita con mano trémula. Se sabe que compró un ejemplar del diario y se hizo leer la crónica de los hechos (era analfabeto). Luego recortó la noticia y se la guardó.
Los vecinos que declararon ante la policía coincidieron: poco antes del hecho, habían visto pasar al pequeño Jesualdo de la mano con Godino. “El Oreja” fue detenido la noche del 5 de diciembre. Los diarios revelaron los detalles de la confesión del “Petiso”, que habló durante varias horas.
LOCO MORAL
El proceso a Cayetano Santos Godino se prolongó por dos años, durante los cuales “El Petiso” fue recluido en el Hospicio de las Mercedes. Las más importantes figuras de la psiquiatría criminal concurrían para examinar al reo y comprobar cómo era aquel ser al que la prensa calificaba de fiera humana. Muchas voces reclamaron que se lo condenara a la pena capital, que entonces estaba en vigencia para delitos como el homicidio, aunque no podía aplicarse a menores. ¿Pero podía llamársele niño al “Petiso”, aunque su partida de nacimiento dijera que sólo tenía 15 años?
Godino fue procesado por tres homicidios (los de los niños Arturo Laurora, Reina Bonita Vainicoff y Jesualdo Giordano) y once agresiones. ¿Cometió otros crímenes? El proceso nunca lo esclareció. Se dijo con insistencia que “El Oreja” habría matado a otros niños, por ejemplo la pequeña María Rosa Face, una nena perdida que nunca apareció ni viva ni muerta y cuyos padres regresaron a Italia. También al niño Lautaro Marchi, que sin embargo no figura en el expediente criminal.
No había mucho que discutir en el proceso a Cayetano Santos Godino, asesino y pirómano confeso. Para el doctor Domingo Cabred, célebre alienista y director del Hospicio, Cayetano era un “imbécil”, o bien un “loco moral”: su degeneración provenía de la falta de afectos, la limitación de su inteligencia y su impulsividad mórbida. “Tiene conciencia y memoria del impulso destructor”, sostenían los dictámenes, pero era un “degenerado hereditario”, y ello explicaba su sadismo.
Godino era examinado como un cobayo; en el diagnóstico, se destacaban sus características físicas: la escasa talla (1,51 metros), la cabeza pequeña (microsomía); la extensión de sus brazos, que abiertos alcanzaban una envergadura de 1,85 metros; sus orejas desmesuradas y en asa, su miseria física y la desmesura de su órgano sexual. Todo conducía a una conclusión: Godino estaba predestinado al crimen.
El doctor Cabred sostuvo este diálogo con “El Oreja”:
–¿Es usted un muchacho desgraciado o feliz?
–Feliz.
–¿No siente usted remordimientos por lo que ha hecho?
–No entiendo.
–¿Piensa que será castigado por sus delitos?
–He oído que me condenarán a veinte años de cárcel y que si no fuera menor me pegarían un tiro.
¿Qué pasaba por la mente de Godino cuando cometía sus crímenes? Según sus palabras, una fuerza ingobernable lo dominaba, el dolor le partía el cráneo y ese sufrimiento sólo se aliviaba golpeando, matando. Sin embargo, todos los exámenes descartaron que padeciera epilepsia.
–¿Por qué incendiaba las casas? –preguntaba Cabred.
–Porque me gusta ver trabajar a los bomberos. Cuando ellos llegaban, yo colaboraba trayéndoles baldes de agua.
–¿Y robar?
–He probado, no me gusta.
Godino fue condenado en 1914 a la pena de penitenciaría perpetua, que era irredimible. El juez lo envió a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras, donde podía ser aislado en una celda. Allí pasó varios años. Aprendió a leer y escribir, a sumar y restar.
En 1923 se inauguró en Ushuaia un presidio de máxima seguridad. Se la llamó “la cárcel del fin del mundo”. Godino, severamente custodiado y engrillado, fue trasladado a ella en el transporte Chaco.
LOS GATITOS MUERTOS
En 1933, José María Soiza Reilly, periodista y escritor muy popular, entrevistó a Cayetano Santos Godino en la celda que ocupaba, la número 90. Por esa entrevista, publicada en la revista Caras y Caretas, el público se enteró de que Godino había matado a dos gatitos que eran las mascotas de los presos, y que por ello le habían propinado una feroz paliza. También contaba que en una de las primeras operaciones de cirugía estética que se habían hecho en el país le habían achatado las orejas, esas orejas aladas que según algunos eran la causa de su maldad. La operación fue auspiciada por el gobierno, que envió un equipo médico y un fotógrafo a Ushuaia.
