24 de Marzo a 42 años del golpe genocida, la lucha sigue!

En un día así, ustedes empiezan a hablar de la deuda externa, del fmi, de los presos en Groenlandia, de la defensa que va a armar el pelado en Avellaneda. Todos los 24 la izquierda hizo lo mismo…

Es imposible que hayan sido la mayoría y lo sabés. Coincido en que los tuits fueron totalmente fuera de lugar

Al más chico de los Wermus lo banco. Bancó los trapos para las elecciones de Correa, Lula y Dilma. El problema son los otros dos: uno operador de Clarín y el otro (se lo dejo a gusto del consumidor)…

Barrabravas de River y Chicago, con Moreno en el acto del 24 de marzo

Integraban la fuerza de choque del secretario de Comercio. La Presidenta había acusado a la izquierda de violenta

Habían pasado 72 horas de la marcha por el día de la memoria, cuando Cristina Kirchner se despachó con una decena de tuits en los que se refirió a los disturbios ocurridos en la Plaza de Mayo, cuando chocaron agrupaciones oficialistas y de izquierda. “24 de marzo en la Plaza. Gente uniformemente vestida de rojo, autotitulada de izquierda.

Amenazantes, con garrotes en sus manos. ¿Serán los garrotes para abollar ideologías, como preguntaba Mafalda a un policía que lo portaba durante la dictadura de Onganía?”, escribió. E inmediatamente, continuó: “Del otro lado jóvenes vestidos de azul, celeste, o blanco, con banderas argentinas, brazos y manos entrelazados, haciendo un cordón humano para separar y evitar la agresión y la pelea”.

Pues bien, tal como muestran las imágenes, algunos de esos jóvenes de manos entrelazadas son peligrosos barrabravas con prontuarios importantes y que estuvieron investigados hasta en causas por homicidios. Barras que consiguieron siempre impunidad trabajando para el poder político de turno y desde 2003 lo hacen para el kirchnerismo. Uno de los que logró identificar Clarín es Ariel Pugliese, el “Gusano”, el más peligroso de los barras de Nueva Chicago y que junto al número dos de la barra, Javier Miranda, fueron contratados para trabajar en el INDEC tras la intevención de Guillermo Moreno.

El otro que aparece en primer plano, desafiante, es Víctor Videla, apodado Toddy, un peso pesado en la tribuna de River que estuvo preso por el crimen de otro barra, Gonzalo Acro, en medio de la guerra interna de la barra Millonaria. A Videla se lo suele ver en el edificio de diagonal Julio Argentino Roca, 651, Capital Federal, sede de varias dependencias gubernamentales, entre ellas, claro, la Secretaría de Comercio Interior y también la de Industria, a cargo de Javier Rando, donde está contratado otro barra importante de River, Matías Goñi, quien el año pasado y en una causa por violencia en el fútbol no tuvo empacho en declarar ante la Justicia que él respondía a Guillermo Moreno.

Las imágenes de los “jóvenes entrelazados” es otra muestra de la complicidad política con los barras, aquellos que fueron calificados seis meses atrás por la Presidenta como “esos tipos en los paravalanchas son una maravilla, mis respetos a ellos por su pasión”.

En el caso de Pugliese, el apoyo político no sólo le permitió ser contratado en el INDEC a pesar de sus escasos conocimientos sobre la ciencia estadística. La AFA lo puso como escolta de Messi en 2009, cuando vino al país para jugar en la Eliminatoria al Mundial y su militancia fue premiada con un viaje all inclusive al Mundial de Sudáfrica en el avión que transportó a la Selección, junto a otros 22 barrabravas. A nadie le importó que su nombre sobrevolara en Tribunales durante la investigación por el crimen del hincha de Tigre, Marcelo Cejas, producido el 25 de junio de 2007, tras un encuentro entre ambos equipos. Y menos que fuera denunciado por ATE como el organizador de la patota que irrumpió a puro golpe en la feria del libro dos años atrás durante la presentación del libro “Indek, historia íntima de una estafa”.

El otro barra entrelazado, Videla, también tuvo premio por su perseverancia en movilizar gente para las marchas. Quedó limpio en la causa de Acro y también en las otras dos en que estaba imputado por la guerra interna de la barra de River. Y que su nombre estuviera en alguna lista de derecho de admisión no fue impedimento para que su presencia fuera constante en las canchas de fútbol

Barrabravas de River y Chicago, con Moreno en el acto del 24 de marzo

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¿Cómo es imposible que hayan sido la mayoría? Si la JP en los 70 hablaba de revolucion socialista!!!

