Más de mil españoles llegan a Argentina a buscar trabajo.

Unos 1.200 españoles por mes huyen del desempleo y eligen Argentina para estudiar o trabajar. Tienen entre 25 y 35 años, están calificados y conforman el segmento más golpeado por el colapso económico en la Península Ibérica.


14:30 | Buenos Aires, 31 de mayo.- Por la crisis europea, vienen más españoles a vivir al país. Son 1.200 por mes, que huyen del desempleo. En dos años llegaron 33.543 a la Argentina para estudiar o trabajar. Tienen entre 25 y 35 años, están calificados y conforman el segmento más golpeado por el colapso económico en la Península Ibérica.

Los llaman la generación de los (pre) parados porque se trata de jóvenes altamente calificados pero sin trabajo. Representan el segmento más golpeado por la crisis económica europea, que jaquea a España desde 2008. Frente al horizonte negro de un futuro incierto, en los últimos dos años, más de 110 mil de ellos decidieron partir para buscar en otros lugares la prosperidad que el presente les niega. Aunque la gran mayoría eligió como destino países desarrollados, según un estudio de la consultora internacional Adecco, basado en datos del departamento de migraciones español, 33.543 vinieron a la Argentina para estudiar o trabajar. El promedio –1.200 por mes– ubica a los españoles como tercer grupo migratorio no latino del país, detrás de los chinos y los estadounidenses.

Un éxodo inesperado o un nuevo capítulo sobre la historia de vínculos y pasiones que une a España con la Argentina desde hace más de 200 años: un proceso con réplicas en el pasado. “El español que arribó a nuestro país entre 1860 y 1900, venía dispuesto a quemar naves. Para él la prosperidad estaba en la Argentina –dice el historiador Daniel Balmaceda–, pero en aquellos casos no había retorno posible a la Patria. Ahora quizás sea diferente”. Como sea, el fenómeno actual aparece para marcar un cambio de época y confirmar que la tierra prometida finalmente no existe.

Pero al número hay que explicarlo: hay mayoría de españoles naturales, pero también argentinos con doble nacionalidad que se fueron a España en 2001 y pegan la vuelta, huyendo de otra crisis, quizás menos cruel. También hay estudiantes españoles que frente a la desolación del paro (esa manera tan dramática de llamar a la falta de trabajo), vinieron al país para seguir capacitándose. A todos los empuja el mismo drama y los seduce el mismo escenario: en Argentina vive la mayor comunidad de ibéricos fuera de España, lo que ejerce para muchos un magnetismo fundamental.

Xavi Casas tiene, además, una esposa santafesina. Los dos son arquitectos, vivían en Barcelona y la veían mal. “En nuestro rubro de golpe se dejó de construir”, explica. “Queríamos montar un proyecto y no podíamos. Entonces nos vinimos a Rafaela con mi mujer, en enero, y estamos muy bien”.

El perfil del expatriado español en la Argentina suele corresponder, según Eloy Capellán, director del departamento de movilidad internacional de Adecco España, con hombres jóvenes cuyas prioridades laborales son la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera en alguna compañía. “También existe un número más reducido de ejecutivos expatriados por las grandes empresas españolas que operan diferentes geografías. Están dispuestos a quedarse entre tres y cinco años –dice–. Pero estas motivaciones difieren en mujeres. Ellas buscan buen ambiente laboral y flexibilidad de horarios”.

Bárbara Alvarez, 35 años, buscaba trabajo y España la expulsaba: “¿Por qué me vine? Porque necesitaba trabajar y acá estoy”, dice.

La edad también describe algo. Los datos perfilan a un joven de entre 25 y 35 años sin responsabilidades familiares y con formación calificada, lo que alimenta la tesis de la “fuga de cerebros”. Diez años atrás, el desplome de la Argentina, produjo un éxodo similar de talentos que buscaban en Europa posibilidades de supervivencia. “Pero España destruyó tres millones y medio de puestos de trabajo entre 2008 y 2010 –explica Capellán–. No hay trabajo para las nuevas generaciones y la tendencia de la expatriación continuará ”.

El que vislumbró esa realidad y se consiguió una beca de estudio en el país es Iago Lestegás Tizón. Es de Galicia, tiene 23 años, llegó a Buenos Aires en julio, está a punto de recibirse de arquitecto y dice: “Cuando comencé a estudiar, en 2005, mis maestros me decían que antes de recibirnos nos vendrían a buscar para trabajar. En 2009, estando por graduarme, los mismos profesores nos decían que había que buscar en otro lado porque la cosa estaba muy fea”.

Alejandro Cortés, aragonés, 27 años, cuenta: “Mi trabajo cayó con la crisis. Soy director de arte, creativo y curador. Pero la industria del arte fue muy perjudicada. Mis profesores me hablaron de Argentina, hice contactos y acá estoy, trabajando y terminando estudios de cine”, cuenta. “Tenía otras opciones en economías mejores. Pero Argentina me ofrecía algo más interesante culturalmente”, relata.