Cayetano Santos Godino nunca recuperó su libertad. Según el certificado de defunción, “El Petiso Orejudo” falleció el 15 de noviembre de 1944 por una hemorragia interna causada por gastritis avanzada. ¿Murió de una paliza que le propinaron los presos? Cuenta la leyenda que, cuando el penal fue clausurado, en 1947, los huesos de nuestro primer asesino serial no pudieron ser hallados en el camposanto del lugar. En cambio, la esposa del último director tenía un pisapapeles con el fémur de Cayetano Santos Godino.
Y después esta página no tiene desperdicio alguno Petiso Orejudo
Primer detención
[spoiler] Primer detención de Cayetano Santos Godino por pedido de su padre del 5 de abril de 1906
En la ciudad de Buenos Aires, a los cinco días del mes de abril de 1906, compareció una persona ante el infrascripto, Comisario de Investigaciones, la que previo juramento que en legal forma prestó, al solo efecto de justificar su identidad personal dijo llamarse Fiore Godino, ser italiano, de cuarenta y dos años de edad, con dieciocho de residencia en el país, casado, farolero y domiciliado en 24 de noviembre seiscientos ventitres. En seguida expresó; que tiene un hijo llamado Cayetano, argentino, de nueve años y cinco meses, el cual es absolutamente rebelde a la represión paternal, resultando que molesta a todos los vecinos, arrojándoles cascotes o injuriándolos; que deseando corregirlo en alguna forma, recurre a esta Policía para que lo recluya dónde él crea sea oportuno y para el tiempo que quiera. Con lo que terminó el acto y previa lectura, se ratificó y firmó. Fdos: FRANCISCO LAGUARDA, Comisario. - FIORE GODINO […] Se resolvió detener al menor Cayetano Godino y se remitió comunicado a la Alcaldía Segunda División, a disposición del señor Jefe de Policía.
OSCAR GAGLIARDI; JUAN LA TERZA Y JORGE MANRIQUE. El museo del crimen de la Policía Federal. Buenos Aires, Biblioteca Policial, 1946, pag. 149.[/spoiler]
Telegrama caso Giordano
[spoiler]Telegrama recibido de la comisaría 34ª al Juez de Instrucción Sr. Oro (3/12/12 - 14:17 hs.)
En la Quinta Moreno sobre la calle Catamarca y 15 de Noviembre; debajo de unas latas ha sido hallado estrangulado el menor de 3 años Gesualdo Giordano el que además tiene traspasado el cráneo por un clavo, la víctima fue hallada por su mismo padre Pascual Giordano que lo transportó a su domicilio, Progreso 2585. Se practican diligencias para esclarecer el hecho y determinar motores
S/C Adolfo Tuñer
ARCHIVO GENERAL DE LOS TRIBUNALES. Buenos Aires, República Argentina, Sección Penal, Legajo número 2255 - Criminal, 1er Cuerpo, folio 1.[/spoiler]
Síntesis de indagatoria
[spoiler] Síntesis de la célebre indagatoria a Cayetano Santos Godino llevada a cabo entre el 4 y el 5 de diciembre de 1912 en el Departamento Central de Policía y existente en el Legajo 2255 que se encuentra en el Archivo General de los Tribunales
4 de diciembre de 1912. 11 a.m.
Cayetano Santos Godino, de apodo “el Petiso Orejudo”, de 16 años, soltero, sin profesión ni ocupación, domiciliado en General Urquiza 1970, argentino, analfabeto, sabe firmar.
