2 de Abril, yo no olvido

Decir “borrachos” es simplificar el asunto…y hasta conseguir una exculpación de quien tuvo demasiados errores en sus desiciones.
Yo diría que quien tenía en ese momento el poder en la Argentina, no tenía ni la capacidad mínima para poder entender la geopolítica internacional y por ende, saber tomar las decisiones correctas ante un conflicto en el cual se enfrentaba a la tercer o cuarta potencia industrial-militar del mundo, que encima es el histórico aliado de la primer potencia industrial-económica y militar del mundo…

Creo que más bien, más que producto de los “vahos de alcohol”, la recuperación de Malvinas fué un producto de que este individuo se “comió” un anzuelo pergeniado desde Washington, que le hicieron tragar, y que, como persona no preparada para el lugar que “de facto y no de derecho” ocupaba, entro como lo burro que era…Esa guerra le servia (y le sirvió) más al vaquero yankie de Reagan en medio de la llamada "guerra fría contra la URSS para levantar a su alicaida aliada M Tatcher, que a un régimen dictatorial del tercer mundo para sostenerse ante una sostenida deblacle económica que padecía.

Con el “diario del lunes” y consumada la derrota de Malvinas, la misma prensa que le chupaba las medias a Galtieri simplificó todo a fin de tratar de salvar sus culpas con las complacencias que tuvieron en plena dictadura, tildandolo de borracho para crear en el imaginario popular que cuando este personaje toma la decisión de ocupar las Malvinas, lo hace con un vaso de wisky en la mano…Obvian por supuesto que el plan de ocupación de Malvinas era un ejercicio que se repetía en los “juegos de guerra” que anualmente se llevaban a cabo en la Escuela de Guerra Naval como práctica teórica hacía décadas, aparte de que los militares de ese entonces creían que contaban, en caso de llevar a cabo tal acción, con el aval de Washington po su apoyo directo a los contras en Nicaragua, amén de que cuando este personaje visito la capital de Estdo Unidos, fué recibido como “el majestuoso general” y ante tan desmedido elogio, una mente tan estrecha como la del personaje de marras, cualquiera puede entender que “se la creyó” hablando en criollo…Por algo Churchill en la segunda guerra mundial decía que “la guerra era demasiado importante para dejarla en manos de los militares”, proque cometerían burradas como las que se cometieron a nivel estratégico (como lo menciona en Informe Rattenbach) que después en el nivel de quienes estuvieron en las islas, es imposible de torcer…

Después el “proceso de desmalvinización” iniciado por los últimos vestigios de la dictadura militar, para borrar de la mente de los ciudadanos cualquier detalle de la derrota y tratar de exculparse algunos por la incapacidad que tuvieron en esos días en no saber, no querer o no poder apoyar a quienes se pelaron el culo en las islas, se traslado a la clase política, que la usó como arma de desprestigio, a fin de eliminar el poder que hasta ese entonces habían tenido los militares en la vida política e institucional del país, mezclando de esta manera la paja ocn el trigo, sin tener en cuenta que se debía hacer con las fuerzas armadas en la democracia y su función como parte del Estado. El resultado de ello está a la vista, los echos acontecidos desde que se retomó la democracia, hasta el submarino perdido con 44 tripulantes en medio del Atlántico Sur, me excluyen de tener que comentar el nivel actual de lo que como país tenemos y denominamos fuerzas armadas…

Igual creo que siempre se debe saber diferenciar el sentimiento de Malvinas como causa nacional, desde su usurpación por los ingleses en 1833 hasta la fecha, a la dictadura militar de fines de los 70 e inicios de los 80. Malvinas es un sentimiento que va a perdurar de generación en generación, y que será un hito que nos marcará hasta que en algún momento vuelva a ondear en sus playas nuestra enseña patria. Y tambien se deben diferenciar a quienes se pelaron el culo tratando de sostener la soberanía argentina sobre esas irredentas islas, de quienes detentando el poder demsotraron la total incapacidad para manejar tal acontecimiento.

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