Jaja, moreno comandando a la patota con uno de los capos de la barra de river y uno de la de chicago. Y después cris criticando a la izquierda, qué manera de mentir esta mujer, no se cansa nunca.

Por otro lado, dejo estas notitas del monopolio de la información para los adictos al humo y a la reescritura de la historia.

El consenso sobre nuestro pasado, herido
Por Marcelo Birmajer ESCRITOR

01/04/13

El pasado 24 de marzo, en el contexto del Día de la Memoria, las oradoras del acto central kirchnerista en Plaza de Mayo terminaron de sellar en público un paradigma: el pasado de cada argentino depende de si apoya o no al actual gobierno. Si el individuo apoya a la Presidenta, su pasado, aun cuando haya sido funcionario de la dictadura 76-83 o la haya defendido explícitamente, será pasteurizado o eliminado. Si el individuo disiente con la Presidenta, se le inventará un pasado de complicidad con la dictadura, o se le pondrá una lupa sobre actitudes “sospechosas”, tales como haber desarrollado cualquier tipo de actividad comercial entre los años 1976 y 1983.

La original propuesta del actual partido gobernante para que los militares se perdonaran a sí mismos por los crímenes cometidos entre el 76 y el 83, en contraste con los juicios propuestos y llevados a cabo por Raúl Alfonsín; el indulto concedido a esos mismos militares por el actual partido gobernante; y más atrás, los crímenes de la Triple A consentidos por el actual partido gobernante y la responsabilidad del actual partido gobernante en dar órdenes confusas y peligrosas a los militares para combatir a la guerrilla no merecen el comentario de las oradoras ni manifestantes, en el Día de la Memoria.

En lugar de homenajear a Raúl Alfonsín, que nos guió de las tinieblas de la dictadura al remanso de la justicia y la democracia, se homenajea, de un modo frenético, con los brazos en alto, al coronel Hugo Chávez Frías, que dio un golpe de Estado el 4 de febrero de 1992. Lo paradójico y escandaloso de la proclama chavista de este pasado 24 en Plaza de Mayo es que cientos de argentinos exiliados salvaron su vida gracias a ser recibidos con los brazos abiertos por la Venezuela de Carlos Andrés Pérez. ¡Homenajeamos al militar que mató decenas de soldados y civiles indefensos, en un golpe de Estado contra el presidente venezolano democráticamente electo que permitió a los argentinos exiliados vivir como ciudadanos en Venezuela!

En declaraciones posteriores, la oradora principal del acto, Estela de Carlotto, declaró que la guerrilla ya había sido eliminada en 1975, en patente contraste con la propia organización guerrillera Montoneros, que en 1979 declaraba que se hallaba en la plenitud de sus fuerzas y que sólo le bastaba con una contraofensiva para tomar el poder. O con la decisión de esa misma organización de sumarse a Galtieri en 1982, con el envío a la muerte y el maltrato en Malvinas de miles de jóvenes.

El consenso que se ha estropeado es del de todos los que concurríamos a la Plaza para recordarnos que nunca más un golpe de Estado; ni de Videla ni de Chávez, y de que la democracia que reconquistamos en 1983, a la que muchos desorbitados siguen denigrando como “burguesa”, es el menos malo de los sistemas

El 24 de marzo y los héroes ficticios
Por Rodolfo Terragno ESCRITOR Y POLITICO Terragno@gmail.com
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31/03/13

Las hemerotecas no saben mentir. Sus hojas biliosas develan el pasado de aquellos que quieren olvidarlo. Allí está lo que hicieron; y falta lo que pretenden haber hecho. Me ronda una idea: armar, sólo con recortes de diarios viejos, una historia de la Argentina contemporánea. La idea se me apareció el domingo, mientras yo oía discursos y declaraciones sobre el fatídico 24 de marzo de 1976. Comprobé entonces que, en ataques retroactivos a la dictadura, hay quienes se atribuyen luchas imaginarias.

A más de tres décadas, todo se puede adulterar. La Argentina ha acopiado años de dolor y años de esperanza. Años trágicos y años grotescos. Crisis y logros. Brotes de euforia y accesos de depresión.