El declarante dijo que ayer se levantó a las 7:30 y salió a la calle por Garro hasta 24 de noviembre, por ésta hasta Garay, luego hasta Alberti y hasta Constitución, luego Jujuy y Progreso dónde encontró en la vereda a dos chicos de distinto sexo que estaban jugando, entonces trató de inducir a la mujercita a que lo acompañara ofreciéndole caramelos, pero no quiso hacerlo y por eso se dirigió al varoncito, quién lo acompañó al almacén de Progreso y Jujuy dónde compró 2 centavos de caramelos y dio primero dos al menor y con éste caminó por Progreso hasta Catamarca y dobló por ésta. Como el chico llamara a su padre, el declarante le dio otros tres caramelos para que siguiera con él, lo cual consiguió yendo hasta la esquina de Catamarca y 15 de Noviembre penetrando por el portón de la Quinta. Cómo el menor no quería entrar, lo arrastró de un brazo y entró hacia la izquierda llevándolo hacia un recodo. Allí contra la pared estiró al menor en el suelo y colocando la rodilla derecha sobre el pecho le rodeó el cuello con un piolín y dándole con él algunas vueltas en el cuello lo anudó y apretó para estrangularlo, pero como el menor quisiera levantarse, el declarante le ató primero ambas piernas y después los dos brazos a la altura de la muñeca. Como el chico seguía con vida, Godino le dio repetidos golpes en la cara con el puño izquierdo, pero como seguía con vida se le ocurrió introducirle un clavo en el cráneo. Buscando el clavo salió por el portón y allí pasaba el padre de Jesualdo, el cual preguntó por su hijo y luego siguió en dirección a Caseros. Godino tomó Catamarca y volvió a penetrar en la quinta por Brasil y buscando un clavo llegó hasta Caseros dónde había una gran cantidad de clavos. Como Jesualdo todavía estaba con vida, tomó una piedra y golpeando con la mano izquierda; le introdujo el clavo como de tres pulgadas en el costado izquierdo de la cabeza a la altura de la cabeza matándolo así. Luego se fue a almorzar a la casa de su hermana Pepa Godino de Capalbo, domicilio Curapaligüe 1838, dónde almorzó y tomó mate hasta las 5:30 p.m., luego volvió a su casa y fue al lugar del hecho cuando la reconstrucción. Pero le dio miedo y se retiró a su casa. A las 8 p.m. fue a la casa del menor dónde se acercó al cadáver y le tocó la cabeza para ver los efectos del clavo. Luego fue a su casa y a las 20:30 volvió a salir para comprar el diario en la esquina de Progreso y Jujuy. Como no sabía leer le dio a un vecino Roque, que vive en la misma casa. Recortó la parte del diario y la guardó. Godino manifestó cometer el crimen bajo la influencia de un ataque que experimenta desde hace cinco años y medio casi siempre los sábados porque bebe, que le da periódicamente y que se traduce en ganas de matar. Casi todos los días toma tres copas de whisky o de grapa, excepto los días que no tiene dinero, lo que ocurre pocas veces ya que continuamente hace changas desde hace un año en que salió de la cárcel de Marcos Paz, dónde estuvo recluido cuatro años y medio hasta la navidad de 1911. Declaró que viven su padre y su madre. Que su madre solo bebe agua y que su padre fue ebrio hasta hace casi un año. Su padre ebrio golpeaba a su esposa, pero cree que no ha cometido ningún delito. Dijo tener cinco hermanas, cuatro de ellas casadas y dos hermanos varones, uno de 19 años llamado Antonio y otro de 12, llamado José. Dijo que el mayor es un buen muchacho, trabajador y está de novio, pero el menor es rebelde a los padres. Godino declaró recordar que antes de ir a Marcos Paz había cometido un hecho análogo hallando del cuello a una mujercita que apenas caminaba y que tuvo que cargar en brazos. Habiéndola enterrado viva en un sitio de la calle Río de Janeiro, al lado del corralón de la Asistencia Pública, pudiendo indicar el lugar si lo dejan a él. Dijo que del hecho nadie se enteró. Que dos días después tomó un chico de un año y medio en las inmediaciones de la calle Boedo y Maza y de allí lo llevó caminando por Independencia hasta Av. La Plata y por ésta hasta un jagüel que existía cerca de Victoria, frente a una iglesia. Que tiró al chico al jagüel cubriéndolo con una tabla pero el chico se la sacó de encima y en circunstancias que se la trataba de colocar encima, nuevamente fue sorprendido por varios peones que trabajaban en las inmediaciones, quienes sacaron del jagüel al menor, deteniendo a Godino. Godino dijo conocer la casa de los peones dónde le cambiaron las ropas al menor. A Godino lo llevaron a la comisaría 12ª de dónde se fugó una hora después, siendo nuevamente detenido a las 9 de la noche y estuvo hasta el día siguiente en que la madre lo fue a buscar y lo dejaron en libertad. Luego Godino recordó que el chico que enterró en la calle Río de Janeiro vivía en un almacén a una cuadra de distancia de la comisaría 12ª en el antiguo local. Luego recordó que en la calle Liniers, en un conventillo que Godino habitó antes y que puede ubicar, tomó a un chico que era habitante de la misma casa y se fue con él hasta la calle Loria en un baldío que puede ubicar dónde colocó al chico en el suelo y luego arriba una piedra grande y quedó descuajado el chiquilín. Fue sorprendido por un vigilante que lo dejó detenido al cuidado de un menor que lo largó y por la noche concurrió su padre a la comisaría 10ª y esa misma noche lo dejaron en libertad. El padre del chico era conocido por el “Ñato”. Este fue