Fue uno de los integrantes de la denominada “Maquinita” de River, nacido en la Boca, había llegado
a River, no sólo para reemplazar a otro grande como Muñoz en la delantera, sino que también, había llegado a River para ganar títulos.
Santiago Julio Vernazza nació el 23 de septiembre allá por 1928, en el barrio de La Boca el mismo barrio en el que nació el Millonario, aunque sus inicios como futbolista no fueron en el Más Grande. Su primer equipo fue Platense club al que llegó a los 7 años y en donde hizo todas las inferiores. Debutó en primera justamente contra River con tan sólo 16 años.
En 1951 debutó en el Más Grande, equipo con el que se coronaría y se haría grande.
Había llegado a River con una tarea que no era para nada sencilla, llegaba para reemplazar a Muñoz en la delantera, sin embargo, iba a demostrar que no le pesaba en absoluto ocupar ese lugar. Así, con el paso del tiempo se conformó una nueva delantera la cual sería denominada la “Maquinita”. Sus integrantes eran Prado, Walter Gómez, Labruna y Loustau (luego también Sívori).
Según cuentan quienes lo conocieron durante aquella época, Vernazza, caminaba desde su trabajo en el centro hasta su casa en la calle Ruiz Huidobro sólo para fortalecer las piernas. Esto le dio muy buenos resultados ya que una de sus principales virtudes como futbolista fue la de tener un potente remate.
Guito, como lo apodaban, vistió la camiseta de La Banda cinco años, entre 1951 y 1956, en los que llegó a marcar 72 goles en 164 encuentros y ganó tres campeonatos. Su primer título sería en 1952, en el que además iba a convertirse en el goleador
con 21 gritos (incluyendo dos a Boca, en un 3-0 en la Bombonera), y el bicampeonato de 1955, torneo River ganaría en la Bombonera, y 1956.
Debido a sus destacadas actuaciones y su talento como futbolista, Vernazza fue llamado para vestir los colores de la selección nacional.
Con la albiceleste disputó tan solo seis encuentros y marcó un gol, aunque también, ganó una Copa América.
Tras vestir la camiseta del Más Grande, Guito partiría hacía el Viejo Continente donde desembarcó en Italia para fichar en el Palermo, recomendado por Walter Gómez. Estuvo tres temporada en el conjunto siciliano, alternando las presencias en la Serie
A y B, donde nuevamente se convirtió en ídolo a fuerza de goles. Su viaje continuó en aquel país donde además jugó en otras dos escuadras: Milan y Vicenza. En este último equipo, terminaría su carrera como futbolista profesional, hecho que se produciría en 1964.