Fue difícil preservar, a lo largo de ese sinuoso itinerario, la coherencia.

Fue difícil, en particular, para quienes tienen convicciones débiles o intereses cambiantes.

Son los que reescriben ahora su historia personal.

Héroes de batallas que no libraron. Valientes que no lo fueron.

Los recortes podrían mostrarnos cómo actuaron cuando había que actuar. Dónde estuvieron los años de barbarie. Qué hicieron entonces. Cómo lucharon, si es que lucharon, por los derechos humanos al tiempo que se los violaba. Si repudiaron o no la insólita autoamnistía de los opresores. Si alzaron la voz contra el Presidente que los indultó.

Importa saberlo. No para caer en un macartismo retrospectivo. Nadie tiene derecho a convertirse en juez de quienes fueron presas de la ignorancia, el error o el miedo. Nadie puede ser el censor de ideas prescriptas, ni tomar examen de coraje.

Avanzar mirando hacia atrás es una forma de volver a tropezar.

Si hace falta hurgar en recortes antiguos es sólo porque la manipulación del pasado distorsiona el presente.

Cuando se la practica desde el poder, compromete la credibilidad de quienes lo ostentan. Vuelve sospechoso lo que dicen y lo que prometen.

En los niveles medios del Gobierno hay mujeres y hombres que supieron resistir a la dictadura. Unos, hasta llegando a cometer pecado de violencia. Otros, haciendo una “guerra de zapa”. Otros más, negándose a que el tormento les robara su dignidad.

Pero también hay, a todo nivel, mujeres y hombres cuyos nombres no aparecen en ningún recorte de la época. Mujeres y hombres a quienes nadie recuerda corriendo riesgos para defender las libertades. Son los héroes ficticios.

Como preparando esa historia hecha de recortes, escojo algunos de los que tengo a mano. Son de artículos publicados en 1976, bajo el imperio de las Juntas: “La razón y la fuerza”. Es un editorial escrito a pocos días del golpe. “¿Qué va a ser de la Argentina, de aquí en más?”, se pregunta en el texto. “¿La fuerza reinará sola o llamará en su auxilio a la razón?” Luego hay, para otro interrogante, una respuesta: ”¿Cuáles son los intereses que se van a favorecer?” La respuesta contrapone los intereses de los “prematuros partidarios de la fuerza” con “los de la mayoría que, en silencio, se resigna a que haya perdido eficacia su voluntad”, expresada en las urnas.

“Cronología”. Son diez páginas en las que se registran “abatimientos” en dudosos “tiroteos”, misteriosos “cadáveres dinamitados” y sucesivas “desapariciones”. Quizás la más notoria, la del escritor Haroldo Conti.

“Una mazmorra puede ser refugio de la libertad”.

Es un alegato que se apoya, sin mucho disimulo, en citas de Martin Luther King.

“Economistas radicales vs. Martínez de Hoz”.

Es un largo documento, firmado por Roque Carranza y otros economistas del radicalismo. Acusan al ministro José Alfredo Martínez de Hoz de llevar adelante un plan que causará “desocupación”, al tiempo que provocará la “inestabilidad económica y social en el país”. El documento concluye con una denuncia: el gobierno militar beneficia a determinados “grupos económicos”, consumando así una “agresión a los trabajadores”.

”Del bien común y los derechos humanos”.

Es otro editorial. Invocando un documento episcopal, habla de “detenciones indiscriminadas” e “ignorancia sobre el destino de los detenidos”. Critica, sin embargo, al mismo Episcopado. Lo culpa de haber condenado supuestos “errores”. Los obispos habían dicho que no se debía pretender “un goce del bien común como en una época de abundancia” ni “que los organismos de seguridad actuaran con pureza química de tiempos de paz”. El editorialista responde a los obispos: “No puede haber un estado de sitio evangélico. El Evangelio no fue escrito para tiempos de paz sino, precisamente, para épocas de conmoción”. Luego recuerda el discurso de Cristo contra los fariseos: “¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y podredumbre”. Que la Argentina no fuera un sepulcro blanqueado, termina la réplica a los prelados, es la aspiración “de todo quien querría ver a la ética cristiana imponiéndose en esta sociedad asolada y descreída”.