Los españoles que llegan como turistas no tienen mayores inconvenientes. Con pasaporte al día, obtienen un permiso de tres meses de estadía. Pero los que pretenden instalarse deben presentar, además, certificado de antecedenes penales en España y Argentina, partida de nacimiento y cartas de las instituciones donde vienen a capacitarse –los que llegan por estudio– o contrato laboral –los que lo hacen por trabajo–. Eso, sin embargo, no garantiza que el Estado les selle la residencia permanente. “Es muy difícil –dice Bárbara Alvarez–, se presentan las cosas pero a lo sumo extienden certificados de residencia temporaria o precaria y hay que volver a renovarlos cada tanto”. El fenómeno tiene su lado B. Pero a pesar de eso, no para.

Unos 1.200 españoles por mes huyen del desempleo y eligen Argentina para estudiar o trabajar. Tienen entre 25 y 35 años, están calificados y conforman el segmento más golpeado por el colapso económico en la Península Ibérica.


14:30 | Buenos Aires, 31 de mayo.- Por la crisis europea, vienen más españoles a vivir al país. Son 1.200 por mes, que huyen del desempleo. En dos años llegaron 33.543 a la Argentina para estudiar o trabajar. Tienen entre 25 y 35 años, están calificados y conforman el segmento más golpeado por el colapso económico en la Península Ibérica.

Los llaman la generación de los (pre) parados porque se trata de jóvenes altamente calificados pero sin trabajo. Representan el segmento más golpeado por la crisis económica europea, que jaquea a España desde 2008. Frente al horizonte negro de un futuro incierto, en los últimos dos años, más de 110 mil de ellos decidieron partir para buscar en otros lugares la prosperidad que el presente les niega. Aunque la gran mayoría eligió como destino países desarrollados, según un estudio de la consultora internacional Adecco, basado en datos del departamento de migraciones español, 33.543 vinieron a la Argentina para estudiar o trabajar. El promedio –1.200 por mes– ubica a los españoles como tercer grupo migratorio no latino del país, detrás de los chinos y los estadounidenses.

Un éxodo inesperado o un nuevo capítulo sobre la historia de vínculos y pasiones que une a España con la Argentina desde hace más de 200 años: un proceso con réplicas en el pasado. “El español que arribó a nuestro país entre 1860 y 1900, venía dispuesto a quemar naves. Para él la prosperidad estaba en la Argentina –dice el historiador Daniel Balmaceda–, pero en aquellos casos no había retorno posible a la Patria. Ahora quizás sea diferente”. Como sea, el fenómeno actual aparece para marcar un cambio de época y confirmar que la tierra prometida finalmente no existe.

Pero al número hay que explicarlo: hay mayoría de españoles naturales, pero también argentinos con doble nacionalidad que se fueron a España en 2001 y pegan la vuelta, huyendo de otra crisis, quizás menos cruel. También hay estudiantes españoles que frente a la desolación del paro (esa manera tan dramática de llamar a la falta de trabajo), vinieron al país para seguir capacitándose. A todos los empuja el mismo drama y los seduce el mismo escenario: en Argentina vive la mayor comunidad de ibéricos fuera de España, lo que ejerce para muchos un magnetismo fundamental.

Xavi Casas tiene, además, una esposa santafesina. Los dos son arquitectos, vivían en Barcelona y la veían mal. “En nuestro rubro de golpe se dejó de construir”, explica. “Queríamos montar un proyecto y no podíamos. Entonces nos vinimos a Rafaela con mi mujer, en enero, y estamos muy bien”.

El perfil del expatriado español en la Argentina suele corresponder, según Eloy Capellán, director del departamento de movilidad internacional de Adecco España, con hombres jóvenes cuyas prioridades laborales son la autonomía profesional y la perspectiva de hacer carrera en alguna compañía. “También existe un número más reducido de ejecutivos expatriados por las grandes empresas españolas que operan diferentes geografías. Están dispuestos a quedarse entre tres y cinco años –dice–. Pero estas motivaciones difieren en mujeres. Ellas buscan buen ambiente laboral y flexibilidad de horarios”.

Bárbara Alvarez, 35 años, buscaba trabajo y España la expulsaba: “¿Por qué me vine? Porque necesitaba trabajar y acá estoy”, dice.

La edad también describe algo. Los datos perfilan a un joven de entre 25 y 35 años sin responsabilidades familiares y con formación calificada, lo que alimenta la tesis de la “fuga de cerebros”. Diez años atrás, el desplome de la Argentina, produjo un éxodo similar de talentos que buscaban en Europa posibilidades de supervivencia. “Pero España destruyó tres millones y medio de puestos de trabajo entre 2008 y 2010 –explica Capellán–. No hay trabajo para las nuevas generaciones y la tendencia de la expatriación continuará ”.

