Argentina nuclear

Buen resumen de Agendar sobre cómo viene la mano (mal, pero no esta todo perdido) en el sector nuclear.

Argentina Nuclear: 3 meses y medio para no morir

[QUOTE=Kyuss Plate;8857644]Buen resumen de Agendar sobre cómo viene la mano (mal, pero no esta todo perdido) en el sector nuclear.

Argentina Nuclear: 3 meses y medio para no morir

https://agendarweb.com.ar/2019/08/20/argentina-nuclear-3-meses-y-medio-para-no-morir/[/QUOTE]

Son cosas que no se pueden creer.

Uno de los sectores donde tenemos que apostar como país

Si se puede creer cuando vez el muñeco que puso el Macrismo como su Ministro de Energia. El lobo cuidando las ovejas.

Metieron a un sociologo como subsecretaria de Energia Nuclear
El nepotismo en su maximo nivel

Alemania lanza un plan de 54 mil millones de euros para recuperarse de su fracaso en energía «limpia»

[SPOILER]
El Gobierno alemán de «Gran Coalición» de la canciller Angela Merkel anunció este viernes un paquete de medidas para enfrentar la crisis climática. Implica inversión pública por valor de 54.000 millones de euros hasta el 2023 en energía, transporte, construcción, e innovación y desarrollo. Objetivo: conseguir que Alemania reduzca en un 55% las emisiones de gases contaminantes en el 2030 respecto a los niveles de 1990, en línea con lo acordado en la Unión Europea. Aún no se publicaron los detalles, pero los ecologistas ya han expresado su decepción.

El plan acordado por conservadores y socialdemócratas tras meses de conversaciones, y una maratónica discusión final, no afectará a la disciplina presupuestaria alemana: el Ejecutivo descarta emitir deuda para financiar el plan, y mantendrá a rajatabla el déficit cero en las cuentas públicas.

Este paquete de medidas se anunció el mismo día de más de 500 manifestaciones contra las políticas del clima en Alemania, secundando las convocatorias de Fridays for Future, el movimiento estudiantil iniciado por Greta Thunberg. Es la efervescencia ecologista de una ciudadanía para la que el medio ambiente se ha convertido en una de sus principales preocupaciones.

El problema es que se parte de un fracaso. La promesa de la gran Energiewende, la transición energética más ambiciosa del planeta, ha tenido como resultado el sexto país del mundo que más CO2 emite a la atmósfera, una potencia mundial que sigue quemando carbón en nombre de las energías renovables.

Peor aún, hay un elefante en la sala de discusión pero está prohibido mencionarlo. El meollo del fracaso de la Energiewende ha sido el cierre prematuro de la mayor parte de la considerable flota de centrales nucleares alemanas, máquinas que batieron marcas mundiales de disponibilidad (hasta el 93% del año entregando el 100% de su potencia). Es obvio que como fuente de potencia de base para la mayor industria europea, las denostadas centrales nucleares no pudieron jamás ser reemplazadas por la duplicación de la capacidad alemana instalada eólica y fotovoltaica.

Debido a la intermitencia y la imprevisibilidad de ambos recursos, ese 100% de aumento en potencia instalada en molinos y paneles rindió respectivamente un 18% y un 13% de aumento en generación eléctrica. La electricidad faltante en Alemania se cubrió… quemando carbón, el más sucio y menos eficiente de los combustibles fósiles. Se quemó carbón inicialmente propio y además, como no alcanzó, importándolo de Polonia, y como tampoco eso alcanzó, importando electricidad generada por combustión de carbón en Polonia y como eso tampoco alcanzó, comprando excedentes de electricidad francesa, que en su origen es 75% nuclear.

Pero como incluso Francia no tiene excedentes tan grandes como para alimentar la demanda gigante de la industria de su vecino, Alemania se sostiene también con gas ruso, con la merma diplomática que ello supone. Si Frau Merkel se peleara demasiado con el presidente Vladimir Putin, especialmente en invierno, éste le podría parar el país cerrándole la llave de gas.