Fueron las últimas palabras de Cuestionario, la revista que creé y dirigí hasta que el régimen le puso fin y Venezuela me eximió de una fatal consecuencia.

Pero yo no fui un héroe.

Tuve lo que una vez llamé “el privilegio del exilio”: un concepto que Osvaldo Bayer juzgó intolerable; pero que yo siempre creí justificado.

Las verdaderas víctimas de la dictadura fueron los millares que desaparecieron. Los que penaban en celdas tenebrosas.

Lo que soportaban la laceración de sus cuerpos. Los que no pudieron huir. Los desterrados de la razón. Los que vivieron todos esos años “dentro de las fronteras de la intolerancia”.

Sin perjuicio de eso, he querido revaluar ese combate dado, desde una revista, en la cara de los dictadores. Un combate sin más armas que “la pluma y la palabra”, y en nombre de todos quienes, para defender los derechos humanos, hicieron lo que hoy otros pretenden haber hecho.

//youtu.be/-QpJz0Mguwo

Una lucha estratégica

24 de marzo

Sería un grave error que los incidentes menores que se sucedieron en la entrada de la Plaza de Mayo el 24 de Marzo pasado sean usados para ocultar las divergencias estratégicas que opusieron al acto montado por el gobierno y sus organizaciones periféricas al organizado por el espacio Memoria Verdad y Justicia, que reúne a más de 200 organizaciones populares. La confrontación, además, tiene todo un historial. Ya en años anteriores el gobierno pretendió impedir la realización del acto opositor y copar la parada, encubriendo su accionar detrás de un acto cuya fachada tenía delante a los organismos de derechos humanos cooptados por el Estado, pero cuyo público movilizado era aportado por los intendentes del conurbano, cuya trayectoria política hay que rastrearla en la Triple A y la derecha peronista.

Para el gobierno kirchnerista impedir la denuncias de los organismos de derechos humanos independientes y de las fuerzas políticas que integramos el espacio Memoria Verdad y Justicia es una cuestión de sobrevivencia política. La demagogia que desarrolló el gobierno en este terreno no tiene parangón. Desde su asunción en 2003 el kirchnerismo apeló a la impostura para presentarse como un defensor de los derechos humanos. Fueron a la ONU a declararse hijos de las Madres, para borrar de la memoria colectiva la verdad incontrastable que el matrimonio presidencial apoyó al gobierno del indulto y que su propia fortuna deriva de los negocios realizados bajo la dictadura. La hermana de Néstor, Alicia, que suena hoy como candidata en la provincia de Buenos Aires por el oficialismo, fue funcionaria del gobierno dictatorial en Santa Cruz. Todo este edificio montado sobre la base de mentiras apuntó a la cooptación del movimiento popular y a la estructuración de una base política que no sea exclusivamente el peronismo.

Este 24 de Marzo fue un nuevo capítulo de esta batalla política. Para el gobierno era la oportunidad de valerse de la jornada para su campaña tramposa de “democratizar la Justicia”. Viniendo de un gobierno que mantiene en sus puestos a 400 jueces provenientes de la dictadura militar es claro que la cruzada democratizadora es un fraude monumental. Fue lo que denunciamos al señalar que lo que se pretende, en realidad, es imponer una reforma que alargue los procesos judiciales de trabajadores y jubilados, y otorgarles protección a los funcionarios denunciados por corruptelas. Junto con ello Memoria Verdad y Justicia denunció el espionaje estatal del Proyecto X, el procesamiento de más de 4.000 luchadores populares, la represión contra los pueblos originarios expulsados de sus tierras por los hacendaros sojeros, el apoyo a la burocracia sindical y sus patotas, responsables del asesinato de Mariano Ferreyra (y la continuidad del pago de una deuda externa cuyo origen se remonta, justamente, a la dictadura militar.

Esta denuncia, que apunta a la línea de flotación del gobierno, es lo que quisieron acallar los funcionarios oficiales. Esto explica el operativo armado para impedir la realización del acto opositor. El jefe de gabinete, Abal Medina, se negó primero a recibir a una delegación de las organizaciones de Memoria Verdad y Justicia para coordinar la realización de los actos previstos para la jornada. Luego, montaron un evento en la Plaza que se extendió por horas, a pesar de que el documento leído insumió unos pocos minutos. Por último, movilizaron una patota, con barras bravas comandados por Guillermo Moreno, para retrasar todo lo posible el ingreso a la Plaza de los más de 50.000 manifestantes encolumnados detrás de la bandera “No a la impunidad de ayer y de hoy”. Esta suma de hechos prueba que existió una decisión política del gabinete nacional para impedir la realización del acto y no incidentes circunstanciales entre columnas de distintos signo político.