El que vislumbró esa realidad y se consiguió una beca de estudio en el país es Iago Lestegás Tizón. Es de Galicia, tiene 23 años, llegó a Buenos Aires en julio, está a punto de recibirse de arquitecto y dice: “Cuando comencé a estudiar, en 2005, mis maestros me decían que antes de recibirnos nos vendrían a buscar para trabajar. En 2009, estando por graduarme, los mismos profesores nos decían que había que buscar en otro lado porque la cosa estaba muy fea”.

Alejandro Cortés, aragonés, 27 años, cuenta: “Mi trabajo cayó con la crisis. Soy director de arte, creativo y curador. Pero la industria del arte fue muy perjudicada. Mis profesores me hablaron de Argentina, hice contactos y acá estoy, trabajando y terminando estudios de cine”, cuenta. “Tenía otras opciones en economías mejores. Pero Argentina me ofrecía algo más interesante culturalmente”, relata.

Los españoles que llegan como turistas no tienen mayores inconvenientes. Con pasaporte al día, obtienen un permiso de tres meses de estadía. Pero los que pretenden instalarse deben presentar, además, certificado de antecedenes penales en España y Argentina, partida de nacimiento y cartas de las instituciones donde vienen a capacitarse –los que llegan por estudio– o contrato laboral –los que lo hacen por trabajo–. Eso, sin embargo, no garantiza que el Estado les selle la residencia permanente. “Es muy difícil –dice Bárbara Alvarez–, se presentan las cosas pero a lo sumo extienden certificados de residencia temporaria o precaria y hay que volver a renovarlos cada tanto”. El fenómeno tiene su lado B. Pero a pesar de eso, no para.

Estos españoles son la peor escoria de todas, nos discriminan cuando vamos para su pais y cuando estan como el orto vienen a pedir cosas, como el barco lleno de trigo que mando evita cuando estaban patas para arriba.

No se para que mierda vienen acá. No se dan cuenta que este país no da para más? Estamos al borde de un estallido social!

El domingo dieron un buen programa en tn sobre este tema.

Aceptaran lavar copas?

Según dijeron en TN, la mayoría de estos españoles son argentinos que fueron por la crisis económicas, obtuvieron la doble nacionalidad y ahora vuelven a su país. Según el programa Argentina para Armar de la Santillán, no sé si fue a hablar el embajador de España en Argentina o algo así y dijo que los españoles sin ningún lazo con Argentina, eran pocos, la mayoría son argentinos que vuelven a su país ya con la doble nacionalidad, igual este programa lo vi hace muchisímo no sé si es tan así.

Saludos

Como ningunean a los sudamericanos y africanos en europa y cuando se les cae la estanteria se vienen nadando si es necesario.

Demostremosle que somos gente y no los tratemos como hacen ellos en el aeropuerto de Barajas. PONGAMOSLO EN PELOTAS !!!

me ganaste de mano

En la nota tambien dice eso

Al igual que los bolitas y los paraguas, cerrarles las fronteras. Primero se soluciona el problema interno y despues bienvenido sean.
Distinto es el caso si vienen para invertir.

Ah mira vos, me ahorraba unas cuantas palabras si le prestaba más atención.

Saludos

No bestia como le vas a cerrar la frontera, esta bien que no aportan un soto algunos, pero tambien tenemos adoquines argentinos por el mundo y no sería lindo que los reciban de la misma manera. No hay que hacer lo que no nos gusta a nosotros,si quieren cagarse de hambre acá bienvenidos puteesmelos pero tambien comprendelos, por mi si vienen físicos, ingenieros, médicos o cualquier profesional sin laburo bienvenido sea. Eso si, si piden casas y toman un parque como hicieron en el Indoamericano que los deporten.

Tenes razon, a los que se especializaron en algo que al pais le haga falta adentro… Pero hasta cuando nos van a forrear? Al argentino se lo discrimina y nosotros tenemos que seguir siendo buenos? Argentina va a crecer el dia que se haga respetar.

Ojala que vengan a aportar y que les vaya bien…los paises crecen con la inmigracion…solo hay que imponer restricciones a quienes tengan antecedentes por trafico de falopa choreo o algub crimen grave…fuera de eso todos los que vengan a laburar deben ser bienvenidos

Presente

¡Qué suerte que viniste!

Los ultimos en volver van a ser los Argentinos que se fueron despues de la crisis, los que estan viniendo son españoles en serio… TN miente.

Estos gallegos putos allá te revisan hasta el agujero del orto, te tratan como mierda, te mandan a lavar copas cuando acá se les dió comida y laburo a los que rajaban de la guerra civil. Y ahora vuelven, que los saquen a patadas en el orto, por qué ya que están no dejan entrar a los africanos y ya es bingo.

Eso no es culpa de los españoles en sí, sino de los gobiernos.

Yo lo que les haría para compensarles eso es directamente confiscarles las empresas que son argentinas y en las que están metidos. Ahí es donde les pegás directamente donde duele. La gente, el ser humano en sí, a los gobernantes de todo el mundo les importa tres carajos.

Abrazos, Martín.