El ecologismo alemán logró todo esto a la vez: transformar a su país en el principal deudor energético de la Unión Europea, en el principal contaminante global de esa región por emisiones de carbono y en el país de tarifas eléctricas más caras de Europa, por oposición a Francia, el de electricidad más abundante, limpia y barata. Merkel, quien fue una notable científica antes de devenir en la canciller de Alemania, atrasó todo lo que pudo el cierre de las centrales nucleares frente al embate de los ecologistas dentro de su propia coalición, pero terminó tirando la toalla. La población alemana de a pie -todavía, pese al brete energético en que se metió- hoy sigue siendo vehementemente antinuclear. No sucede lo mismo con las patronales industriales.

Entonces, para un sector muy numeroso de los alemanes hay un fracaso energético y ecológico que lleva años, y del cual se evitó hablar durante una década entera; política imposible de mantener hoy debido al estado de movilización de la juventud contra el calentamiento global. Todos los analistas y políticos del país afirman que o el gobierno hace algo distinto a lo que viene haciendo, o no habrá modo de cumplir los objetivos de reducción de emisiones. Ni los que ellos mismos se habían puesto, una reducción de 40% para 2020 con respecto a los niveles de 1990; ni los que estableció la Unión Europea, la del 55% para 2030.

Como se ve, Alemania, con sus miles de turbinas eólicas y sus millones de instalaciones fotovoltaicas domiciliarias, terminó yendo en la dirección exactamente opuesta a la que se fijó y hoy es más carbodependiente que nunca. ¿Por qué? Porque la hiper-instalación de recursos intermitentes -y en el caso eólico, impredecibles- provoca baches de generación intolerables para la industria. Estos deben ser cubiertos por decenas de grandes centrales a carbón que se mantienen en «parada caliente», es decir quemando (y contaminando) pero sin conectarse a red, es decir sin entregar electricidad. Cuanto mayor es la apuesta a fuentes intermitentes, mayor debe ser el «respaldo caliente», y así será hasta que surja algún «game changer» tecnológico en materia de almacenamiento eléctrico, algo que permita sacarle la intermitencia y la impredictibilidad al combo eólico-fotovoltaico al que Alemania apostó el alma. Pero eso no ha sucedido, y el cuadro actual no cierra ecológica, económica o diplomáticamente.

En estos días, sin conocer todos los detalles, se han barajado medidas como establecer emisiones máximas de CO2 en el transporte y en la construcción; crear mercados internos de emisiones; encarecer los vuelos nacionales y abaratar los billetes de tren; subir los peajes a los coches más antiguos, incentivar los automóviles eléctricos, prohibir la calefacción de gas e impulsar la agricultura a prácticas bajas en emisiones.

Pero del elefante en la sala, de la reapertura de las centrales nucleares cerradas y la extensión de vida de toda la flota alemana, otrora orgullo nacional y hoy por hoy el único salvavidas energético a mano, de eso no se puede hablar. Ni siquiera los chicos movilizados en la calle se atreven a pensar en ello.

Este enorme plan de medidas (un monto mayor que el total del préstamo del FMI a la Argentina) va más allá del clima. En el fondo, se trata también de un plan de estímulo de la economía ahora que el país se encuentra a las puertas de la recesión, con una importante fractura política y en mitad de una importante parálisis del ejecutivo.

Merkel, que fue llamada durante mucho tiempo la «Canciller del clima», que aprobó el cierre de las centrales nucleares e impulsó la Energiewemde (traducción literal: «transición energética») en términos en los que no hubiera querido, viene cosechando hasta hoy un sonado fracaso, cuyas consecuencias durarán décadas.

“Por un lado, queremos que las medidas de protección del clima sean efectivas para cumplir nuestros compromisos, […] pero, por otro, queremos ser económicamente sensatos y que las medidas sean socialmente aceptables de manera que todo el mundo pueda permitirse la protección ambiental”, explicaba Merkel esta misma semana.