el último hecho que cometió antes de ir a Marcos Paz, después de ese hecho tomó un chico de una cigarrería de Belgrano y Maza, que cree que era varón y apenas caminaba, lo llevó a un baldío detrás de la casa dónde viví antes en Estados Unidos y Loria y hace dos años han hecho una casa en ese mismo sitio; al chico lo arrojó sobre unas espinas y no le hizo nada más porque estaba el vigilante en la esquina. Godino también confesó ser el autor de la muerte de un chico de 13 años que encontró en la esquina de Pavón y Zeballos, a quién llevó por medio de engaño prometiéndole caramelos hasta la puerta de la casa Pavón 1540 que estaba desalquilada con la puerta de calle entreabierta. Al pasar la puerta de calle, el chico se resistió, pero lo hizo entrar a los empujones. Serían como las 17:00 hs. Como el chico gritaba el declarante le tapaba la boca con un pañuelo. Lo llevó hasta la casa dónde le ató el cuello con un hilo. Lo tiró en el suelo y lo llevó hasta la rastra a otro cuarto que hay al lado de la cocina. Al fondo de la casa hay una gran higuera. Godino desnudó al menor dejándole puesta solo la camisa arrollada hacia arriba. Después lo golpeó con una varita de higuera y lo dejó boca abajo, juntó las hojas de la puerta al salir y se retiró saltando la pared del fondo que da a una casa que tiene salida a la calle Zeballos, que estaba en refacción, trabjando pintores, pero en ese momento la casa estaba vacía. Godino habiendo encontrado cerrada la puerta de calle de la casa que dá a la calle Zeballos y por el lado interior la abrió de par en par y la cerró por el lado de afuera. Godino reconoció las fotos de Arturo Laurora muerto al igual que los piolines. Indicó que si lo llevaban a la casa podía indicar el lugar. Godino dijo que al pasar empujó la puerta de la casa Pavón que quedó cerrada. Después de atar al menor le dio una paliza con gajo de hoguera, no pudiendo gritar este porque tenía atado el pescuezo y después de haber estándolo contemplando un buen rato se retiró juntando las puertas que quedaron entreabiertas. Como a las 18:00 hs, saltando por los fondos a una casa que tiene salida por Zeballos, Godino afirmó que éste hecho tuvo lugar en los últimos días de enero de este año no pudiendo precisar el día. Godino luego dijo que días después del hecho del jagüel a que se ha referido encontró en la puerta del un corralón en Colombres entre Venezuela y México, un chico como de un año y medio que no sabe como se llama y a quien con un cigarrillo le quemó los párpados, siendo sorprendido por los padres del menor, quienes no dieron cuenta a la policía por considerar que Godino era muy menor. A fines del año pasado encontró a una chica como de cinco años jugando con un montón de arena, a quién llevó por la calle Directorio hacia el oeste con el fin de darle muerte en un terreno baldío. La chica se metió en un zaguán negándose a salir y entonces él la golpeó hasta lastimarla y como fuera visto por dos señores, disparó hasta la casa de su hermana. No sabe como se llamaba la chica, pero puede indicar el zaguán. Días después encontró en la puerta de su casa de la calle Urquiza como a tres cuadras de su casa, una chica, como de dos años que se llama Carmencita porque ella misma se lo dijo. La llevó a un terreno que hay como a una cuadra de la casa, dónde la golpeó y cuando se disponía a matarla vio cerca de un vigilante, por lo que fue hacia dónde estaba el vigilante con la chica y le dijo que ella estaba perdida por lo que fueron a la comisaría 34ª retirándose Godino a su casa. También recordó Godino haber puesto papeles en un corralón de maderas y prenderles fuego hasta provocar un incendio y ver trabajar a los bomberos. El incendio se produjo y los bomberos lo apagaron. Godino dijo poder indicar el lugar no así el nombre de la calle. Además, este año recordó haber derramado una botella de alcohol sobre el escritorio de un corralón de polvo de ladrillos que hay en la calle Garay, pudiendo indicar el sitio. Al prender fuego fue visto por un muchacho empleado en el escritorio a quién ayudó a apagar el fuego echando baldes de agua para que no lo denunciara. Fue llevado a la comisaría 20ª donde le ensuciaron con tinta las manos. Además, en la calle San Juan y Quintino en un aserradero hizo lo mismo, poco tiempo antes del hecho anterior y después de haber prendido fuego, éste fue sofocado por el propietario. No lo vieron cuando prendió fuego. El mismo día tuvo otro caso en la calle Colombres e Independencia en otro aserradero, prendiendo fuego en una pieza dónde había papeles. Se retiró sin ser visto habiendo apagado el fuego las personas de la casa, no habiendo concurrido los bomberos. Mucho tiempo atrás fue visto por un muchacho poco mayor que él, llamado Alfredo, que sabe dónde vive, quién le enseñó a robar relojes de obreros albañiles. Esto ocurrió como seis años atrás y que la enseñanza le dio resultado consiguiendo robar relojes que Alfredo vendía repartiéndose ambos el dinero obtenido por partes iguales. Godino contestó que Alfredo no tuvo participación en los crímenes, pero que sí tenía conocimiento de los mismos. Godino contó que hace como un mes fue procesado por tentativa de homicidio de la que negó ser el autor aunque en realidad lo era como antes lo había mencionado, y que fue puesto en libertad por falta de merito por el juez Del Campillo. Godino manifestó ser analfabeto.