Si alguna duda cabía sobre la existencia de una orden política para perjudicar el desarrollo del acto opositor la terminó de eliminar la propia Cristina Kirchner con sus tuits emitidos desde Santa Cruz el 27 de marzo. En ellos la emprende contra las banderas rojas de la izquierda, símbolo inequívoco de la unidad internacional de los trabajadores, y las opone a la “celeste y blanca”, haciendo gala de un nacionalismo reaccionario, de cuño fascistoide. Toda la demagogia kirchnerista se hizo añicos. La presidenta, ante el peso de una derrota política, echó mano al discurso de la burocracia sindical: ¿o no nos recuerda a la frase del burócrata de la Unión Ferroviaria, el ‘Oso’ Rodríguez, que afirmó “ningún trapo rojo flameará en nuestra casa” luego de pedir “un minuto de silencio para los zurdos que están muertos” en clara alusión a Mariano Ferreyra”?

Los tuits presidenciales tuvieron el mérito de presentar las cosas de la manera más descarnadas, es decir, desprovista de toda demagogia. De un gobierno de los derechos humanos pasamos, gracias a los 140 caracteres, a un gobierno macartista. Los diarios rápidamente mostraron una confrontación estratégica entre la presidenta y la izquierda, justamente el escenario al que más le teme el kirchnerismo, que prefiere polarizar con la derecha y ganarse de ese modo el apoyo del progresismo. Pero la derecha el 24 de Marzo lo vio por TV, mostrando sus límites insuperables para estructurar una alternativa popular al kirchnerismo.

El balance del 24 de Marzo no sólo arroja una derrota del gobierno. También deja planteada la tarea de desarrollar la polarización política que se presentó en la jornada, impulsando una alternativa de izquierda al kirchnerismo.

Una lucha estratégica : Prensa Obrera 1262 – 05/04/13

Macartismo en 140 caracteres

La Presidenta de la Nación reaccionó con un discurso macartista al obvio fracaso del kirchnerismo de impedir que el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia reuniera 50 mil manifestantes, primero, y que pudieran conmemorar, en la Plaza de Mayo, el aniversario del golpe militar del 24 de Marzo. La semana previa, el jefe de Gabinete, Abal Medina, había ignorado los reiterados reclamos que se le efectuaron, por escrito, para que el gobierno garantizara el derecho de manifestar al Encuentro. Es claro que la jefa del Estado había impartido la orden para que el oficialismo usurpara la jornada en función de la agenda política del oficialismo. Esto desmiente, en forma terminante, que la movilización de sus simpatizantes fuera independiente del aparato del Estado. La subordinación política tuvo su correlato natural en el dispositivo logístico enorme del que hizo gala la manifestación kirchnerista. Ante los cordones montados por el Movimiento Evita en la avenida de Mayo, las inmensas columnas del Encuentro eligieron serpentear por Santiago del Estero, Rivadavia, Salta y Bartolomé Mitre, para enfilar hacia Diagonal Norte y a Plaza de Mayo.

El oficialismo logró, ciertamente, su objetivo declarado de que el acto del Encuentro transcurriera en la noche de una luna en cuartos crecientes. Pero perdió políticamente -y no sólo debido a la advertencia bíblica de que los últimos serán los primeros. En efecto, clausuramos la jornada. Perdió, por sobre todo, por el contraste de agendas. En tanto el acto oficialista funcionó como claque de la reforma judicial que promueve el Ejecutivo, el del Encuentro denunció la ley antiterrorista, el Proyecto de espionaje X, la matanza de aborígenes en las provincias gobernadas por el kirchnerismo, el crecimiento de la trata de mujeres y niños y la impunidad que gozan sus autores, la desaparición de Jorge Julio López y Luciano Arruga y, en definitiva, la complicidad de la policía y los concesionarios ‘amigos’ del gobierno en el “plan criminal” que terminó con la vida de nuestro compañero Mariano Ferreyra. El esperpento judicial de los K impulsa el alargamiento de los juicios previsionales y laborales, en evidente perjuicio para jubilados y trabajadores, y la inmunidad para los funcionarios públicos, precisamente después de la tragedia de Once y los procesos que tienen abiertos Jaime, Boudou o Cameron. Eduardo Anguita, un intelectual destacado del oficialismo, se sintió obligado a desnudar, en un medio de prensa K, la hipocresía del documento oficial, que condena la complicidad de la familia Blaquier con la dictadura y el secuestro y desaparición de luchadores, mientras el gobierno le otorga créditos subsidiados del Bicentenario y ventajas económicas para la producción de biocombustibles. No hace falta que se diga que el documento de las organizaciones K ahorra cartuchos con la Iglesia, luego que la Presidenta descubriera su tardía fidelidad a la jerarquía clerical. En el espacio de las pocas hectáreas que ocupa nuestra plaza histórica, quedó expuesto un contraste político pocas veces tan transparente.

