Un grupo de hinchas de Independiente Rivadavia reclamó por el bajo nivel del equipo y disparó contra “El Burrito”.
El día del despegue nunca llegó en Independiente Rivadavia y los hinchas explotaron de bronca: fueron en banda al entrenamiento, hablaron con los jugadores y luego colgaron dos banderas, una de ellas dedicada exclusivamente a Ariel Ortega.
“Ortega: si no querés jugar, volvé a River”, decía una de ellas, en referencia al bajo nivel del “Burrito”, que llegó como “salvador” y por ahora no ha demostrado todo su potencial en el club mendocino.
La otra era un “palo” a dirigentes y plantel: “¿¡Con estos muertos la entrada cuesta $45?!”, se preguntaba con ironía el trapo que colgaba en el lugar donde habitualmente se entrena el equipo de Jorge Ribolzi.
Según informa el diario Los Andes, “la visita poco amigable” fue protagonizada por “hinchas-socios” que en primera instancia dialogaron con los jugadores (sin la presencia del cuerpo técnico) y que luego, cuando el plantel fue llamado para dar inicio a la práctica, colgaron las banderas.
El vicepresidente del club, Nicolás Becerra, justificó la reunión aduciendo que tenía el aval de la directiva “siempre y cuando se hiciera en buenos términos”. Desestimaron que se tratara de un “apriete”. No podrán negar que los hinchas arden.
Un grupo de hinchas de Independiente Rivadavia reclamó por el bajo nivel del equipo y disparó contra “El Burrito”.
El día del despegue nunca llegó en Independiente Rivadavia y los hinchas explotaron de bronca: fueron en banda al entrenamiento, hablaron con los jugadores y luego colgaron dos banderas, una de ellas dedicada exclusivamente a Ariel Ortega.
“Ortega: si no querés jugar, volvé a River”, decía una de ellas, en referencia al bajo nivel del “Burrito”, que llegó como “salvador” y por ahora no ha demostrado todo su potencial en el club mendocino.
La otra era un “palo” a dirigentes y plantel: “¿¡Con estos muertos la entrada cuesta $45?!”, se preguntaba con ironía el trapo que colgaba en el lugar donde habitualmente se entrena el equipo de Jorge Ribolzi.
Según informa el diario Los Andes, “la visita poco amigable” fue protagonizada por “hinchas-socios” que en primera instancia dialogaron con los jugadores (sin la presencia del cuerpo técnico) y que luego, cuando el plantel fue llamado para dar inicio a la práctica, colgaron las banderas.
El vicepresidente del club, Nicolás Becerra, justificó la reunión aduciendo que tenía el aval de la directiva “siempre y cuando se hiciera en buenos términos”. Desestimaron que se tratara de un “apriete”. No podrán negar que los hinchas arden.
[b]…quizas antes de abril llegue, en mendoza ya no lo bancan más:
[/b]Así empieza la nota y eso es lo que va a suceder cuando vuelva Ariel, porque el tipo no está curado de su adicción y porque sigue con sus escapadas.
De esa forma es imposible que un deportista rinda. Y tengamos presente que SU problema los va a traer acá o a donde vaya. Ortega sigue enfermo y hasta tanto eso no se revierta, su presencia en cualquier club va a traer problemas.
Ahora que en este fútbol berreta y sin estrellas y particularmente en este River gris, le alcance para brillar y encima tapar otros quilombos del club, ES OTRA COSA.
En ningún momento me olvidé de reconocer su parte en el campeonato, su parte, él solo no ganó nada; el fútbol es 11 contra 11.
Por eso y si leés bien, digo que: Ahora que en este fútbol berreta y sin estrellas y particularmente en este River gris, le alcance para brillar y encima tapar otros quilombos del club, ES OTRA COSA.
Si con eso nos conformamos y olvidamos todos los quilombos que trajo de la mano de su talento…es cosa de que cada uno piense lo que quiere.
Si con su talento, su adicción, los problemas que eso va a traer al plantel y la exposición hacia los medios que van a perjudicar tanto como hasta que estuvo en el club.
Su talento es indiscutible y su amor por River también, pero veamos todo lo que significa y no nos tapemos los ojos.
Acá en el club, si algo sobran son quilombos.