ARCHIVO GENERAL DE LOS TRIBUNALES. Buenos Aires, República Argentina, Sección Penal, Legajo número 2255 - Criminal, 1er Cuerpo, folios 48-62.[/spoiler]
[spoiler]Conclusiones de los Informes médicos acerca de Cayetano Santos Godino
Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913):
1- El procesado Godino es un alienado mental o insano o demente, en las asepciones legales.
2- Es un degenerado hereditario, imbécil que sufre la locura moral, por definición, muy peligrosa.
3- Es irresponsable.
Informe Victor Mercante (24 de febrero de 1913):
1- Cayetano Santos Godino no sabe leer, escribe tan solo su firma y conoce los números hasta 100. Posee una suma de conocimientos generales muy ala, obtenidos por educación refleja.
2- Es un tipo absolutamente inadaptable a la escuela común; solo la educación individual hubiera podido alcanzar algún éxito.
3- Se ha desenvuelto en un medio desfavorable a la formación de una conducta correcta.
4- Priman en él los instintos primarios de la vida animal con una actividad poco común, mientras que los sociales están poco menos que atrofiados. Es un tipo agresivo, sin sentimientos e inhibición, lo que explica su inadaptabilidad a la disciplina didáctica.
5- Ofrece del punto de vista físico, numerosos estigmas degenerativos, los más característicos del tipo criminal.
6- Sus sentidos y la capacidad para conocer, no ofrecen anomalías, se presentan normales; asimismo normales sus capacidades psíquicas, si bien inestable la atención por falta de dirección afectiva.
7- En cambio, ofrece como estigama fundamental de su vida moral, la idiotez afectiva; los sentimientos sociales, directrices de la acción, son poco menos que nulos.
8- Dé suerte que sus estados de conciencia contienen normalmente, todos los elementos menos uno, fundamental que la desequilibra, el afectivo, que es algo así como el timón de la conducta.
Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913): Godino es un caso de degeneración agravada por el abandono social de que él ha sido víctima, y que por lo tanto no puede hacérsele responsable de sus crímenes, aún cuando su libertad sería peligrosa.
Informe Esteves-Cabred (29 de mayo de 1913):
1- Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de alineación mental.
2- Que su alineación mental reviste la forma de imbecilidad.
3- Que ésta imbecilidad es incurable.
4- Que Godino es totalmente irresponsable de sus actos.
5- Que presenta numerosas anomalías físicas y psíquicas.
6- Que carece de condiciones para el trabajo disciplinado.
7- Que tiene noción de la responsabilidad de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.
8- Que es un impulsivo consciente y extremadamente peligroso para los que lo rodean.
9- Que debe permanecer, indefinidamente, aislado en el manicomio en que se encuentra.
ARCHIVO GENERAL DE LOS TRIBUNALES. Buenos Aires, República Argentina, Sección Penal, Legajo número 2255 - Criminal, 2° Cuerpo, folios 213-260.[/spoiler]
Hay un canal nuevo en el cable ahora, es de Discovery. Bah, está hace como 4 años en EEUU pero está en español ahora. Es el que pasó según leí de People&Arts—> a Liv----> y a “Investigation Discovery”:
Este es de Europa:
Pasan documentales y series de investigación, forense, suspenso y dramas relacionados con la ley, crímenes etc.
Dementes (están dando ahora, je), y sigue después Pecados Mortales, también programas como: Vecino asesino, Caso criminal, Clarividentes, Instinto asesino, FBI en el siglo XXI, etc.
Lo veo cuando puedo y está bueno. Ya lo mandé a “Favoritos” en el deco, je.
Las series que pasan: Dexter, Criminal Minds, Prison Break, Hawai five-0, Blue Bloods
También a las 22hs, dan películas de los géneros toca el canal (suspenso, policial, etc).
El Niño de Barro, película de hace un par de años, está inspirada en los asesinatos del petiso orejudo a comienzos de siglo. No es la gran cosa la película. Zafa.