La Presidenta tomó conciencia de esta realidad política durante la forzada introspección personal que impone un vuelo de tres horas a Río Gallegos. Fue entonces cuando intentó contrarrestar el balance negativo que sacó de la jornada con una serie de tuits de inconfundible naturaleza macartista. En sucesivos disparos de tecla descalificó a la bandera roja del internacionalismo y la fraternidad de la clase obrera de todos los países; autojustificó su propio fracaso con alusiones a las ventajas recíprocas que se prodigarían “los extremos” en detrimento de los ‘gobiernos populares’. La mandataria estaba sintonizando el canal Volver -la Liga Patriótica de los años ’20 y ’30; la Ley de Residencia de 1902, que castigaba la actividad “anti-argentina” de los trabajadores inmigrantes; la “sección especial” de torturas de la policía de las décadas del ’30 y ’40; o finalmente, los slogans de la Juventud Sindical Peronista y del lopezrreguismo de los años ’70. Actualizó la teoría de los “dos demonios”; la Presidenta insinuó la opinión, con estos tuits, que el golpe militar del ’76 no hubiera ocurrido sin la provocación del otro ‘extremo’, una tesis que no es precisamente la que sostienen los miles de kirchneristas que ocuparon la Plaza hasta la puesta del sol. ¿No fue diseñado, acaso, por el Consejo Empresario Argentino (de “los grupos concentrados”) y por la cruzada anticubana de los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y la entonces Comunidad Europea? CFK no alcanzó a advertir, en el tiempo de vuelo, que sus amigos del chavismo se distinguen por su orgullosa vestimenta “rojo-rojita”.

Los incidentes, muy menores, intrascendentes, provocados por una patota del IndeK frente a la columna que intentaba ingresar a la Plaza, no deben disimular la gravedad de los planteos de la primera mandataria. Menos aún deben servir como pretexto provocador para que la violencia de carácter faccional imponga su objetivo de bloquear el debate político. El contenido de los dichos de la Presidenta puede ser instrumentalizado en esa dirección. No es para nada lo que conviene para un desarrollo independiente y socialista del movimiento obrero y para un crecimiento político de la izquierda. La energía de nuestra respuesta política al macartismo oficial tiene también la finalidad de neutralizar el potencial de violencia reaccionaria que anida en las patotas de distinta fisonomía, como ha ocurrido con las patotas sindicales que comulgan con los gobiernos de turno, o los barrabravas financiados por los punteros políticos de la mayoría de los partidos tradicionales.

---------- Mensaje unificado a las 15:11 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 15:10 ----------

http://po.org.ar/po1262/2013/04/04/macartismo-en-140-caracteres/

//youtu.be/ihoAyp9-Sk4

“Miseria planificada”, “secuestros, tortura sin limite”,

NI YANKIS NI MARXISTAS
NI MILICOS NI MONTONEROS

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//youtu.be/hAJXoAdIlYY

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Maxi trabajando aunque el gobierno no quiera!

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uh yo quiero comprar, cuanto cuestan? dame un par

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LIBRES O MUERTOS JAMÁS ESCLAVOS

La lucha seguirá aun más con estas mierdas pro-dictadura en el poder

Sigue la mentira de los 30mil?buenas noches.

100$

Milicos cobardes, la concha de su madre

Aguante Roca, San Martin y Rosas

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CON EL FUSIL EN LA MANO, Y EVITA EN EL CORAZON!