El anuncio de las medidas coincide con una de las movilizaciones climáticas más importantes de los últimos años, y se lanza justo antes de la «Cumbre de Acción Climática» en las Naciones Unidas en Nueva York, para situar a Alemania en el liderazgo de la conversación ambiental internacional. Quiere ser un legado de Ángela Merkel ahora que se va acercando la fecha en la que dejará la cancillería del país.

Pero el de Frau Angela, y probablemente muy a su pesar, es un mensaje confuso. El país a imitar en la UE en materia de descarbonización de la economía es Francia, con sus 58 centrales nucleares activas, mayormente instaladas entre los ’70 y los ’80, épocas de Georges Pompidou, Valéry Giscard d’ Estaing y Francois Mitterrand, presidentes de signos políticos muy distintos pero que desde 1973, cuando enfrentaron el desabastecimiento de hidrocarburos decretado por la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), desarrollaron una obsesión común: independizar la economía francesa del gas y del petróleo árabes y soviéticos. Y eso lo lograron con un «factor de penetración» nuclear en su red eléctrica que en tiempos de Mitterrand llegó al 80%. Sin habérselo propuesto siquiera como objetivo secundario, esos tres difuntos presidentes hoy podrían pasar por grandes ecologistas.

El problema es global, como señalábamos ayer en AgendAR. Y el mundo deberá tomar en cuenta las limitaciones y contradicciones de la política ambientalista que Alemania aplicó hasta ahora.[/SPOILER]

Hubo muy buenas noticias.

[QUOTE]EL NUEVO PAPA NUCLEAR ES ARGENTINO

¡Fumata blanca, compatriotas! Rafael Grossi, diplomático nuclear, porteño de Almagro, hincha de Platense, 7 idiomas, 8 hijos, acaba de ganarle la Dirección General del Organismo Internacional de Energía Atómica al rumano Cornel Feruta. Con esto, ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Grossi se vuelve el equivalente atómico del Papa en la Iglesia Católica.[/QUOTE]

[QUOTE=alermac;8964444]La CNEA vende tecnología nuclear oncólogica a Corea del Sur - I | AgendAR

https://agendarweb.com.ar/2019/11/17/corrigiendo-a-infobae-argentina-no-debe-abandonar-la-tecnologia-candu/[/QUOTE]

Excelente todo. Hay que seguir estos temas de cerca.

Justo me encontré con esto leyendo en Quora un par de cosas:

Argentina supera a Chile en varias cosas. Voy a enfocarme en los asuntos de tecnologia y ciencia:

1.Industria Nuclear

Argentina tiene un ambicioso programa nuclear que cuenta con varios reactores instalados en el país del tipo PWR y CANDU6. Argentina cuenta tambien con proyectos en marcha de reactores de menor potencia como ser la central CAREM y el RA-10.

Reactor RA-10 en construcción.

Estos nuevos reactores están siendo comercializados en el mundo con pedidos de clientes en Asia y Europa.

Chile por su lado, carece de reactores nucleares excepto un pequeño reactor con fines medicinales que no reporta mayor actividad.

¿Que opinan los conocedores del tema? ¿Como venimos en lo que es Industria Nuclear?

2 Me gusta

Argentina es por escándalo la más prestigiosa industria nuclear de la región.

Cito del artículo que inicia el thread

Ha sido el único programa nuclear pacífico del Tercer Mundo que abrió una tras otra “las cuatro cajas de Pandora” del átomo: logró dominar el ciclo de combustibles, el reprocesamiento de combustible quemado, la fabricación de agua pesada y el enriquecimiento de uranio.

en cualquier momento ponen a un boludo de la campora a manejar uno de esos y tenemos un chernobil en el país

AF se mandó una cagada: designó como presidente de la CNEA a un ex gerente del macrismo que estuvo a punto de vaciar la Planta de Agua Pesada (insumo necesario para que funcionen nuestras centrales). Los empleados y delegados lo rechazaron tan terminantemente que tuvieron que dar marcha atrás con el nombramiento. Insólito para un gobierno de este tipo.