Nico Domingo, el que sueña con la Libertadores pero no se olvida de River
El volante, clave en el Peñarol que está en la final de la Copa, habló con Clarín.com de su presente y también del club de Núñez, al que volvería para el próximo torneo. Cuestionó “malos manejos” de la dirigencia de River y habló de “irregularidad” en la conducción del fútbol.
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MONTEVIDEO. Nico Domingo, en el balcón de su departamento. Al fondo, el puerto del Buceo
A pocas horas de participar de la primera final de la Copa Libertadores con su actual club, Peñarol, y a pocos días de su regreso a River, una vez que finalice su contrato con la institución uruguaya el próximo 30 de junio, Nicolás Domingo recibió a Clarín.com y habló del momento de River, de la final de América, y del fútbol en Uruguay y Argentina.
-¿Por qué River está viviendo este presente?
-Creo que por la discontinuidad de los procesos. Para mí es una de las principales razones. En los últimos años estuvieron como técnicos Simeone, Gorosito, Astrada y Cappa, y ninguno pudo completar una temporada entera. Si a ellos le sumamos a Juan José López, que parece que no va a seguir, serían cinco los técnicos que no logran dirigir a River en dos torneos seguidos. ¡Es mucha irregularidad! Cada entrenador tiene su forma de trabajo, su pensamiento, su manera de plantear los partidos. Cappa, por ejemplo, hacía hincapié en el fútbol lindo –que después había que ver si salía o no-, en el poco trabajo físico; pregonaba algo muy diferente al River de hoy que juega con siete defensores. Esos cambios al jugador lo marean…
-¿Y cuáles son las otras razones?
-Una es la económica. El club no está bien, a algunos jugadores se les debe un año entero, a mí también me deben dinero. También hay malos manejos que llevan a transitar por este mal momento: por citar un caso en el último periodo de pases de diciembre, por estar en la situación límite que está, River trajo a un solo jugador, Bordagaray, que no juega… No se explican esas cosas.
-¿No creés que en este River, más defensivo y ordenado tácticamente que el último en que vos jugaste, te sentirías mejor?
-Y… por mi característica, sí. Estaría más protegido. En ver de tener los compañeros a 20 metros los tendría a 5. El rival contaría con menos espacios. Seria más fácil, se adaptaría más a mi estilo de juego.
-¿Cómo vivís los partidos de River a la distancia?
-Los veo solo. Sufro mucho. Pero no sólo por mi pasado, sino también porque mi futuro está ligado a River porque, de acá un mes, es la única realidad que tengo. Estaría regresando al club después del 30, que es cuando vence mi contrato con Peñarol.
-Hablando de Peñarol, ¿cómo llegan a la primera final de la Libertadores?
-Se ha trabajado bien. Llegamos con mucha confianza, respetando por supuesto al Santos, que es un equipo brasileño, que toca bien la pelota y que tiene a un jugador desequilibrante como Neymar.
-¿Hay preocupación por Neymar? ¿Cómo lo van a marcar?
-Sabemos que hoy por hoy es uno de los mejores jugadores del continente y que debemos estar atentos. ¿Cómo lo vamos a marcar? La idea es que no salga un jugador a marcarlo a lo loco, lo ideal es esperar que venga un compañero para escalonarlo y hacerle un dos contra uno.
-¿A qué atribuís esta campaña de Peñarol en la Libertadores, impensada para muchos?
-A su mística. No por nada Peñarol ha ganado tantos títulos en su historia. Su camiseta tiene peso. Cualquier otro equipo hubiese quedado afuera con Vélez o mismo con Inter, en Porto Alegre, donde llegó cuatro veces e hizo dos goles. Algunos pueden hablar de suerte, pero lo cierto es que los goles se hicieron y se ganó un gran partido, de atrás.
-¿Encontraste muchas diferencias entre el fútbol argentino y el uruguayo?
-No, la verdad que no. Me habían dicho que el fútbol uruguayo era más lento, pero yo no noté eso.
-Vos jugás como volante central, que es como una posición–símbolo del fútbol uruguayo. ¿En los dos países se les pide lo mismo?
-No. En Argentina te exigen que, además de ser ordenado tácticamente, distribuyas y participes en cierta forma en la ofensiva. En Uruguay no se pide tanta participación: quieren que recupere la pelota, que dé el primer pase, y chau; de hacer un cambio de frente o hacer un pase gol se encargan otros volantes.