ROSARIO CENTRAL"Soy hincha de River…“Larrondo, verdugo del Millo en Arroyito, supo confesarse hincha del Millo, donde jugó entre 2007 y 2008. En Olé repasamos la historia de Marcelo en el club de Núñez y cómo la rompió en el torneo juvenil de Viareggio, que le abrió la puerta a Europa.
Soy hincha de River. Cuando estuve en el club era chico y las cosas se dieron de otra manera. No me arrepiento y no cambiaría nada de lo que he pasado a lo largo de mi carrera. Pero es mi cuenta pendiente. Quiero vestir y defender la roja y blanca…”. Hace un par de años, en 2013, cuando el mendocino Marcelo Larrondo, ilustre y desconocido, empezaba a hacer ruido por Italia, le regalaba estas palabras al Diario Uno, donde recordaba lo que significaba el Millo en su corta vida y de su paso en falso por la institución de Núñez. Cosas del destino, este domingo tuvo de cal y de arena para contarle a sus futuros nietos: un gol en contra, intentando rechazar, que le daba a ¿su equipo? el 3-1 parcial en Arroyito, y luego un doblete para descontar y empatar, con un grito agónico en el quinto minuto de descuento. Pero… ¿Cuál fue el vínculo que lo unió con La Banda?
Se crió en Tunuyán, jugó en Fernández Alvarez, pasó con 17 años a Sportivo Desamparados de San Juan para jugar el viejo Argentino A, con un sueldo módico de 1.500 pesos mensuales. La rompió, fue convocado a la Selección Juvenil y River le echó el ojo. A pesar de tener jugadores adelante como Ortega, Falcao, Marco Ruben, Rosales y Zárate, le compró el 50% del pase por 200.000 dólares. Era una inversión. Sin embargo, las cosas no salieron. La lógica falta de lugar y alguna que otra lesión traicionera lo fueron postergando.
Tal vez, además de algún gol en la Reserva de Jorge Gordillo, fue su participación en el histórico torneo de fútbol juvenil de Viareggio, allá por 2008, lo mejorcito que hizo con la pilcha de River. En Italia, encandiló. En aquel mítico campeonato entre pares, le metió un doblete al Cuoiopelli Cappiano y otro al De Camberene senegalés, en un 5-1 que igualmente no le alcanzaría al River de Saverio Valente para pasar de ronda. Terminó con cuatro tantos en un certamen donde el capocannoniere fue un tal Mario Balotelli, del Inter campeón, con siete gritos… Y se quedó una semana a prueba en la Reggina. Pero, en ese momento, la historia no prosperó. Tuvo un breve paso por el Progreso uruguayo y ahí sí, el salto a Italia: Siena, Fiorentina, Torino. Seis temporadas por allá antes de pasar a Tigre y, luego, de ser transferido a Central.
En Cuyo, todavía se recuerda en los archivos periodísticos que, de pibe, la pasó mal, que le costó afirmarse. En 2005, rebotó en Boca y en Independiente. Luego, se sumó a las Inferiores de Godoy Cruz. Ya adolescente, no tuvo suerte en Gimnasia y Esgrima de Mendoza hasta que su representante por aquel entonces, Sergio Segura, le hizo un huequito en San Juan. Igual, antes y después de ser ilustre y desconocido, Marcelo Larrondo ya era hincha de River. Este domingo, en Arroyito, también demostró ser pedazo de goleador…